¡Y luego dicen que los libros son caros!

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Sobre el papel, los libros en España tienen precio fijo: el que establecen los editores, tal y como marca la Ley de la Lectura, del Libro y de las Bibliotecas de 2007 en su artículo 9:

“Toda persona que edita, importa o reimporta libros está obligada a establecer un precio fijo de venta al público o de transacción al consumidor final de los libros que se editen, importen o reimporten, todo ello con independencia del lugar en que se realice la venta o del procedimiento u operador económico a través del cual se efectúa la transacción".

Pero a reglón seguido vienen el artículo 10, donde el legislador enumera los libros que no quedan sometidos a ese régimen (de bibliófilo, artísticos, antiguos o de ediciones agotadas, usados, de texto, descatalogados…) y el 11, que recoge los casos en los que pueden aplicarse precios inferiores (en el Día y las Ferias del Libro, en Congresos o Exposiciones del Libro, cuando el consumidor final sean Bibliotecas, Archivos, Museos, Centros Escolares, Universidades…).

Aquí vamos a asomarnos a las ventanas de oportunidad que abre el artículo 10, en concreto a la reventa de libros usados, que ha dejado de ser ese negocio instalado en una covachuela donde un lector abrumado vendía los ejemplares ya leídos al precio que negociaba con un librero avispado, que determinaba luego su nuevo PVP, en ocasiones, muy próximo al oficial.

Ahora, los libros se venden de uno en uno o de tres en tres, valen lo que pesan (o viceversa) o alcanzan una cotización que depende de la voluntad del cliente.

¿Cuánto quiere pagar?

TuuuLibrería presume de ser un concepto de librería único en España (no en el mundo, porque nació inspirado en la organización estadounidense The Book Thing), en el que los libros tienen el valor que cada uno considere: te puedes llevar los libros que te quepan en una mano y elegir libremente cuánto quieres pagar por ellos.

Porque, como nos explican desde la organización, pagar hay que pagar, la aportación económica es obligatoria; lo voluntario es la cantidad, siempre con el límite de los libros que entren en su mano.

TuuuLibrería.

La primera TuuuLibrería abrió sus puertas en Madrid en septiembre de 2012, y en la actualidad cuenta con otro centro en la capital y un tercero en Barcelona, inaugurado en hace unos días. Y es viable porque trabajan con libros donados, con aportaciones económicas (pero sin ayudas o subvenciones públicas y patrocinios empresariales) y en el marco de un programa de voluntariado en el que la cultura es la clave: aspiran a dar un nuevo uso a un bien cultural como son los libros evitando al mismo tiempo su destrucción y a fomentar el hábito de lectura.

El mismo espíritu que anima a la Associació Llibres Lliure de Catalunya, que desarrolla su labor en Barcelona. “Nosotros distinguimos entre precio y valor de las cosas y de las acciones –nos dice Esperanza Mejías Macías, su presidenta–. Cuando algo tiene valor para ti, un motivo, un ideal, pagas el 'precio' que haga falta. Para empezar no vendemos libros, los damos. Luego las personas que interaccionan, participan y creen en el proyecto lo hacen donando sus libros, invirtiendo su tiempo, dejando la voluntad o realizando donaciones económicas, todo como forma de darle valor a la cultura".

Interior de la Asociación.

De hecho, no tienen clientes: “tenemos personas con inquietudes culturales, con ganas de leer, con pasiones artísticas, con sed de conocimiento, con la intención de regalar cultura, con la alegría de tener y quedarse aquel libro que no podían comprar, con la mirada puesta en encontrar algo especial (recordemos que son libros usados, con sus historias anteriores que muchas veces dejan huella en forma de notas, fotos, puntos de libros, tiquets de autobús…) Diferentes gustos la misma pasión, la lectura”.

Una pasión que comparten con todas las personas que trabajan con libros, ya sea escribiendo, editando o vendiendo, y cuyo objetivo es “trasmitir algo, la pasión porque todas las voces tengan una plataforma, las ganas de que el mensaje llegue a todos. Nosotros lo hacemos de otra manera, liberando cultura para personas con otros gustos, valores, recursos… Son formas complementarias no contrarias”.

Libros al peso 

El 14 de abril de 2012, los puestos de la antigua casquería María Luisa y de la antigua pollería Manoli del Mercado de San Fernando (en Lavapiés, Madrid) abrieron sus persianas, fundidos en uno y convertidos en La Casquería, un puesto donde se venden libros por kilos.

