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Lectura en llamas
Todo parecía estar como en espera de algo
Juan Rulfo
Vine a Manhattan porque dijeron
que aquí estaba el centro del mundo.
Yo misma me lo dije
y me prometí que iría a verlo
en cuanto ella muriera.
Me dejé abrazar en señal de que lo haría,
pues estaba por morirse
y yo en plan de prometerlo todo.
Pero no pensé cumplir mi promesa
hasta que comencé a llenarme de sueños,
a dar vuelo a las ilusiones
y, de este modo, se me fue formando
un mundo alrededor de la esperanza.
Por eso vine a Manhattan.
Y subida en el avión, allá en el cielo,
miraba un agosto desvanecido,
y aquello que veía
era España, y estaba triste.
Son los tiempos, señora.
¿Está seguro de que es España?
Deshecha en vapores,
colmada de hombres como demonios,
mi casa sobre las brasas de la tierra,
mis muertos, llenos de sangre,
y un rencor vivo.
Yo era el retrato viejo de mí misma
y el paisaje, solo un reflejo
de la desolación.
Aquí no vive nadie.
*Almudena Vidorreta (Zaragoza, 1986) es poeta. Su último libro, Almudena VidorretaNueva York sin querer (La Bella Varsovia, 2017).