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En Disclosure, documental que produce y en el que participa, la actriz trans Laverne Cox explica el planteamiento del proyecto: “Según un estudio de GLAAD, el 80% de las personas estadounidenses no conoce personalmente a alguien trans, así que la mayoría de la información que reciben sobre cómo es o cómo vive la gente trans viene de los medios de comunicación”. Lo mismo podría decirse de la población española: aunque no hay datos oficiales sobre el número de personas trans en España, las cifras de otros países y de la Organización Mundial de la Salud hacen estimar que la proporción es menor al 1%. Cuando se habla de minorías, cuyos problemas y necesidades siguen siendo ajenos para la mayoría, la representación cultural tiene un papel central en su definición como sujeto de derechos. Para muchos, las personas trans han sido un enigma que solo se manifestaba en pantalla.
¿Y cómo les ha tratado la pantalla? No muy bien. El cine se ha encargado de reproducir estereotipos que asocian a las personas trans con la prostitución, las drogas y la violencia, y que las pintan como chiste o como víctimas que jamás podrán escapar del oscuro destino que les espera. No ha sido todo así. Hay películas que han logrado acercarse a una representación realista y respetuosa, como Una mujer fantástica, como La ley del deseo, como Tomboy. El documental, como el propio Disclosure o Vestida de azul, ha permitido que el colectivo hablara cuando nadie parecía tener interés en escucharle. En medio del debate en torno a la nueva Ley Trans, que enfrenta en el Gobierno al PSOE y a Unidos Podemos, nos detenemos en algunos de estos filmes. Porque más acá de la discusión política, están las vidas.
1. Una mujer fantástica (Chile, 2017)Una mujer fantástica
Marina y Orlando acaban de irse a vivir juntos cuando él enferma súbitamente. Morirá esa misma noche, en el hospital. Y allí, Marina se encontrará no con la empatía de médicos y agentes, sino con un aire de sospecha. No es por ser 20 años más joven que su novio, sino por ser trans. Esta es la premisa de Una mujer fantástica, estrenada en 2017 y ganadora del Oso de Plata en el Festival de Berlín y del Oscar a mejor película internacional, entre otros muchos galardones. El director, Sebastián Lelio, ponía en escena la transfobia de la familia, que impide que Marina vaya al funeral de su pareja y no duda en echarla sin miramientos del piso que compartía con el fallecido. Pero también refleja una violencia soterrada: el policía que le pide su carné de identidad y pasa a tratarla en masculino, aunque ella insiste en que su nombre es Marina; la detective que cree, sin motivo, que entre Orlando y ella podría haberse dado un episodio violento antes de la muerte; el médico forense que insiste en hacerle fotos desnuda y que se detiene más tiempo del debido en sus genitales. Quien da vida a Marina es la actriz Daniela Vega, que en la misma noche en que la película se hizo con el premio de la Academia de Hollywood se convirtió en la primera mujer trans en presentar un Oscar. "Hay que entender que ser o no trans es parte de lo diverso. Lo primero que quiero yo, con humildad y desde un punto de vista personal, es entender la diversidad como un valor", defendía la actriz hace un año en este periódico.
2. Ace Ventura: Detective de mascotas (Estados Unidos, 1994)2. Ace Ventura: Detective de mascotas
Jim Carrey interpreta a un sabueso dedicado a desfacer entuertos relacionados con animales; en este caso, tiene que averiguar quién ha raptado a la mascota de los Miami Dolphins. A priori, no parece que una trama como esa vaya a dar lugar a nada peliagudo. Pero numerosas personas trans que crecieron con esta película —la calificación por edades estadounidense desaconsejaba su visionado a menores de 13 años, pero lo cierto es que Carrey y la aparición de animales la acercaron en la práctica al público infantil— la ven ahora con otra mirada. En la escena final, el héroe descubre que Lois Einhorn (interpretada por Sean Young, la Rachel de Blade Runner), con quien ha mantenido una relación, es en realidad Ray Finkle, el secuestrador. En una escena perturbadora, el personaje de Jim Carrey obliga a Einhorn a desnudarse en público y, al ver sus genitales, todos los presentes comienzan a vomitar. En una escena previa, cuando el detective se da cuenta de que Finkle es ahora Einhorn, Ventura procede él mismo a vomitar, a lavarse los dientes con furia y a quemar su ropa. La transfobia de Ace Ventura ha sido discutida ampliamente en los últimos años. Lo ha hecho, por ejemplo, el documental Disclosure, del que hablaremos a continuación: varios de sus protagonistas aluden a la película como un complejo y doloroso recuerdo infantil.
