Paula Bozalongo lee su poema 'Canción de despedida'.
Canción de despedida
Dejaste de contar
las cosas que no hacías,
para que los amigos tampoco preguntasen
cómo fue.
No has querido contarles que no fuiste capaz,
que en el amor falló lo inexplicable,
el tiempo o el espacio.
Pero ahora lo sabes.
Dibujó alguien un plano
y construyó una vida
dentro de una ciudad de servilletas,
volátil, imprecisa,
como todos los sueños.
En la comodidad de sus portales
se olvidó de que todo era mentira.
Ahora aquella ciudad
diluye con tu paso las fachadas,
como si cada lágrima que escondes
mojara los tejados
que se han ido cayendo
como papel o tinta
con la lluvia.
Aquellas avenidas centenarias
parecían de piedra en otro tiempo,
ahora ves cómo caen,
cómo los días pierden su refugio
y el calor de tu cuerpo
parece insuficiente
para llamarse hogar,
y el plomo de los días,
para llamarse vida.
Nunca podrás saber
quién fue más responsable,
la ciudad construida
que esconde sus errores
en terrenos baldíos
bajo parques o plazas
negados a la sombra,
o la tormenta presa
al fondo de tus ojos
que arrasó con las calles,
que lo destruyó todo.
Tormenta insoportable
Como un abril con frío.
En la última lluvia del invierno
sonaba una canción de despedida.
De Diciembre y nos besamos (Hiperión, 2014).
*Paula Bozalongo es poeta.
Paula Bozalongo
Paula Bozalongo lee su poema 'Canción de despedida'.