Música
Las nuevas letras de Sabina
Lo niego todo es el nuevo disco en solitario de Joaquín Sabina en siete años, cuyo single del mismo título lleva semanas sonando en la radio. Este nuevo trabajo del músico —miembro de la Sociedad de Amigos de infoLibre y colaborador del mensual tintaLibre— se lanza el viernes 10 de marzo en todo el mundo, pero el jueves los viajeros del Metro de Madrid podrán disfrutar en varias estaciones de sus 12 líneas. Nos adelantamos a la presentación con las letras de dos de los nuevos temas, publicadas en tintaLibre en sus números de febrero y marzo. "Leningrado" y "Lágrimas de mármol" están firmadas por el músico jienense en solitario, aunque otros de los temas del disco están compuestos junto al poeta Benjamín Prado, colaborador también de este periódico. Lo niego todo está producido por Leiva, antiguo integrante del grupo Pereza.
Leningrado
Me doctoré en tus labios de ocasión,
en una sórdida pensión de Leningrado,
sin pasaporte y fuera de la ley
pero borracho como un rey desheredado.
Cincuenta rublos era un Potosí
y tu desnudo un maniquí de grana y oro,
nos dieron llaves de la suite nupcial
que era un cuartucho de hospital sin inodoro.
Nos quedaba para un vodka con limón
y un tostón del menchevique de la esquina.
Cuando agonizó el palique ¡qué ansiedad!
te empecé a desabrochar la gabardina.
No era fácil en la Unión Soviética
ir por condones a recepción.
A años luz de la rutina
anidó una golondrina en mi balcón.
No sé que nos pasó ni cómo fue
que nos cruzáramos aquella noche loca.
Balbuceamos cursiladas todo a cien
y rodamos descosiéndonos la boca.
Nos matábamos de ganas de vivir
sobreactuando el vodevil de la bohemia.
No dormir era más dulce que soñar
y envejecer con dignidad una blasfemia.
Tú con tu boina, yo con barba, viva el Che,
recién conversos a la fe del hombre nuevo,
no había caído el muro de Berlín
ni reventado el polvorín de Sarajevo.
Porque la revolución tenía un talón
de Aquiles al portador
y flotando entre las ruinas
enviudó una golondrina en mi balcón.
Ayer salías morena de un café,
ya casi medio siglo que no te veía.
Eras rubia si no recuerdo mal
dije y, mintiendo, estás más guapa todavía.
Me aceptaste una cerveza sin alcohol,
se nos había muerto el sol en los tejados.
Funerales y con nada que decir
vi en tus pupilas un añil mal dibujado.
No sé por qué sigo escribiendo esta canción
pero me sangra el corazón cuando lo hurgo.
Supe que te casaste con un juez
y Leningrado es otra vez San Petersburgo.
Lágrimas de mármol
(De senectute)
El tren de ayer se aleja, el tiempo pasa,
la vida alrededor ya no es tan mía,
desde el observatorio de mi casa
la fiesta se resfría.
Los pocos que me quieren no me dejan
perderme solo por si disparato,
no pido compasión para mis quejas
que tocan a rebato.
Acabaré como una puta vieja
hablando con mis gatos.
Superviviente, sí, ¡maldita sea!
Nunca me cansaré de celebrarlo.
Antes de que destruya la marea
las huellas de mis lágrimas de mármol.
Si me tocó bailar con la más fea
viví para cantarlo.
Dejé de hacerle selfis a mi ombligo
cuando el ictus lanzó su globo sonda,
me duele más la muerte de un amigo
que la que a mí me ronda.
Con la imaginación, cuando se atreve,
sigo mordiendo manzanas amargas
pero el futuro es cada vez más breve
y la resaca larga.
Superviviente, sí, ¡maldita sea!
Nunca me cansaré de celebrarlo.
Antes de que destruya la marea
las huellas de mis lágrimas de mármol.
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Si me tocó bailar con la más fea
viví para cantarlo.