3. Disclosure (Estados Unidos, 2020)3. Disclosure
Para rodar este documental, el cineasta Sam Feder tuvo en mente dos referencias: El celuloide oculto, que analizaba el papel de lesbianas y gais en el cine de Hollywood, y Ethnic notions, que hacía lo mismo con las personas negras. “Siempre quise ver esta historia sobre las personas trans, con ese tipo de crítica y análisis y matices”, decía en una entrevista. Disclosure cuenta con el testimonio de creadores y creadoras trans como Laverne Cox —también productora ejecutiva—, Jamie Clayton, Alexandra Billings, Yance Ford, Jen Richards o Zeke Smith, y aborda desde la historia de la representación trans en el cine —contraviniendo la idea de que esta es un fenómeno moderno— a la relación del público trans con estas obras que hasta ahora han sido hechas en su mayoría por personas que no lo son. Disclosure se detiene en algunos puntos luminosos de esta pequeña historia del cine, y también en otros muchos oscuros. La conclusión es que la mayoría de los personajes trans han sido mostrados como un objeto de mofa, asociados al trabajo sexual, como violentos asesinos o como víctimas que acabaran muriendo por ser quienes son.
3. Vestida de azul (España, 1983)3. Vestida de azul
Antonio Giménez Rico quería, en realidad, hacer un filme de ficción que reflejara la vida de las mujeres trans en una España que estaba viviendo su propia Transición. Pero al emprender el proceso de documentación se dio cuenta de que la historia estaba aquí, de este lado de la realidad. Loren, Eva, Tamara, Nacha, Renée y Josette se convirtieron en las protagonistas del primer documental estrenado comercialmente en tratar esta temática en nuestro país. Así lo cuenta la periodista Valeria Vegas —autora también de la biografía de Cristina Ortiz, La Veneno, en la que se basa la serie Veneno— en su libro Vestidas de azul, en el que parte de esta obra para analizar la representación trans en una España que había tratado a la comunidad LGTBI con violencia y cárcel. “Yo soy hombre para dios”, decía partiendo de su identificación como creyente, “porque para la tierra no soy hombre, tampoco mujer, soy travestí. Soy la ridiculez de la tierra, una cosa que no se puede hacer, que no se debe mirar, a quien no se le debe hablar”. Vegas cuenta que Giménez Rico quiso hacer una segunda parte en el décimo aniversario de la película, pero “para muchas de ellas esos diez años habían resultado devastadores”. De la seis, hoy solo siguen con vida Josette y Nacha.
4. La ley del deseo (España, 1987)4. La ley del deseo
Si hay una escena que se ha convertido en icono del cine de Pedro Almodóvar, quizás sea aquella en la que Carmen Maura, asfixiada en la tórrida noche del verano madrileño, pide agua a dos obreros al grito de “¡Riégueme!”. Algunos quizás recuerden, de La ley del deseo, la trama entre Eusebio Poncela y Antonio Banderas, pero el mismo peso tenía el personaje de Maura, hermana del protagonista, actriz y mujer trans. Tina es un personaje complejo, y no está constreñida por su identidad de género ni por su orientación sexual —ha tenido relaciones con hombres, pero ahora prefiere relacionarse románticamente solo con mujeres—. Es una buena profesional, pese a estar pasando por un bache, y es también una buena madre de la niña que comparte con Ada, su expareja, interpretada por Bibiana Fernández. Tina no es mostrada como una víctima, aunque sí se hace referencia a las consecuencias que tuvo sobre su vida salir del armario, y Almodóvar ofrece a su personaje una vida dura en lo amoroso pero plena en lo familiar —una familia, por cierto, muy poco convencional—. Además, hay una declaración que va más allá de la trama: a Ada, que es una mujer cis —es decir, no trans—, la interpreta Bibiana Fernández, una mujer trans; y en el caso de Tina sucede al contrario. Lo segundo ha sido más común en el cine, pero lo primero sigue sin serlo.
5. Boys don't cry (Estados Unidos, 1999)5. Boys don't cry
En Disclosure, el documental mencionado más arriba, esta es una de las películas con más aristas y matices para los participantes. Boys don't cry se basa en la historia de Brandon Teena, un hombre trans asesinado en 1993 por dos conocidos después de que estos descubrieran que era trans. Hilary Swank ganó un Oscar por su trabajo dando vida a Brandon, y Chloë Sevigny fue también nominada por su interpretación de Lana, su novia en aquel momento. La película llamó la atención sobre aquel crimen de odio —y sobre la inacción de la policía, que podría haberlo evitado— y dio visibilidad a la transexualidad masculina, a menudo ignorada. Como decíamos, varios hombres trans señalan en Disclosure lo identificados que se sintieron con la experiencia vital de Brandon. Pero, para otras personas, la película supuso un aprendizaje de la violencia que podían llegar a sufrir: antes de matarle, sus verdugos desnudan a Brandon delante de su novia, y después le violan. Ambas escenas son muy explícitas en el filme. “Después de ver esa película”, dice Laverne Cox en el documental, “pensé: dios mío, voy a morir”.
