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La 'Barbieland' de la mafia: Hugo Silva nos muestra la 'Marbella' de las 150 bandas del crimen organizado

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Ferraris, Lamborghinis amarillos, chándals fluorescentes, camisas estampadas, riñoneras en el pecho, cadenas de oro, relojes (muy) caros. Una estética abrumadoramente kitsch basada en la ostentación y que pretende mostrar un estatus en el que el dinero es la única ley, independientemente de su procedencia. Nadie pregunta de donde salen los billetes en Marbella, pero el caso es que se mueven a una velocidad escandalosa. "Y en Puerto Banús, que es el punto de encuentro de toda esta gente, pasa un Ferrari o un Lamborghini cada veinte segundos o aparece un chaval con un chándal imposible de 10.000 euros y un reloj de 20.000 euros", apunta a infoLibre el cineasta Dani de la Torre.

Y sabe de lo que habla el director gallego, pues tras el éxito de La unidad y La unidad Kabul vuelve a conformar pareja creativa con Alberto Marini en Marbella, la nueva serie original de Movistar Plus+ que puede verse en la plataforma a partir del próximo 2 de mayo. Una producción de Buendía Estudios Canarias que se acerca a una intricada red de bandas criminales que operan en la Costa del Sol, a un entramado complejo en el que se mezclan múltiples nacionalidades, delitos tradicionales y cibernéticos, capos de la vieja escuela y jóvenes que llegan para imponer nuevas normas. 

"Es que hay unas 150 bandas internacionales de unas 60 nacionalidades que se han instalado en Marbella y que la han convertido en la ONU del crimen organizado", remarca a infoLibre Marini, guionista de la serie. "Todo eso está metido dentro de una ciudad muy pequeña donde todo el mundo se conoce", tercia De la Torre, a quien le llama "mucho la atención ese colorido, esa ostentación, esa manera de vivir bien que ya viene desde los ochenta pero que ahora ha degenerado un poco y ya no parece de la aristocracia sino que parecen raperos, estrellas del fútbol o de la música". "Llama mucho la atención ver eso en un espacio tan pequeño y hace que Marbella sea un sitio peculiar y único, ya no solo en España, sino en Europa", remarca.

La serie nace a partir de una idea original de Nacho Carretero y Arturo Lezcano, periodistas de investigación que publicaron en 2021 en 'El País' un especial titulado Marbella, sede global del crimen organizado. Ese fue el detonante que llamó la atención de Dani de la Torre y Alberto Marini, que nos muestran a lo largo de seis episodios de una hora cada uno esa cara de la ciudad malagueña que cualquiera puede ver porque no es precisamente discreta, pero que al mismo tiempo se mantiene a su manera invisible, como en una realidad paralela que se desarrolla pared con pared con la rutina de los vecinos de a pie.

"Ese otro mundo no lo ves, pero te tomas una cerveza en Puerto Banús y ahí hay un desfile de coches y ropa de altísimo lujo, tiendas de relojes carísimos...", explica a infoLibre el protagonista, Hugo Silva, quien encarna a un ambicioso y seductor abogado dispuesto a retorcer la ley y saltarse cualquier código ético o moral para lograr sus objetivos y convertirse en el letrado más cotizado de la ciudad. "Ya cuando fuimos a hacer el trabajo de campo a Marbella vimos un escenario que no existe en ningún lado, un nivel de lujo y de mostrar todo el poderío que yo no había visto en ningún sitio. Incluso me pareció ver un tipo de turismo que va a ver cómo otros se gastan ese dinero, porque se sientan allí a mirar los coches, los barcos y la gente pasar", continúa el actor, que bromea al reconocer que, para él, que es "de un barrio de Madrid, es de repente muy exótico, como estar en otro país".

Y aún prosigue: "Marbella es una serie vertiginosa y la ciudad un marco fantástico para el género y para una narrativa muy inspirada en la forma de hacer de Scorsese en cuanto a mover la cámara, romper la cuarta pared y que haya un personaje que te lleve de la mano, que sea tu confidente y que a ti como público te haga también especial y partícipe de una experiencia inmersiva de entrar en esa cara Marbella. Y cuando digo Scorsese son referencias como Casino, donde hay un lujo exagerado y un ambiente fanfarrón de 'mira todo lo que he conseguido tengo a mis pies'".

Con un guion inspirado en mafiosos reales, completan el elenco principal Ana Isabelle, Khalid El Paisano (en su debut como actor poniéndose en la piel de un narco nada amable), Aurora Moroni, Elvira Mínguez, Manuela Calle, Mohamed Said, Daniele Fileti y Fernando Cayo. Entre todos llevan a la pantalla la realidad de "una ciudad muy bonita", pero de la que no te das cuenta del peligro hasta que ves la serie, tal y como asegura a infoLibre Khalid El Paisano. "La verdad es que cuando vas a la ciudad por primera vez, como fui yo para rodar, te dices 'aquí no puede pasar esto' en este lugar tan hermoso, con tanto turismo, las playas y la comida tan rica. Es muy impactante enterarse de todo lo que está pasando detrás de cámara en paralelo, saber que en las mismas discotecas es donde se lava el dinero y todo este desenfreno sucede", añade Ana Isabelle igualmente a infoLibre.

