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Viudas de los vivos

Portada de libro.

Sonia Asensio

Tierra sin hombresInma Chacón,PlanetaBarcelona2016Tierra sin hombres

PlanetaBarcelona2016

 

Rosalía de Catro ya habló a la sazón de las viudas de vivos en la Galicia de finales del siglo XIX y principios del XX.

Cobas es una aldea gallega cercana a Ferrol,  situada en un pequeño valle rodeado por montañas majestuosas. Les invito a trasladarse a este lugar de la mano de Inma Chacón con una novela cautivadora, Tierra sin hombres, a través de una prosa que a veces recuerda el ritmo no sé si del océano Atlántico o de la más sublime poesía. Un entorno que me llevó a dudar del origen extremeño de Inma Chacón porque sólo un habitante de estas tierras puede hablar así del mar, de la lluvia y del paisaje en el alma de cada personaje.

Tierra sin hombres es una novela que habla de muchas cosas. Es una historia de amor, es una novela que guarda un secreto, es un cuadro de costumbres donde el paisaje, el clima, la lluvia, las meigas, las supersticiones, las maldiciones y juramentos no son solamente el marco para dejarse llevar por la narración sino que forman parte de la esencia misma del homenaje literario que la autora dedica a las viudas de vivos, estas mujeres valientes.

Llevados por el deseo de medrar, muchos hombres del Norte (de Galicia en estas páginas) decidieron “hacer las Américas”. Destinos como Cuba, Chile o Argentina les ofrecían la posibilidad de regresar como indianos ricos, aunque la mayoría de ellos sólo volvieron con ilusiones rotas, mentiras, algún licor exótico o abalorios extraños. Este hecho no les impedía partir de nuevo a tierras americanas dejando a sus mujeres e hijos otra vez solos y en una situación compleja. Muchos de estos hombres no regresaron jamás y sus esposas quedaron en una situación legal complicada pues no eran viudas pero tampoco podían compartir su vida con nadie más.  Es una novela donde la espera agarra con fuerza al lector, ese sentimiento que endurece y abruma.

 

“Será nena –le dijo conteniendo las lágrimas—, y se llamará Jovita, como mi abuela.¿Por qué nena?Porque hacen falta mujeres para esta tierra sin hombres”.

Rosalía, la leitera, con 30 litros de leche en la cabeza recorre todos los días el camino de ida y vuelta de la aldea al Ferrol para vender la leche, para sacar adelante a sus hijas y la poca tierra que su marido le dejó al emigrar a Argentina. Una mujer valiente con un nombre dedicado, sin duda, a Rosalía de Castro que quiere lo mejor para sus dos hijas, Elisa y Sabela, tomando decisiones que determinarán el curso de sus vidas. Rosalía va a casar bien a la hija mayor, Elisa, y a la menor, Sabela; la reserva para hacerse cargo de ella cuando sea mayor y para dejarle las tierras, los animales y la casa. Sin mala intención esta sentencia provoca que la vida de las tres mujeres tome caminos que las irán alejando y que encerrarán secretos y juramentos que las mantendrán enfrentadas a través del silencio.

Al lado de estas mujeres tan valientes viven, cerca o lejos, personajes masculinos que son, sin ninguna duda, hombres buenos. Inma Chacón trata con una bondad que estremece al tío Manuel,el hermano que su esposo trajo de Argentina para siempre a Cobas, a Elías, a Martín. Hombres que se esfuerzan siempre y que siempre son redimidos por la autora.

Porque esta novela es también una agitada historia de amor. A veces un amor difícil: “El amor puede sembrar la duda donde creemos que sólo hay certeza”. Otras veces, un amor que emociona con esos susurros en gallego que sacuden al lector: “Miña vida, miña xoia”.  Frases que duelen y que anegan el alma cautiva: “Me volví loco sin ti”.  “Te quiero más de lo que puedo soportar”.

En Tierra sin hombres, Inma Chacón nos regala una historia contada a través de emociones y sentimientos. Este amor que intenta abrirse paso entre las envidias, las murmuraciones de las mujeres en los lavaderos, el nombre de Dios, los celos, los secretos, la espera. Y todo ello contado con la belleza de los salmos, con la luz y el sol de la esperanza, con la lluvia y la bruma del dolor.

 

“E tes corazóns que sufren / longas ausencias mortás, / viudas de vivos e mortos / que ninguén consolará” (Rosalía de Castro).

*Sonia Asensio es profesora de Literatura Española.Sonia Asensio

 

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