En 2022 nos han dejado la portuguesa Ana Luísa Amaral (que obtuvo el premio Reina Sofía el año pasado) y el alemán Magnus Enzensberger (premio Príncipe de Asturias a la Comunicación en 2002). También se nos murió el zaragozano Ángel Guinda (premio de las Letras Aragonesas en 2010). Los tres trabajaron en diversos géneros, pero los valoramos sobre todo por su poesía. Además, por quinto año consecutivo, se le ha concedido el premio Cervantes a un poeta. En esta ocasión al venezolano Rafael Cadenas. Hablamos del género menos comercial, que sin embargo sigue siendo el que más libros nuevos imprime cada año. Elegir solo diez, entre doscientos leídos, es tarea peliaguda, pero aquí va una selección de la cosecha 2022.
Los daños
Lorenzo Oliván
Tusquets (2002)
Al perderse tu vista allá en el horizonte, / notas que de repente te da un vuelco / tanta contemplación. // Caes de ti. // Como un párpado
Lorenzo Oliván (Castro Urdiales, 1968) presentó hace dos años una antología de sus seis poemarios publicados hasta entonces. La llamó Las percepciones islas. Adelantaba en ella seis poemas de esta nueva entrega que ahora llega, Los daños. Él mismo ha definido su estilo como "El ojo que piensa", que quiere decir que escribe los poemas mirando en derredor y buscándose a sí mismo en las cosas que mira, intentando comprender y constatando con sereno estupor que la razón no le alcanza: "Debajo de la piel del mundo o de nosotros casi todo es abstracto. […] La realidad, de forma paradójica, resulta realista sólo al primer vistazo y en su primera piel".
Un número finito de veranos
Aurora Luque
Milenio (2022)
Rezamos al presente los paganos / (...) No esperemos placer, palabras, carne, fruta, / más allá de la muerte. A qué apostar más lejos
Aurora Luque (Almería, 1962) ha recibido el Premio Nacional de Poesía 2022 por este libro en el que se mantiene fiel a su estilo y sus querencias. Cruza el mar hacia otras geografías, hacia tiempos míticos, buscando esos límites donde no llega su saber de traductora: "A otras cosas quizá las atrapa el lenguaje / y caben, cómodas y ajustadas, en sus nombres. // El mar no es una de ellas". Jaime Siles apunta en el prólogo que la poeta ha sabido convertir esta heterogeneidad en virtud, agrupando los poemas en capítulos temáticos que abarcan casi todas las variedades de la formulación poética.
Un año y tres meses
Luis García Montero
Tusquets (2022)
Que todo esté en su sitio / es el mayor desorden que pueda imaginarse
Luis García Montero (Granada, 1958) es un poeta lleno de recursos que nunca ha rehuido los retos y que en este caso ha querido compartir con el mundo su proceso de duelo por la pérdida de su mujer, Almudena Grandes. Sabedor de que las circunstancias desencadenantes han sido mediáticas y elocuentes, se ha decantado por un tono más contenido aún que de costumbre, eludiendo casi siempre el chispazo metafórico al que es muy aficionado. Los poemas son sencillas notas cotidianas, como tomadas a vuelapluma, en las que describe la fragilidad, los cuidados, la desesperación, que conviene que sea furtiva. Para elevar esta realidad, introduce reflexiones líricas: "todo es presentimiento de lo que no sucede, / pero está ahí, doméstico y sincero / lo mismo que un ladrido sigiloso / que no parece un grito. / Es una convivencia con la tierra / y con las habitaciones de la casa".
