El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, lo anunciaba con orgullo en la mañana del martes en un desayuno informativo: la actriz, directora y dramaturga Natalia Menéndez será la nueva responsable del Teatro Español y las Naves de Matadero, los principales centros teatrales de la capital. No era para menos. Con este movimiento, el Gobierno PP-Cs y su delegada de Cultura, Andrea Levy, se apuntaban un tanto importante de cara al sector. Natalia Menéndez, responsable del Festival de Teatro Clásico de Almagro hasta 2017, es una figura de consenso cuya gestión pública ha sido aplaudida hasta ahora sin reservas. Menéndez llegó a Almagro en 2010, cuando el certamen pasaba por una situación financiera muy delicada que llegó a amenazar incluso su continuidad, y logró reducir la deuda de la entidad al tiempo que aumentaban los espectadores.
Las primeras reacciones han sido, de hecho, de celebración. Y eso pese a que Menéndez ha sido nombrada por designación directa, prescindiendo del concurso público que organizaron tanto el Gobierno de Ana Botella como el de Manuela Carmena, por el que fueron elegidos Juan Carlos Pérez de la Fuente en el primero y Carme Portaceli y Mateo Feijóo en el segundo. Con este único nombramiento, la creadora se hará cargo de la gran sala del consistorio madrileño, reunificada después de que el Gobierno de Carmena decidiera separar sus dos espacios, el antiguo Teatro del Príncipe y las Naves, para crear en estas últimas el Centro Internacional de Artes Vivas. El Ayuntamiento había anunciado ya su voluntad de acabar con este último proyecto, cuya creación en 2017 resultó polémica: cuando se decidió que este espacio estaría dedicado a las artes escénicas de vanguardia, el mundo teatral madrileño se dividió entre los que criticaban que no se contara con el teatro de texto y quienes pedían que se brindara una oportunidad a la propuesta.
Martínez-Almeida celebraba en la mañana del martes que una "extraordinaria" dramaturga se hiciera cargo del Español, y aseguraba que "la cultura no debe ser un hobby o una distracción como con el equipo de Carmena"hobby . Si se conocía que el área de Cultura cerraría el Centro Internacional de Artes Vivas, Levy había dejado claro también que prescindiría no solo de los servicios de su director, sino también de los de Carme Portaceli, cuyo contrato al frente del Teatro Español estaba vigente hasta el 30 de septiembre de 2019. La delegada de Cultura aseguró la pasada semana que la nueva dirección respetaría la programación ya organizada por Portaceli hasta final de julio de 2020. Esta, en un acto público de despedida, reclamaba: "Lo que me preocupa es el desarrollo de la temporada. Mi deseo sería acompañarla para que fuera como está soñada, para poderle dar el buen trato que merece el esfuerzo de las personas que están en ella. Al producirse mi cese, no sé si podré velar por ella. Ojalá las instituciones tuvieran la sensibilidad para que así fuera".
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Desde que dejó el Festival de Almagro, que ahora dirige Ignacio García, Menéndez ha regresado a la dirección de escena, con obras como Tebas land (que llegó al Teatre Nacional de Catalunya), Mi niña, niña mía (estrenada, precisamente, en el Español) o Tres sombreros de copa (producción del Centro Dramático Nacional). Anteriormente, Menéndez —especializada en teatro contemporáneo, tanto español como europeo, aunque ha trabajado durante años con el Don Juan Tenorio de Zorrilla— era ya una habitual de todos estos teatros, y ha estrenado también en centros como los Teatros del Canal o el Teatro de la Zarzuela. En mayo, declaró en la Cadena Ser que, aunque no descartaba volver a la gestión, pero decía: "No me he presentado a ningún concurso público porque desde aquí digo que no creo en ellos". Si la decisión lleva tiempo fraguándose, no lo parece: en agosto, manifestaba a la agencia EFE su voluntad de "volver a actuar" después de años alejada de la interpretación; y tiene previsto un estreno como directora para la Compañía Nacional de Teatro Clásico el próximo mayo.
Natalia Menéndez hereda, en el Teatro Español, una ocupación del 75% y unos ingresos, en 2018, de 1,5 millones de euros —en 2016 alcanzaron respectivamente el 33% y los 780.000 euros—. En Naves de Matadero, el panorama es algo más complejo: entre marzo de 2017 y diciembre de 2018, se congregaron allí 18.886 espectadores de pago, por los que se ingresó menos de 190.000 euros, un público que aumentaba hasta los 167.981 asistentes si se incluían las actividades gratuitas. La nueva directora tendrá que decidir, entre otras cosas, si regresa al modelo Pérez de la Fuente o idea un nuevo perfil para las Naves.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, lo anunciaba con orgullo en la mañana del martes en un desayuno informativo: la actriz, directora y dramaturga Natalia Menéndez será la nueva responsable del Teatro Español y las Naves de Matadero, los principales centros teatrales de la capital. No era para menos. Con este movimiento, el Gobierno PP-Cs y su delegada de Cultura, Andrea Levy, se apuntaban un tanto importante de cara al sector. Natalia Menéndez, responsable del Festival de Teatro Clásico de Almagro hasta 2017, es una figura de consenso cuya gestión pública ha sido aplaudida hasta ahora sin reservas. Menéndez llegó a Almagro en 2010, cuando el certamen pasaba por una situación financiera muy delicada que llegó a amenazar incluso su continuidad, y logró reducir la deuda de la entidad al tiempo que aumentaban los espectadores.