6. Vestida para matar (Estados Unidos, 1980)6. Vestida para matar
Esta es la trama del thriller de Brian de Palma: una mujer asesina a otras mujeres supuestamente desconocidas; más tarde se descubre que la asesina es Bobbi, una mujer trans que el doctor Elliott, su psiquiatra, considera no apta para la cirugía de reasignación sexual; la última revelación es que Bobbi es el doctor Elliott, que ha dividido su conciencia entre su parte femenina, a la que reprime y que se rebela violentamente, y su parte masculina. No es difícil saber por qué esta película pudo afectar a la percepción que tenían de sí mismas las personas trans que la vieran, así como a la percepción que de las personas trans tuviera el resto de la población. Lo cierto es que el estereotipo tránsfobo de la mujer trans violenta, con problemas mentales, llegando incluso a la psicopatía, no es algo exclusivo de este filme. La película contiene, de hecho, un homenaje a Psicosis, donde Hitchcock viste de mujer al asesino. El tema sería retomado en películas como El silencio de los corderos, donde la motivación del asesino en serie Buffalo Bill para matar a sus víctimas es hacerse un traje con sus pieles para vestirse de mujer. Estas películas se preocupan poco de establecer una diferencia entre estas patologías y la identidad de las personas trans, incidiendo en la idea de que la transexualidad es una enfermedad mental, una concepción reforzada por la medicina hasta hace poco: la Asociación Americana de Psiquiatría dejó de considerarla un trastorno en 2012, y la Organización Mundial de la Salud lo hizo en 2018.
7. Tomboy (Francia, 2011)7. Tomboy
En esta película, la directora francesa Céline Sciamma (Retrato de una mujer en llamas) cuenta la historia de Laure, una niña de diez años cuya familia se muda a una nueva ciudad. En ese nuevo contexto en el que empieza desde cero, Laure empieza a presentarse entre sus amigos del barrio como Mickäel, una reivindicación de libertad que se verá truncada cuando la historia llega a oídos de sus padres. Aunque el desarrollo del personaje de Mickäel no es un camino de rosas, Tomboy no tiene la oscuridad de otros coming of age trans y es mucho más delicada con los momentos de violencia. Tras el autoritarismo de los adultos y de sus compañeros de juegos, queda un resquicio para la complicidad y, quizás, para un futuro abierto. En 2012, el Gobierno francés incluyó la película dentro de un programa para difundir el cine en los colegios; al poco, la organización CitizenGo lanzó una campaña en toda Francia para recoger firmas contra su proyección en las escuelas. Los periódicos informaban entonces de que CitizenGo era una institución afincada en Madrid. Era, de hecho, una marca asociada a HazteOir en la que esta pretendió diluirse en 2017.
8. Cambio de sexo (España, 1976)8. Cambio de sexo
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Cuenta Valeria Vegas en Libérate. La cultura LGTBQ que abrió camino en España, su último libro, que tradicionalmente se ha atribuido a Mi querida señorita, de Jaime de Armiñán, el título de primera película española de temática trans. La autora defiende que no es así: Mi querida señorita refleja a un personaje intersexual, lo que entonces se conocía como hermafrodita. Así, la película de Vicente Aranda es la que tiene el honor de inaugurar el cine trans en nuestro país: en ella, se cuenta la historia de María José, una mujer trans que ha huido de la violencia que sufría en casa para iniciar una nueva vida en Barcelona. Victoria Abril da vida a la protagonista, y Bibiana Fernández se estrena en la gran pantalla interpretando a Bibi, el modelo que inspirará a María José para comenzar a presentarse como mujer. La censura retrasó la puesta en marcha del proyecto, que no pudo rodarse hasta 1976, una vez muerto el dictador, y terminó estrenándose en 1977.
9. Transamérica (Estados Unidos, 2005)9. Transamérica
Hay partes de la premisa de Transamérica, película de Duncan Tucker, que hoy resultan algo anticuadas. Es buena señal: los 16 años que median entre su estreno y el presente han dejado grandes avances en la legislación que protege a las personas trans, pero también en la percepción que la sociedad tiene de ellas. En Transamerica, el espectador sigue a Bree (Felicity Huffman), una mujer trans a punto de someterse a una cirugía genital de reasignación de sexo que se ve sorprendida por la llamada de su supuesto hijo, nacido —sin su conocimiento— de su única relación con una mujer, mucho antes de comenzar su transición. La roadmovie maternofilial enfrenta a Bree con un pasado que ha decidido olvidar, y, como buena feel good movie, acaba prevaleciendo la aceptación sobre los prejuicios. Si decimos que Transamerica puede haber quedado desfasada es por las continuas referencias a que la transición de Bree no estará completa hasta que no se someta a la cirugía, y las numerosas ocasiones en que su existencia como mujer se cuestiona por el hecho de que tenga los genitales con los que nació. Las leyes que reconocen al colectivo trans no exigen ningún tipo de cirugía genital para los cambios en el registro civil, y el borrador de la nueva Ley Trans que estudia el Gobierno introduce la posibilidad de que no tengan que someterse tampoco de manera forzosa a tratamientos hormonales.
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