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'Give peace a chance', el eterno himno pacifista que vuelve a sonar por Ucrania

Protesta pacifista de John Lennon y Yoko Ono en 1969

Europa se despertaba este viernes con más de 150 emisoras de 25 países emitiendo a la vez Give peace a chance, el eterno himno pacifista de John Lennon. Una manera simbólica de unir a los ciudadanos del viejo continente, que durante cuatro minutos han podido escuchar lo mismo que los ucranianos gracias a la adhesión también de la radio pública de Ucrania. Todos sintonizados a la misma frecuencia.

El origen es la iniciativa de la radio pública de Berlín, Radioeins, miembro de la Unión Europea de Radiodifusión, que la ha promovido entre sus integrantes, sumando también a emisoras privadas. Según sus promotores, se trata de demostrar, frente al horror del ataque de Rusia a Ucrania, que el poder de la radio puede amplificar el apoyo a la paz y crear un movimiento unido en todo el continente.

Give peace a chance fue escrita en 1969 durante la luna de miel que Lennon y su ya esposa Yoko Ono pasaron en las camas en hoteles de Amsterdam y Montreal como protesta contra la Guerra del Vietman. Tal y como el propio músico explicó repetidamente a los periodistas, su objetivo con esta acción sencillamente era "darle una oportunidad a la paz". Y tanto lo repitió, que finalmente le encontró la inspiración.

En un momento dado, pidió a su asistente que buscara un ingeniero de sonido. Dicho y hecho, el 1 de junio de 1969 se plantó en la habitación 1742 del Queen Elizabeth Hotel de Montreal el dueño de un estudio de grabación local, André Perry, quien colocó cuatro micrófonos y registró la interpretación en una grabadora de cuatro pistas de lo más simple.

A esta espontánea sesión asistieron decenas de periodistas y algunas celebridades de la época como Timothy Leary, Rabbi Abraham Feinberg, Joseph Schwartz, Rosemary Woodruff Leary, Petula Clark, Dick Gregory, Allen Ginsberg, Roger Scott, Murray the K y Derek Taylor (algunos son mencionados en la letra). Lennon tocó una guitarra acústica con el único acompañamiento de Tommy Smothers, de The Smothers Brothers, con otra guitarra igual.

"Mola que no hiciera falta ir a grabarla a un estudio", apunta a infoLibre el músico Carlos Ruiz Bosch, conocido artísticamente como Litus, quien destaca a su vez que precisamente por su espontaneidad "tiene un punto de reunión de amigos". De manera que no fue necesaria ninguna parafernalia para convertir esta idea en un himno antibelicista que llegó al número 14 en Estados Unidos y al 2 en Reino Unido. Y que a día de hoy, 53 años después, mantiene intacta la vigencia de su mensaje (no hizo falta que fuera número 1, pues ya se sabe que las canciones que perduran, por lo general, no encabezan las listas de éxitos comerciales).

Medio siglo después, es una canción que conserva "la ilusión y la esperanza", tal y como destaca Igor Paskual a infoLibre. "El problema que tienen las canciones de paz es que siempre quedan muy manoseadas, porque cualquier mensaje positivo, de carácter incluso ingenuo en ocasiones, es vapuleado por nuestro cinismo habitual. Esta canción, que tiene un mensaje maravilloso, no se libra. Y como no se puede atacar al mensaje, se ataca al mensajero, como se suele hacer en política. Pero en este caso el mensajero es capaz de soportar todos los ataques", plantea el músico donostiarra, que acumula tres décadas de trayectoria y veinte años ya como guitarrista y compositor de Loquillo.

Tercia Litus de nuevo para remarcar que Lennon siempre tuvo la "habilidad de expresar conceptos muy complejos de una manera muy sencilla". Señala, además, que la frase 'dale una oportunidad a la paz' es "más ingeniosa de lo que parece" e incluso "mucho más potente que 'no a la guerra', que es más tajante y directa". "'Dale una oportunidad a la paz' tiene incluso su punto de humor inglés", añade divertido.

Y aún prosigue el músico tarrasense: "Hay tantas frases de Lennon, como otra en Beautiful boy, que dice 'la vida es lo que pasa mientras estás haciendo planes de futuro'. Son esas frases tan ingeniosas y que se te quedan y te atraviesan. Cuando las escuchas piensas '¿pero cómo no se me ha ocurrido a mí?' y sientes que han existido siempre. Lennon siempre tuvo ese talento para ser muy universal y crear frases que entiende toda la humanidad".

En esta misma línea, habla Igor Paskual del "carisma" y el "poder evocador" de John Lennon, que fue capaz de atraer toda la atención de los medios hasta la cama de su hotel en Montreal. Una acción que, indudablemente, influyó en la perdurabilidad del mensaje, sin hacer de menos a esta pegadiza melodía que es casi imposible expulsar de la cabeza una vez que se te cuela por el resquicio que sea.