Arqueologías
Ada Salas
Pre-Textos (2022)
La arqueología habla de los siglos como si fueran / tiempo. Como si hubiera en ellos / sucesión. Pero esos huesos eran un instante / ―eran ese instante―
Ada Salas (Cáceres, 1965), cuya poesía procede del silencio de Valente, constata ahora sin prejuicios que la lección definitiva la recibimos de lo inerte: "El cuerpo / de una roca / junto al ruido del agua / dice / sólo es puro el silencio". Salas se recrea en la flauta inexplicable de la naturaleza, canta al molinillo que ha ido pasando de generación en generación por todas las mujeres de la familia, enarbola un trébol como signo de reconciliación y luego deja que sean los pájaros, el pinzón y el picapinos, los que llenen el aire. Aquí la canción funciona más por la música que por el entendimiento y sin embargo hay sobresalto, miedo, descubrimiento, ternura, que desembocan en el poema Bañista, donde se sumerge en el mar de los pintores.
Non, je ne regrette rien
José María Álvarez
Renacimiento (2022)
Todo era como esas caracolas / que vienen de dónde / y en las que escuchas mares que fueron
José María Álvarez (Cartagena, 1942) convoca a sus mitos, los revive y se toma una copa con ellos mirándoles a los ojos, suprimiendo los intermediarios y las copias, rescatando directamente el aura con el ritmo de sus versos y ese tono suyo inconfundible. Si se asoma a un cuadro de Bacon, siente que lo entiende, "que lo entiendo todo / pero que no puedo ni explicármelo a mí mismo". El más vivo de los Novísimos siente que ya todo le resbala, que las ciudades en las que vivió le repugnan. Aun así sigue, y nos propone que hagamos "como si el Horror no existiera", que sigamos cumpliendo con la única misión de la poesía: "EMOCIONAR. CANTAR. / Da igual qué cante y cómo / sólo si emociona / lo demás no existe".
Los años del hambre
Olivia Martínez Giménez de León
Candaya (2022)
No es más vulnerable el que se muestra / capaz de ser herido
Los años del hambre es un libro en el que una mujer se va contando a sí misma sus problemas con la identidad y con la anorexia, una relación de amor furtiva... Tampoco los temas son novedosos, y sin embargo Olivia Martínez Giménez de León (Alicante, 1980) consigue que suenen verdaderos. Se habla a sí misma sin saña y sin componendas, con la crudeza de quien no tiene nada que perder. Cada verso es una emoción y un martillazo. Y los leemos con el convencimiento íntimo de que son auténticos, que desde el primero hasta el último retratan una vida, su vida. A estas alturas, en estos tiempos de bulos y de hipocresías, cualquier ciudadano, pero en especial el lector de poesía, lo que busca es autenticidad. Y aquí la encuentra. Lo que no significa que no haya literatura, mucha y bien disuelta: "Hoy también has soñado. Llevas anillada la lengua al silencio: es tiempo de callar, te dices […] Si dices monstruo, el monstruo aparece y el monstruo eres tú. Así que te sumerges en la profundidad de la ballena. Para no decir nada".
Nuevas cartas náuticas
Adalber Salas Hernández
Pre-Textos (2022)
El mar es, antes que cualquier otra cosa, una catástrofe
Adalber Salas Hernández (Caracas, 1987) es ensayista y traductor además de poeta. En este libro ha puesto al servicio de la poesía todas sus ciencias. El título (Nuevas cartas náuticas) es un indicador bastante exacto de sus intenciones: el mar es infinito en presencia y en historia y, yendo de un cronista a otro, uno puede recorrerlo y salir empapado de todos los mares, que al final son uno solo. Como ejemplificó Borges, se puede ser exhaustivo con un tema sin abordarlo orgánicamente, aproximándose con fragmentos bien elegidos que nos embarquen en una atmósfera. Hay que aventurarse y dejar atrás "ese doméstico fin del mundo que llamamos orilla".
