LA PORTADA DE MAÑANA
Ver
Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

El teatro en la encrucijada

Ya no hay crisis en el teatro. O eso parecería, si la juzgáramos por la amplitud del elenco de los centros de producción públicos, por ejemplo. Menguados hasta el mínimo hacia 2011, cuando se impuso la fórmula de los cuatro, tres, dos o incluso un actor, en 2017 han vuelto a alcanzar fácilmente la docena. De las escenografías mínimas se ha regresado a los grandes aparatajes escénicos. E incluso se recuperó, en junio y después de mucha batalla, el IVA reducido al 10% para los espectáculos en directo —parcialmente: en 2012 estaba al 8%—. El teatro superó en 2016 la taquilla alcanzada en 2008 y 2009. Pero aquí viene lo malo: un tercio del público no ha vuelto y se siguen realizando menos funciones. 

La escena española se encuentra, como el resto de la cultura, en un impasseimpasse. Con las tendencias de la crisis —el microteatro, el auge del off, las sucintas puestas en escena— a la espalda, el futuro está aún por definirse. Estos son algunas de las tendencias que se han dibujado en este último año. 

Representar la memoria

El año comenzaba con el estreno de una de sus funciones más notables: El cartógrafo, de Juan Mayorga, protagonizado por Blanca Portillo y José Luis García Pérez. Con un pie en 2016 y otro en 1940, la obra contenía la búsqueda de Blanca, una mujer que en la actualidad comienza una investigación en torno al gueto de Varsovia. A partir de la imagen de un mapa —uno del gueto de Varsovia dibujado por dos de sus habitantes para trazar el horror—, el dramaturgo y ahora director de escena reflexionaba sobre la relación entre pasado y presente, como si el primero fuera los cimientos casi materiales del segundo. "El olvido es imposible, aunque creamos que es necesario. Queremos olvidar nuestro pasado, el de nuestra familia, el de nuestra ciudad, el de nuestro mundo. Esta es la gran pregunta: el olvido y la memoria", reflexionaba entonces Portillo. | 'El cartógrafo' se estrenó en noviembre de de 2016 en el Teatro Calderón de Valladolid y continúa su gira. continúa su gira

 

Blanca Portillo y José Luis García Pérez en una escena de El cartógrafo, de Juan Mayorga. / CEFERINO LÓPEZ

El Centro Dramático Nacional (CDN), dependiente del Ministerio de Cultura, se ha puesto también en marcha en este sentido. En febrero, programaba In memoriam, de Lluís Pasqual, y La esfera que nos contiene, de Carmen Losa. La primera recordaba a la conocida comoquinta del biberón, los últimos combatientes de la Guerra Civil en ser llamados a las armas por el bando republicano, llamados así por su juventud. La segunda homenajeaba a los maestros de la República, los que con su compromiso y con un esfuerzo titánico trataron de dar un futuro distinto a aquella España en la que entre el 30% y el 40% de la población era analfabeta. No dio tiempo a construir las 27.000 escuelas previstas, y al menos 30.000 de sus alumnos, los de la quinta, fueron llamados al frente. 

No han sido las únicas. A voz ahogada, de la compañía Apunta Teatre y escrita y dirigida por Iván Campillo, se basaba en los testimonios de presos políticos como Marcos Ana, Lluís Martí Bielsa y Enric Pubill para recordar el homenaje a Miguel Hernández que organizaron clandestinamente los encarcelados en el penal de Burgos. El veterano grupo La Tristura abordaba en Cine, por su parte, el drama de los niños robados desde 1939 hasta bien entrados los ochenta. | 'A voz ahogada' se estrenó en primavera de 2016 y continúa de gira. 'Cine' se estrenó en otoño de 2016 en los Teatros del Canal, en Madrid, sigue girando y regresa a estos el próximo mayo. 

Ellas toman la palabra

La posición de las mujeres en el teatro sigue estando circunscrita casi exclusivamente a la interpretación, y, como en el caso del audiovisual, con menos personajes y papeles de menor peso que sus compañeros masculinos. Pero algo empieza a moverse. Aunque Carme Portaceli en el Teatro Español —primer centro público con una producción paritaria— y Helena Pimenta en la Compañía Nacional de Teatro Clásico sean las únicas creadoras al frente de espacios estatales de primer nivel, una red de artistas se ha puesto en marcha. Dan cuenta de ello obras como Una habitación propia, adaptación del libro de Virginia Woolf de mano de María Ruiz y Clara Sanchis, que lleva una temporada agotando las localidades. O Emilia, biopic de Pardo Bazán escrito y dirigido por Anna R. Costa e interpretado por Pilar Gómez. O La Sección, que analiza la formación y los efectos de La Sección Femenina sobre la imagen de la mujer española. "Habíamos visto a la mujer en los repartos, claro, pero ahora empezamos a verlas más en la dirección y en la dramaturgia", se alegra Portaceli. | 'Una habitación propia' se estrenó en el Pavón Teatro Kamikaze, en Madrid, en diciembre de 2016 y se representa en el Teatro Galileo de la misma ciudad. hasta enero de 2018. 'Emilia' se estrenó en el madrileño Teatro del Barrio en noviembre de 2016, ha estado de gira y regresa a la misma sala en enero de 2018. 'La Sección' se estrenó en primavera de 2017 y actualmente se representa en el Teatro del Barrio. 