“La razón de vender al peso es porque nos parecía la forma más sencilla y honesta de ponerle precio (de cuantificar su valor y medir el trabajo que implica comerciar con libro de segunda mano) sin entrar en valoraciones subjetivas ni en especular con la revalorización del libro antiguo que no era ni nuestro objetivo ni nuestro oficio”, nos dice Ana, junto con Raquel, Susana, Luis, Jose y Ulpiano, forma el equipo que da vida al proyecto. “Se trata simplemente de poner un precio asequible a libros que pueden tener más vidas que un solo uso y ponerlos a disposición de otras personas que quieran leerlos. El encontrarnos con la oportunidad de entrar en el mercado terminó de redondear la idea de trabajar con el libro como un producto más de la vida cotidiana".

La Casquería.

La Casquería es una asociación cultural. “Es la forma que mejor encajaba en nuestro modelo porque somos un proyecto colectivo mixto: La Casquería no es estrictamente un proyecto de negocio (aunque necesita ser sostenible para cubrir la gran cantidad de horas que implica tener abierto un lugar público) puesto que hay personas cuya dedicación es voluntaria, porque le gustan los libros, el proyecto y el grupo. La situación económica actual no nos permite generar un modelo empresarial (cooperativa) estable, pero nos interesan los modelos de economía social y solidaria y en la práctica, tratamos de regirnos por principios de equidad, cooperación, democracia y ecología (somos parte del Mercado de Economía Social de Madrid)”.

Cuando llevaban dos años hicieron un primer balance que ahora, camino de los cuatro, es aún más completo. Ana se confiesa sorprendida por la reacción de la gente. “Nos llega mucho libro y de calidad, hay muchas personas que agradecen tener un sitio donde poder traer sus libros. Pero en general, el modelo, como lo planteamos, funciona, es decir: tiene buena acogida, y nos parece ajustada la relación de precio por libro y el servicio que damos). Algunos amigos nos mostraron sus dudas respecto a esto, y ha resultado más inteligible de lo que en un inicio parecía, cuando empezábamos a contar lo de los libros al peso".

Precio fijo... ¡Pero qué precio!

“No vendemos libros antiguos –explica Nicolás Weber, director de Re-Read Librería Lowcost–. Ofrecemos libros como nuevos en librerías muy cuidadas con especial atención a la clasificación de los libros, los detalles, el diseño". 

La suspensión voluntaria de la incredulidad

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Sus precios son fijos, pero no como los precios fijos del precio fijo: un libro 3€, dos libros 5€ y a partir de cinco libros, cada uno cuesta 2€. Pero presumen de que siendo el esencial, ese atractivo no es el único: “tenemos servicios gratuitos. Si buscas un libro que no tenemos, enviamos una alerta y te avisamos si nos llega. Acabamos de anunciar un proyecto totalmente innovador: The Book Finder. Nos gustan las palabras (¿qué mejor que las palabras para vender palabras?), jugar con ellas, comunicar y el humor: si te interesa, date una vueltita por el Facebook de Re-Read”.

Y el método funciona, y la red Re-Read, fundada por profesionales del libro que se mueven en este ambiente desde hace tres generaciones, ha crecido en régimen de franquicia: primero fue Barcelona, luego Madrid, están a punto de abrir Valencia, Sevilla, San Sebastián, Badalona, Granollers… “Para interactuar entre nosotros, poder trabajar juntos y desarrollar actividades en lugares muy distintos, apostamos por el uso intensivo de herramientas colaborativas (la informática en la nube). Nuestra comunicación interna (mensajería, chat, telefonía, videoconferencia), nuestra intranet (herramienta clave de Re-Read), nuestras herramientas diarias (programa de caja, gestión, base de conocimiento, apps propias) nos permiten trabajar en un proyecto común en tiempo real, estemos donde estemos y sin redundancia de información. De hecho, es gracias al uso que hacemos de las nuevas tecnologías, que podemos proponer precios de libros tan bajos. Podría sonar paradójico pero es gracias a ellas que podemos competir directamente con el libro electrónico”.

Para que luego digan que los libros son caros.

Sobre el papel, los libros en España tienen precio fijo: el que establecen los editores, tal y como marca la Ley de la Lectura, del Libro y de las Bibliotecas de 2007 en su artículo 9:

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