La habitación vacía
Juan Vicente Piqueras
Visor (2022)
Morí el martes pasado. / Estoy mejor
En La habitación vacía, Juan Vicente Piqueras (Los Duques de Requena, 1960) habla de la muerte: "los muertos no defraudan. Puedes contar con ellos. / Si tú no los olvidas, ellos no te abandonan". Pero el propio autor empieza a incluirse entre los que ya no están: "Nunca el mundo / fue tan hermoso como antes de irme. / Ahora ya no existe. Ahora sueño / que lo que ya no soy vuelve a nacer". Entonces comprendemos que en estos poemas no solo hay muerte, sino también metamorfosis, aunque sea como una nueva forma de afrontar las cosas: "Aprendo poco a poco a desaparecer". Antes Piqueras nos ha contado que hace muchos años que escribe porque se ha quedado sin palabras, que Dios es una creación, una palabra muy parecida a un pájaro, que todo huye muy deprisa hacia el lugar al que el poeta ya no puede regresar: "¿Qué lugar justifica tanta prisa?".
De mi paso fugaz
Francisco García Marquina
Mahalta (2022)
Una cosa no hay: es el olvido. / La memoria sostiene nuestra casa / y aunque sentimos que la vida pasa / no pasará jamás haber vivido
Otro personaje que nos ha dejado en el año que está terminando es Francisco García Marquina (1937-2022). Su biografía no tiene desperdicio: Marquina tuvo tiempo de nacer en la embajada francesa en Madrid, de hacerse biólogo, de impulsar el escultismo, de retirarse a Guadalajara a criar truchas, de ser amigo y biógrafo de Cela, y de otras cosas que no caben aquí. Y a pesar de ello, se quejaba de haber vivido escasamente, menos de lo que convendría a un hombre de sus posibilidades. Antes de marcharse el 7 de enero, le dio tiempo a corregir esta selección, extraída de sus veintidós poemarios. En los últimos poemas seguía definiéndose como "un bullicio de interrogaciones". Espigando este abigarrado conjunto, igual de bullicioso, el lector encontrará una sabiduría poco común y un puñado de poemas memorables.
La religión de mi tiempo
Pier Paolo Pasolini
Nórdica (2022)
No hay cena ni comida ni contento del mundo / comparable a una caminata sin fin por calles pobres / donde hay que ser desgraciados y fuertes, hermanos de los perros
Ver másPasado muy presente
El pasado 15 de marzo, Pier Paolo Pasolini hubiera cumplido cien años. Aunque más conocido como cineasta, incluso como articulista, fue un poeta notable que elevó su canto dolorido por la pérdida de un ideal, el de la revolución. Lo hizo en tercetos encadenados, a la manera de Dante en su Comedia, debatiéndose entre contradicciones: "amando el mundo que odio", "entre la esperanza y la desconfianza", porque "nunca hay desesperación sin un punto de esperanza". Es curioso que una obra de largo aliento, sometida al corsé de los tercetos y lastrada por las ideas, sea capaz de despertar emociones, pero lo logra, aunque pueda influirnos la imagen que tenemos del personaje, "un poeta inofensivo, pero diverso", que esgrime en su defensa "una desesperada vitalidad". Martín López Vega ha recopilado y traducido la selección a la que ha llamado como el segundo libro de Pasolini.
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Arturo Tendero es periodista y poeta. Autor de 'El principio del vuelo' (Páramo, 2022) y de 'Viaje a Nemiña y a la Castilla mística' (La Siesta del Lobo, 2022). Estas reseñas y otras más pueden encontrarse en su blog 'El mundanal ruido'.
En 2022 nos han dejado la portuguesa Ana Luísa Amaral (que obtuvo el premio Reina Sofía el año pasado) y el alemán Magnus Enzensberger (premio Príncipe de Asturias a la Comunicación en 2002). También se nos murió el zaragozano Ángel Guinda (premio de las Letras Aragonesas en 2010). Los tres trabajaron en diversos géneros, pero los valoramos sobre todo por su poesía. Además, por quinto año consecutivo, se le ha concedido el premio Cervantes a un poeta. En esta ocasión al venezolano Rafael Cadenas. Hablamos del género menos comercial, que sin embargo sigue siendo el que más libros nuevos imprime cada año. Elegir solo diez, entre doscientos leídos, es tarea peliaguda, pero aquí va una selección de la cosecha 2022.