Lo cierto es que en Marbella "hay un equilibrio bastante bien conseguido" entre el mundo de las bandas internacionales y la sociedad, digamos, civil. Más que nada porque cada cual tiene sus propios lugares, y los de los mafiosos resultan "inaccesibles y prohibitivos económicamente" para el resto de ciudadanos, tal y como explica De La Torre. Además, asegura que ambos ecosistemas apenas se tocan en realidad, más allá de que "mucha gente vive del dinero de los otros con empresas de todo tipo", ya que en última instancia "los asuntos entre mafias se arreglan entre mafias sin una repercusión social".

Es decir, según el directo, "si pasa algo las mafias no van en contra de la sociedad, van en contra de determinados miembros de esas bandas, y eso propicia un equilibrio", argumenta, apostillando, eso sí, que a su juicio ese esa estabilidad "puede estar en peligro" si lo que "está pasando en Holanda, Suecia o Bélgica llegara a Marbella", teniendo en cuenta que "son la misma gente". "El crimen organizado no incide en la sociedad, lo arreglan entre ellos, aunque eso no significa que un día pueda pasar cualquier cosa, porque puede pasar, ojalá que no", anticipa, detallando que en cualquier caso es verdad que en Marbella las cosas se arreglan en "petit comité" y no es algo "tan desaforado como puede ser un cártel colombiano, mexicano o incluso del este de Europa".

"En Marbella no hay inseguridad", tercia Marini, señalando que durante todo este proyecto han descubierto unas mafias que "tienen su propio código aparte" que las diferencia del resto. "La camorra italiana es omertá, los cárteles crueldad, y en Marbella hemos descubierto una mafia que es exhibición, fiesta y todo por lo alto. No éramos conscientes de esto, pero ha sido muy enriquecedor a nivel creativo poder describir una mafia como nunca habíamos visto, porque la mafia de Marbella es una mafia distinta a todas las demás", resalta, antes de que tercie De La Torre: "No es Palermo, ni Tijuana, ni nada parecido. Es como que viven en un plató. Marbella es Barbieland dentro del mundo mafia".

Y es que, para Hugo Silva, en Marbella claro que pasan y pueden pasar cosas, pero "no es un problema de seguridad porque en realidad las bandas no operan allí, sino que lo que hacen es gastar dinero, invertir mucha pasta y vivir a todo lujo disfrutando de lo que hacen en otros lugares". "Circunstancialmente sí es un sitio donde ha habido muchos pelotazos y que tiene una historia de corrupción inmobiliaria innegable, pero luego también aparte es un sitio precioso, ubicado en un lugar muy concreto muy cerca de Gibraltar y de Marruecos, con un crecimiento económico brutal y donde el bien y el mal conviven e incluso se retroalimentan", añade.

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Coincide Marini al hablar de Marbella como un lugar "peculiar, muy beneficiado por el clima, por la ubicación en Europa, sede desde hace muchas décadas de la fiesta de la jet set española e internacional, pero también el lugar elegido como sede por muchas bandas internacionales". Porque el presente de la ciudad viene de hace muchos años, antes de que se convirtiera en alcalde Jesús Gil en 1991, pues ya previamente "estaban afincados allí Gunilla Von Bismarck, Jaime de Mora, Raymond Nakachian, Adnan Khashoggi y todos los traficantes de armas del mundo", tal y como apunta De La Torre.

Y agrega: "Creo que la Costa del Sol es un sitio muy amable para todo el mundo, y Marbella tiene un clima muy bueno, está cerca de todos los sitios, la justicia es relativamente laxa para la gente que tiene mucho dinero... Mientras no haya lío, creo que están muy cómodos. Los grandes capos que viven ahí son los que mantienen la paz, porque no les interesa que se líe mucho. Yo soy gallego y en Galicia se lleva traficando desde los ochenta, desde el tabaco hasta la droga. Pasa en todas las sociedades en todos los lugares, pero en Marbella tiene el componente ostentoso. En Galicia la gente no lo muestra porque es más cerrada, pero en Marbella en particular muestran mucho, se ve mucho, es muy evidente. Y eso parte también de los ochenta, porque creo que Marbella tiene un código propio que va evolucionando en función de la gente que va llegando".

"Aunque nos duela, el crimen y la droga son parte de la realidad y por eso no se pueden erradicar", lamenta Ana Isabelle, para quien "un mundo ideal sería más sereno sin armas, sin violencia, sin drogas". "Pero aunque nos duela, muchos de estos criminales que no tienen los escrúpulos que podamos tener otros contratan a un buen abogado y consiguen salir. Están entre nosotros, nos guste o no, a veces son los que negocian las grandes cosas que disfrutamos, como pueden ser los grandes eventos y conciertos y otras cosas. Por eso esta serie muestra esta cruda realidad bañada de ficción", termina.

Ferraris, Lamborghinis amarillos, chándals fluorescentes, camisas estampadas, riñoneras en el pecho, cadenas de oro, relojes (muy) caros. Una estética abrumadoramente kitsch basada en la ostentación y que pretende mostrar un estatus en el que el dinero es la única ley, independientemente de su procedencia. Nadie pregunta de donde salen los billetes en Marbella, pero el caso es que se mueven a una velocidad escandalosa. "Y en Puerto Banús, que es el punto de encuentro de toda esta gente, pasa un Ferrari o un Lamborghini cada veinte segundos o aparece un chaval con un chándal imposible de 10.000 euros y un reloj de 20.000 euros", apunta a infoLibre el cineasta Dani de la Torre.

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