El fin de las restricciones y el buen ritmo de la vacunación, a las puertas de la temporada alta de la economía española, el verano, ha dado al mercado laboral el empujón que necesitaba, con un aumento del empleo de 211.923 personas, el mayor desde 2018, y un descenso del paro registrado que no se veía desde 1996: 129.370 inscritos menos en el SEPE (Servicio de Empleo Público Estatal).
La afiliación a la Seguridad Social, la medida del empleo, ha alcanzado ya los 19,26 millones de cotizantes, lo que supone que hay 711.092 ocupados más que hace un año, con la economía aún en estado de hibernación. Al tiempo, hay 2,84 millones de trabajadores menos en ERTE. Quedan aún bajo estos esquemas de protección –con el contrato suspendido o la jornada y el sueldo reducidos– 542.142 personas. Sólo en mayo han salido de un ERTE 95.439 trabajadores.
No obstante, el impulso se asienta sobre unas bases que las empresas sienten aún muy poco seguras. La contratación también se ha disparado, con un alza del 81,67% respecto a mayo del año pasado, cuando aún la actividad económica estaba paralizada. Lo que no significa que se haya recuperado. En el mes que ahora termina se han firmado 1,54 millones de contratos, cuando en un mayo normal, de antes de la pandemia, se superaban los dos millonesde antes de la pandemia. Además, la incertidumbre explica que los contratos temporales hayan crecido este último mes un 16,47%, cuadriplicando el avance de los indefinidos –4,83%–. Por supuesto, no ha cambiado el patrón habitual: de cada 100 contratos firmados, sólo 10 fijos.
Por otro lado, la recuperación del empleo por la pandemia se está convirtiendo cada mes que pasa en un problema sectorial. Pese a que ha sido la hostelería la rama de actividad que más nuevos ocupados suma en mayo respecto a abril, un 6,13%, aún mantiene un nivel de afiliación un 4% inferior al del mismo mes de 2020. Los cotizantes del comercio sólo han aumentado un 0,64% mensual, pero ya están un 2,26% por encima del año pasado. Respecto a 2020, la educación supera en un 10,23% el empleo que tenía entonces, las actividades administrativas lo hacen en un 8,73%, la sanidad en un 4,3% y la construcción en un 12,2%. También el transporte, con un 3,33% más de afiliados. Poniendo la lupa en el detalle, sólo el transporte aéreo –con un desfase del 1,78%–, los hoteles –con un 0,36%–, y sobre todo las agencias de viajes –2,27%– y las actividades artísticas –2,02%– sufren aún por debajo de los niveles de empleo de hace un año.
La misma foto se revela al analizar los ERTE. El 45% de esos 542.142 trabajadores con el contrato suspendido o la jornada reducida pertenecen a bares, restaurantes y hotelesbares, restaurantes y hoteles. Pese al inicio inminente del verano y de la temporada alta del turismo, aún siguen en esa situación casi el 58% de los empleados de las agencias de viajes, el 40% de los de las aerolíneas y el 38% de las plantillas hoteleras. En cifras absolutas, no obstante, es la hostelería la actividad que mayor número de trabajadores mantiene en ERTE, 153.616. Más que los hoteles, con 90.689, y el comercio, con 81.648.
La traducción geográfica del esperado repunte estival se refleja en que Baleares lidera el crecimiento mensual del empleo en mayo, con un alza del 5,81%, seguida a considerable distancia por La Rioja, con un 2,2%. En Madrid, la afiliación sólo ha aumentado un 0,63% y en Cataluña, un 1,1%. En Canarias, apenas un 0,48%. Sin embargo, en comparación con 2020, Baleares aún está un 6,38% por debajo y esla única comunidad autónoma que registra una cifra negativa. Las demás, con Andalucía a la cabeza –5,66%– han mejorado sus niveles de empleo en el último año.
De ahí que sean igualmente La Rioja y Baleares las comunidades que han disparado las contrataciones, un 57,19% y un 49,98%, respectivamente. Esos porcentajes quintuplican los aumentos de Madrid –10,77%– y Cataluña –10,98%–. Si se comparan con las deprimentes cifras de mayo de 2020, Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Cataluña, Galicia, Madrid, Navarra, Ceuta y Melilla, han más que duplicado el número de los contratos.
Buenos, pero con cautela
Todos las organizaciones sindicales y patronales han saludado los “buenos” datos de mayo, aunque también han expresado sus muchas cautelas. UGT ha atribuido la mejora de los datos de empleo a la reapertura de la actividad tras el segundo estado de alarma y a una mejora en las expectativas económicas por la rápida extensión de las vacunas. Pero también ha subrayado la necesidad de mejorar el SEPE, dotándole de recursos humanos suficientes para “no dejar a nadie atrás” en la recuperación.
Una recuperación que CCOO no ve aún en las cifras, con aún 3,78 millones de desempleados. Por eso, reclama que se “redoblen los esfuerzos” en inversión, se pongan en marcha “cuanto antes” los Planes de Recuperación y se impulse el diálogo sobre las políticas de formación y reciclaje de los trabajadores, de forma que los nuevos empleos tengan “condiciones dignas”.
Ver másLa Audiencia de Madrid ordena investigar a los policías que derribaron la puerta de un piso por una fiesta ilegal durante el estado de alarma
También USO ve “luces y sombras” en la caída del paro, que atribuye al fin del estado de alarma y la consiguiente reactivación del turismo y la hostelería. Pero lamenta que los contratos indefinidos se hayan reducido casi un 5% este mes de mayo.
Por su parte, la organización de autónomos ATA ha calificado de “muy positivos” los datos de paro y afiliación, puesto que se han puesto “en consonancia con lo que tradicionalmente ocurre en un mes de mayo sin pandemia”.
La patronal de las pequeñas y medianas empresas, Cepyme, cree que los datos de empleo de mayo evidencian el “optimismo” con el que la mayor parte del tejido empresarial afronta la reapertura de la actividad pero advierte al mismo tiempo de que las pymes “están enfrentándose a la reapertura muy endeudadas, con el patrimonio y los ahorros mermados, después de muchos meses de gasto sin actividad y sin capacidad de inversión”. Finalmente, la CEOE confía en que mayo marque el inicio de una senda de recuperación plena durante el verano.“Las cifras demuestran claramente la voluntad de empresas y trabajadores de impulsar la normalización de la actividad económica y del empleo”, destaca.
El fin de las restricciones y el buen ritmo de la vacunación, a las puertas de la temporada alta de la economía española, el verano, ha dado al mercado laboral el empujón que necesitaba, con un aumento del empleo de 211.923 personas, el mayor desde 2018, y un descenso del paro registrado que no se veía desde 1996: 129.370 inscritos menos en el SEPE (Servicio de Empleo Público Estatal).