"Puedes tener el mensaje y la canción, pero necesitas un evento para transmitirlo. Ahora se hace por Instagram, pero en aquel momento se inventaron aquello muy hábilmente. Y su personaje era lo suficientemente poderoso como para despertar semejante atracción", remarca, al tiempo que recuerda que no todo fueron aplausos, pues fue también muy criticado y puesto en duda con las habituales acusaciones derivadas de ser famoso y millonario.

Aporta una visión más el cantante y guitarrista de Rufus T. Firefly, Víctor Cabezuelo, quien apunta que si Lennon no hubiera conocido a Yoko no habríamos conocido esa faceta abiertamente política. "Yoko sacó el lado más activista de Lennon. O a lo mejor se atrevió más a sacarlo desde que empezó su relación. Sea como fuere, es desde luego algo que definió toda la segunda parte de su carrera. Siempre hay un tono político muy interesante de Lennon en solitario que quizás de otra manera no se hubiera atrevido a sacar. Y eso es muy positivo", asegura a infoLibre.

Porque los Beatles mostraron progresivamente cada vez más intención política, pero siempre con un tono "demasiado poético, con segundas intenciones". Una vez emprendió su carrera solista, Lennon cambió su relación con el mundo y adoptó una actitud mucho más decidida. Tanto, que fue vigilado e investigado por el FBI y la CIA por subversivo. "Decidió ir a saco y así lo hizo", remarca el músico madrileño, dando así importancia al papel de una Yoko Ono que, aunque no figure como autora de este himno, indudablemente tuvo mucho que ver en su gestación (y por eso está acreditada como productora).

Coincide con su colega Igor Paskual, quien pone en valor y el riesgo el activismo de Lennon comparándolo con un Lou Reed escondido "detrás de una imagen de tipo duro que pasa de todo" o un Bob Dylan que "nunca muestra lo que piensa realmente". Y argumenta en este punto el posible origen de ese compromiso antibelicista: "John y Yoko sufrieron bombardeos. Porque él nace en la etapa en la que los alemanes están bombardeando Liverpool en la Segunda Guerra Mundial, y ella sobrevivió al bombardeo de Tokio en un refugio cuando tenía 6 o 7 años. Los dos son hijos de la guerra y en concreto de la Segunda Guerra Mundial".

Sendas experiencias personales, tan alejadas geográficamente, se funden por tanto en Give peace a chance, una canción "muy sencillita con dos acordes", tal y como explica LItus. "En el estribillo mete dos acordes y en la estrofilla usa un solo acorde todo el rato. Es alucinante y ese puede ser el secreto también", indica, mientras Cabezuelo apostilla: "Estoy seguro de que la hicieron en una tarde y al día siguiente ya la estaban grabando".

"Y me parece muy bonito el hecho de que en la canción haya un carácter muy colectivo -continúa-. Hay muchas voces, mucha gente interactuando y eso hace que el mensaje sea más universal y más humano. No es una paranoia de una persona, sino que la intención es reunir a la gente para que el mensaje pueda llegar más lejos y haya más identificación con ese colectivo que está pidiendo la paz. En un estudio hubiera perdido esa frescura y espontaneidad que le viene muy bien a la canción".

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La vigencia y perdurabilidad de Give peace a chance se aprecia tanto por su reproducción constante en cualquier punto cardinal cuando de reclamar la paz se trata, como de la inabarcable cantidad de artistas que en algún momento han decidido cantarla a su manera. Desde U2 hasta Aerosmith, pasando por Elton John, Louis Armstrong o Joni Mitchell. Incluso Paul McCartney y Ringo Starr, los dos Beatles aún vivos, acuden recurrentemente a ella como tributo a su viejo amigo.

Todos ellos se han encargado de mantener vivo un himno que ya de por sí está más que presente en el imaginario no ya colectivo, sino global. Tal es su calado que es la primera canción que nos viene a la cabeza cuando hay que poner banda sonora contra la guerra y a favor de la paz. Pareciera que es la única, que no hay otras para expresar este sentimiento, pero no es así. Ocurre, eso sí, que está primero ella y luego todas las demás.

Así, sin salirse de Lennon, Litus apuesta por Imagine como otro himno antibelicista. Víctor Cabezuelo sube el volumen y pone los vúmetros en rojo escogiendo la contundencia del War pigs de Black Sabbath, mientras que Igor Paskual cita el Himno a la alegría de Miguel Ríos, Masters of war de Bob Dylan o El gavilán de Violeta Parra, e incluso retrocede en el tiempo hasta las tragedias griegas para mencionar Lisistrata de Aristófanes, que aunque no sea una canción como tal, "tiene partes cantadas". Opciones diversas, aunque Cabezuelo tenga claro por qué Give peace a chance sigue calando tanto: "Es un mensaje muy claro y sencillo, pero no por ello deja de tener fuerza y verdad".

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