El Quijote de WellesleyJavier MaríasEl Quijote de Wellesley
AlfaguaraMadrid2016
Wellesley College es, como saben, una universidad privada femenina estadounidense en Massachusetts. Su lema, "Non Ministrari sed Ministrare" ("No he venido a ser servido, sino a servir"), refleja el espíritu de sus alumnas que desean recibir la mejor educación posible. Entre septiembre y diciembre de 1984, Javier Marías trabajó en esta Universidad para impartir a tan selecto auditorio un curso sobre el Quijote. Con las anotaciones, textos y material para dar estas clases se publica, treinta y dos años más tarde, El Quijote de Wellesley, Alfaguara, Barcelona, 2016.
Este año especial donde se ha conmemorado, con mayor o menor fortuna, el cuarto centenario de la muerte de Cervantes, nos regala en su punto final esta deliciosa obra de otro gran escritor del que se habla y se hablará durante generaciones de lectores: Javier Marías.
Una de las más generosas intenciones con las que el autor publica esta clase magistral es “la posibilidad de que algunos lectores o estudiantes españoles de hoy se animen a leer o releer el Quijote”. Del mismo modo y salvando las distancias, confiamos en que esta pequeña reseña sirva para culminar un año cervantino con el deseo de que uno de los regalos que hagamos a quien amamos sea una edición de la vida de Don Quijote de la Mancha o cualquier otro título de tan genial escritor. La lectura de las obras de Cervantes, cualquiera que se haga de ellas ya que evidentemente existen gran cantidad de interpretaciones, es en sí misma un regalo.
Javier Marías nos obsequia en esta publicación con “su lectura particular” del Quijote. Como buen profesor comienza con un programa del curso y destaca los temas que considera más relevantes de la obra. Elabora una temporalización de los contenidos para los dos meses que dura el curso y crea unos apuntes para desmenuzar la obra de los que él mismo confirma que muestran una visión “que no ha variado sustancialmente desde 1984”. Definitivamente nos encontramos con la planificación y desarrollo de una asignatura, una explicación ejemplar de la obra cumbre de la literatura española. Un lujo.
Los lectores que viajen hasta Wellesley para recibir desde su sillón de orejas navideño esta lección pasearán por este extraordinario edificio que nos trae al recuerdo una película entrañable, La sonrisa de Mona Lisa, y que completará nuestra lectura. En sus aulas podremos imaginar a Javier Marías, pero también a otros escritores que en ellas ejercieron su profesión, como Julián Marías, padre de Javier, Vladimir Nabokov o Jorge Guillén. De hecho, refiere Javier Marías que “según cuentan las leyendas del lugar, [esta universidad] le inspiró a Nabokov su personaje más célebre, Lolita, a la que, dicho sea de paso, cuesta imaginar muy atenta en un aula”. Otra gran novela, Lolita, para regalar y ser regalado, una joya de la literatura universal.
Muchos maestros han hablado de Cervantes. Francisco Rico, Azorín, Ortega y Gasset, Menéndez Pidal, Unamuno… La lista es larga y el provecho de quien los estudia, infinito. Muchos nos los recuerda Javier Marías a pie de página y la espiral de lectura y aprendizaje se extiende y se transforma en ganas, apetito de leer o releer o volver sobre algún capítulo del Quijote. Así que el primer deseo del autor de esta clase magistral se cumple con creces.
Cuando terminas El Quijote de Wellesley abres el Quijote de Cervantes. Ahí siguen. Afortunadamente. De nuevo nos encontramos con él, con Don Quijote. Y con Sancho. Con Dulcinea del Toboso. No se escapó Andrés, ni creció ni aprendió. Aunque los libros ardan mal, según nos enseñó Manuel Rivas, de nuevo asistimos a la pira del cura, el señor licenciado, el barbero, la sobrina… Ahí por supuesto Cide Hamete Benengeli. Allí la historia de amor de Dorotea, la tercera del libro. Son los personajes y son los acontecimientos. El baciyelmo para los lectores pero yelmo unamuniano para Don Quijote. Una realidad o varias, una ficción. La vida y la literatura en Don Quijtote de la Mancha. Descendemos como la primera vez a la cueva de Montesinos y velamos sus armas en cualquier castillo o venta, donde ustedes prefieran.
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Un día, también, disfrutaremos con las lecciones acerca de la soberbia obra creada por Javier Marías. La espero anhelante para estudiarla con este corazón tan blanco.
*Sonia Asensio es profesora de Literatura. Sonia Asensio
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