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El Pompidou y el Museo Ruso desembarcan en Málaga

Francisco Chacón

Málaga confirma su apuesta por el arte como buque insignia con la inauguración de las sedes españolas del Museo Ruso de San Petersburgo (miércoles 25 de marzo) y del Centro Pompidou de París tres días después.

El alcalde, Francisco de la Torre (PP), cumple de esta forma su sueño megalómano, apoyado en el flujo humano que facilitan la ampliación de su aeropuerto internacional y el AVE a Madrid y Barcelona, así como el Avant a Córdoba y Sevilla.

Está fuera de toda duda que la ciudad se beneficia de todo este aluvión, amplificado por una mayor oferta de cruceros en el Puerto de Málaga, aunque las cuentas se disparan y el coste supera los siete millones de euros sólo en este primer año (nada que ver, en cualquier caso, con los 600 desembolsados por Galicia para poner en pie la faraónica Ciudad de la Cultura en las afueras de Santiago de Compostela, cuya rentabilidad en absoluto ha sido acreditada).

El mismísimo Mariano Rajoy asistirá el sábado 28 de marzo a la apertura del Pompidou en el Cubo ubicado en el Muelle Uno, recuperado por el plan urbanístico con el típico centro comercial. Según han expresado fuentes del Partido Popular, el objetivo pasa por presentar el acto como un ejemplo de la supuesta sintonía hispanofrancesa.

También resulta evidente que contemplar obras de Frida Kahlo, Magritte, Giacometti o Francis Bacon en sus salas representa una opción muy atractiva para que la imagen de la ciudad deje de estar exclusivamente asociada al sol y al ladrillo.

La influyente comunidad rusa de la provincia (incluidos los integrantes que no desentonarían en Leviatán, de Andrei Zviagintsev) ha tenido mucho que decir, según las crónicas locales, a la hora de poner en pie la sede de la pinacoteca de San Petersburgo.

Museo de la memoria

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Piezas de Chagall, Kandinsky o Rodchenko se unirán a otras del siglo XV y una parte de la colección de Diaghilev, creador de los míticos Ballets Rusos, darán brillo a su andadura.

Málaga da un vuelco, por tanto. Especialmente porque se trata de un suma y sigue: Museo Picasso (próximo destino de Mural, la obra maestra de grandes dimensiones de Jackson Pollock), Museo Carmen Thyssen (que inaugura el viernes 27 de marzo la colectiva Días de verano, con Sorolla, Fortuny, Darío de Regoyos, Picasso, Monet o Hopper), Centro de Arte Contemporáneo (donde realizaron su debut en España los hermanos Chapman y Marc Quinn; o sea, el tipo de exposición que deberían hacer el Reina Sofía y el IVAM) y Centro de Fotografía La Térmica, feudo actual de una retrospectiva sobre John Lennon y Yoko Ono.

La ciudad, con casi 570.000 habitantes, trata de seguir así el rastro de Bilbao, cuya transformación es un hecho desde que se alza el Museo Guggenheim, de acuerdo con el diseño de Frank O. Gehry.

Málaga confirma su apuesta por el arte como buque insignia con la inauguración de las sedes españolas del Museo Ruso de San Petersburgo (miércoles 25 de marzo) y del Centro Pompidou de París tres días después.

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