Mirar hacia la calle

El teatro fue uno de los géneros más rápidos en contar la crisis política y económica, en parte por su agilidad —se tarda mucho menos en montar una obra que en levantar una película— y en parte por su frugalidad de medios que le hacían independiente de los intereses comerciales. Obras como Recortes, Subprime o A cielo abierto abordaron la privatización y los abusos bancarios. Parte de lo mejor del teatro reciente bebía de la protesta. ¿Qué sucede ahora que suben los precios de la vivienda e, insisten en decir, aquello de la crisis es pasado? La escena trata de encontrar una nueva manera de contar lo que pasa. 

El mundo en un aula

Ver más

Refugio, de Miguel del Arco, partía de una situación casi posible: un político enfangado en un caso de corrupción decide acoger en su casa a un refugiado como medida cosmética. Cosas de la vida, se estrenó, además, en pleno estallido de la operación Lezo. Y en la obra se mezclaban la corrupción política, la moral y la del lenguaje, en unos personajes que hablan mucho y bien pero no cambian nada. Iphigenia en Vallecas es una adaptación cañí de la Iphigenia in Splott de Gary Owen, adaptada y protagonizada por María Hervás. La actriz nos introduce en la vida de esta choni —así la llaman— que tiene sobre sus espaldas mucho más de lo que parece y hace por la sociedad mucho más de lo que se reconoce. L'alegria, escrita y dirigida por Marilia Samper, se fijaba también en una mujer sola en un barrio pobre y en el elenco que la rodea. | 'Refugio' se programó en el CDN de abril a junio. 'Iphigenia en Vallecas' se estrenó en abril en el Pavón Teatro Kamikaze de Madrid y se programa actualmente en esa sala. 'L'alegria' se estrenó en la sala Beckett de Barcelona en octubre. 

Maestros al revés

Cuatro obras han puesto en cuestión la representación tradicional de cuatro clásicos. Pablo Messiez estrenó su versión de Bodas de sangre, de Federico García Lorca, colorida, festiva y más cercana a Shakespeare que a la tragedia griega. Carlota Ferrer acaba de estrenar Esto no es la casa de Bernarda Alba, un giro estético a la obra lorquiana que tira de danza contemporánea, las vanguardias estéticas de los treinta y un elenco exclusivamente masculino. Otras dos piezas desafían la concepción de Antón Chéjov. Espía a una mujer que se mata, una versión de Daniel Veronese a partir de Tío Vania, plantea: "No habrá vestimentas teatrales ni ritmos bucólicos en fríos salones, ni trastos que denoten el tiempo campestre". En Vania (Escenas de la vida), Àlex Rigola mete al autor ruso "dentro de una caja" en una función para cuatro actores y 60 espectadores. | 'Bodas de sangre' se estrenó en octubre en el Teatro María Guerrero de Madrid (CDN). 'Esto no es la casa de Bernarda Alba' se estrenó en diciembre en los madrileños Teatros del Canal. 'Vania (Escenas de la vida)' se estrenó en noviembre en la misma sala y está en cartel hasta el 7 de enero. 'Espía a una mujer que se mata' es un remontaje de una obra estrenada en Buenos Aires en 2006. Esta versión se estrenó en el madrileño Teatro Valle-Inclán (CDN) en octubre. 

Ya no hay crisis en el teatro. O eso parecería, si la juzgáramos por la amplitud del elenco de los centros de producción públicos, por ejemplo. Menguados hasta el mínimo hacia 2011, cuando se impuso la fórmula de los cuatro, tres, dos o incluso un actor, en 2017 han vuelto a alcanzar fácilmente la docena. De las escenografías mínimas se ha regresado a los grandes aparatajes escénicos. E incluso se recuperó, en junio y después de mucha batalla, el IVA reducido al 10% para los espectáculos en directo —parcialmente: en 2012 estaba al 8%—. El teatro superó en 2016 la taquilla alcanzada en 2008 y 2009. Pero aquí viene lo malo: un tercio del público no ha vuelto y se siguen realizando menos funciones. 

Más sobre este tema
>