Nadie en la Unidad Central Operativa (UCO), el cuerpo de élite de la Guardia Civil, tiene el olfato de Rubén Bevilacqua y Virginia Chamorro. Desde que en 1998 se publicara la primera novela de la saga firmada por Lorenzo Silva, ambos han ido creciendo en experiencia, en rango y habilidades detectivescas a la par que aumentaba el número de apasionados lectores de sus andanzas. En la última entrega literaria publicada, Donde los escorpiones (2016, Destino), Silva situaba a Bevilacqua y Chamorro de misión en Afganistán. Pero el cine ha vuelto a poner sobre la palestra la tercera novela de la serie, publicada hace 15 años, y situada en la escarpada isla de La Gomera. Este viernes 1 de septiembre llega a las salas La niebla y la doncellaLa niebla y la doncella, un filme en el que Quim Gutiérrez y Aura Garrido se ponen en la piel de estos dos sagaces guardiaciviles.
Hace también tres lustros se estrenaba El alquimista impaciente, la primera novela protagonizada por Bevilacqua y Chamorro que fue llevada al cine. Un año después, lo hacía probablemente la adaptación más popular de la obra de Silva: La flaqueza del bolchevique, cinta con la que una adolescente María Valverde recogió el Goya a mejor actriz revelación en aquella gala del no a la guerra. Silva reconoce que un principio le resultaba “muy raro” ver a sus personajes en la pantalla, una sensación de la que ha ido desprendiéndose con el tiempo a fuerza, también, de que sus novelas sigan despertando el interés de las productoras. “Digamos que objetivo un poco más las cosas y puedo ser más analítico. La verdad es que lo primero que siento es gratitud, pues que a partir de tu trabajo se intente una creación diferente resulta muy agradable. A partir de ahí, también lo miro con curiosidad. A fin de cuentas pones tu historia en manos de alguien que va a emprender una aventura creativa propia y diferente”, explica el escritor. Como en las anteriores ocasiones, Silva no se ha implicado en el proyecto más allá de la venta de los derechos, la revisión del guion una vez terminado y la campaña de promoción.
En la La niebla y la doncella, Bevilacqua (Gutiérrez) y Chamorro (Garrido) se desplazan a la isla canaria de La Gomera para intentar dar carpetazo a un asesinato sucedido tres años antes. Un joven decapitado a sangre fría, un importante político implicado en el crimen y un equipo de investigación local con muchas historias personales a la espalda componen la asfixiante atmósfera con la que tendrán que lidiar los agentes. Las subtramas de deseo, intereses ocultos y mentiras complican aún más su tarea. La película pasó con bastante discreción por el Festival de Málaga, donde competían por la Biznaga de Oro. Entonces tampoco logró convencer del todo a la crítica, a pesar de un reparto en el que coinciden nombres tan destacados como Roberto Álamo (Que Dios nos perdone, La gran familia española), Verónica Echegui (Yo soy la Juani, Katmandú) o Marián Álvarez (La herida).
Lejos del thriller policiaco más trepidante, el director y guionista Andrés Koppel puso especial atención a la hora de trasladar a esta adaptación la “naturalidad” con la que Silva narra en sus obras el trabajo de los agentes de la Guardia Civil. No hay grandes persecuciones ni tiroteos, de manera que la tensión característica del género resulta bastante más llevadera de lo esperado. Se siguen las pesquisas echando mano del ingenio, los interrogatorios y, si acaso, de algún que otro tortazo. “A parte de que se trate de unos personajes muy extraordinarios, pues yo creo que todo el mundo es extraordinario desde la normalidad, [Chamorro y Bevilacqua] son también muy humanos y tienen pulsiones muy cotidianas. Bevilacqua no es un hombre con grandes traumas, ambos hablan de las cosas que les pasan con normalidad y, sobre todo, son dos grandes compañeros", comenta Koppel días antes del estreno de su debut como director.
El equipo estuvo asesorado en el terreno por miembros de la UCO que hicieron una demostración de su forma de actuar. “Conocer a la gente de la UCO fue una ruptura de esquemas de primer nivel -reconoce Koppel-. Uno se imagina que tiene que pasar cuatro sistemas de seguridad, puertas que se abren, bueno, toda la imaginería que nos hemos creado, ya que la UCO que no deja de ser un cuerpo de investigación de élite. Y de repente te encuentras con un montón de gente que es profundamente normal". "Me sentí muy aliviado y me enamoré de ellos. Resulta bueno que algo tan importante como el cumplimiento de la ley lo haga gente normal y no esas personas con grandes traumas que aparecen en los thrillers americanos y que generan una expectativa muy terrible: necesitamos locos para que cojan a otros locos”.
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El auge del suspense en cine y literatura
La niebla y la doncella se suma a la larga lista de thrillers que han copado la cartelera del cine español durante los últimos años, un fenómeno que, explica Silva, también se está dando en la literatura. “En el año 1995, cuando escribí la primera novela, nadie quería literatura negra. Llevabas una novela negra y te decían que eso no iba a ninguna parte, que no tenían lectores y que era un género que no interesaba”, comenta el escritor, que también ejerce como comisario del festival Getafe Negro de Madrid, dedicado a la literatura policiaca. “Sin embargo, Desde hace aproximadamente nueve años, a raíz de que todo el gran fenómeno de MilleniumMillenium rompiese las cifras de ventas, existe lo contrario, una compulsión por parte de los editores por encontrar autores del género. En España hay una verdadera eclosión del género negro literario desde hace siete u ocho años”.
Por ese renacido interés de los lectores, y antes de que La niebla y la doncella llegue a las salas comerciales, Koppel pide a los más entusiastas con la saga que tomen distancias con la novela y “que juzguen a la película por lo que es”. "La película nace a partir de mi experiencia como lector, es la película que yo he transformado siguiendo las novelas de Lorenzo desde la admiración por su obra y sus personajes”. El tándem Bevilacqua y Chamorro en esta cinta es, según su director, un caleidoscopio de miradas: “No es el Belvilacqua de Lorenzo y Andrés, sino también el de Quim [Gutiérrez] o el Chamorro de Aura [Garrido]”, concluye.
Nadie en la Unidad Central Operativa (UCO), el cuerpo de élite de la Guardia Civil, tiene el olfato de Rubén Bevilacqua y Virginia Chamorro. Desde que en 1998 se publicara la primera novela de la saga firmada por Lorenzo Silva, ambos han ido creciendo en experiencia, en rango y habilidades detectivescas a la par que aumentaba el número de apasionados lectores de sus andanzas. En la última entrega literaria publicada, Donde los escorpiones (2016, Destino), Silva situaba a Bevilacqua y Chamorro de misión en Afganistán. Pero el cine ha vuelto a poner sobre la palestra la tercera novela de la serie, publicada hace 15 años, y situada en la escarpada isla de La Gomera. Este viernes 1 de septiembre llega a las salas La niebla y la doncellaLa niebla y la doncella, un filme en el que Quim Gutiérrez y Aura Garrido se ponen en la piel de estos dos sagaces guardiaciviles.