"Alemania y Francia frenan en el Código de Conducta la publicación de los pactos fiscales de Gobiernos y multinacionales"

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Michael Sauga (Der Spiegel)

  • Ahora ha puesto en manos de Der Spiegel y de la red de medios EIC, de la que forma parte infoLibre, toda la información que durante años el Código de Conducta ha hurtado a la opinión pública.

Martijn Nouwen libró durante años una tenaz batalla con la maquinaria burocrática de la UE para descubrir los entresijos del Código de Conducta, uno de los órganos más herméticos –y polémicos— del Ejecutivo comunitario. Profesor de Derecho Fiscal Internacional y de la UE en la Universidad de Leiden (Países Bajos), los miles de documentos así obtenidos le sirvieron para elaborar su trabajo de doctorado. Y para convertirse en el mayor experto sobre el órgano que vigila, con dudoso acierto, el juego limpio fiscal en la UE. Ahora ha puesto en manos de la revista alemana Der Spiegel y de la red de medios EIC, de la que forma parte infoLibre, toda la información que durante años el Código de Conducta ha hurtado a la opinión pública. Nouwen, investigador sobre paraísos offshore, transparencia y evasión de impuestos, ha asesorado en materia tributaria al Parlamento de su país, uno de los mayores defensores y practicantes en Europa de la relajación fiscal.

PREGUNTA: La UE lleva un cuarto de siglo intentando frenar el negocio de paraísos fiscales europeos como Luxemburgo, Chipre o los Países Bajos. ¿Por qué el éxito ha sido hasta ahora modesto y por qué decidió investigar el trabajo del Código de Conducta?

RESPUESTA: Ante todo, hay una falta de transparencia. Las deliberaciones del Grupo Código de Conducta, que la Unión Europea creó para ese propósito, se desarrollan a puerta cerrada. Sus documentos y actas son confidenciales. Se sabía que este órgano tenía una función importante, pero hasta ahora se desconocía en gran medida cómo funciona y si es eficaz para atajar las prácticas fiscales perjudiciales de los países. El objetivo de mi trabajo era, sobre todo, arrojar más luz sobre esta oscuridad.

P: Usted ha analizado unos 2.500 documentos internos del grupo. ¿Cuál es su conclusión?

R: Los resultados son contradictorios. El grupo ha alcanzado resultados impresionantes y la competencia fiscal se ha convertido en un juego mucho más transparente y regulado. Se han modificado o eliminado muchos regímenes fiscales perjudiciales. Pero, al mismo tiempo, cuando se tapaba una laguna fiscal se creaba otra nueva que era explotada por los Estados miembros. Por ejemplo, la evasión fiscal con modelos de negocio fiscalmente agresivos, las empresas buzón y los tax rulings [acuerdos fiscales con grandes empresas] siguen sin abordarse adecuadamente. Tanto los Estados miembros pequeños como los grandes siguen frustrando el desarrollo de soluciones eficaces para estos problemas.

P: El objetivo de los gobiernos siempre ha sido atraer a las empresas a sus propios países ofreciendo ventajas fiscales. De este modo, querían asegurarse ingresos adicionales a costa de sus países vecinos. ¿Cómo se formaban los frentes en esta guerra?

R: Por un lado están los sospechosos habituales. Pequeños países de la UE como Chipre y Malta, pero también los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo. Bloquearon el trabajo del grupo en muchos ámbitos siempre que pudieron. Especialmente durante los primeros 15 años de existencia del Código de Conducta. Pero los grandes países también se mostraron a menudo reticentes. Alemania, por ejemplo, sigue bloqueando un acuerdo sobre la publicación de los tax rulings concedidos por las autoridades fiscales a las multinacionales, porque quiere preservar las competencias de sus länder. Gran Bretaña, por su parte, tenía en mente los intereses de sus islas de baja tributación, como Jersey o Guernsey. Estas resistencias dificultaron aún más el trabajo del grupo.

P: ¿Qué papel desempeñaron los ministros de Economía europeos?

R: Habían creado el grupo para frenar las prácticas fiscales perjudiciales y evitar que la Comisión Europea utilizara el arma legal de las ayudas de Estado. Al limpiar sus propios sistemas de impuesto de sociedades en el seno del grupo, los Estados miembros conservaban su tan apreciada soberanía fiscal, mientras ahorraban a la Comisión considerables esfuerzos de investigación en ayudas estatales. Sin embargo, curiosamente, los ministros se alegraron de tener poco que ver con el Código de Conducta una vez finalizado el primer ejercicio de limpieza en 2003. Desde entonces, se limitan a aprobar los informes semestrales de progreso del grupo sin ningún debate. Ni siquiera si los Estados miembros incumplen su compromiso de derogar un régimen, o bloquean o frustran soluciones en asuntos importantes de evasión fiscal.

P: ¿A qué se debe esa actitud?

R: Por un lado, los problemas de evasión fiscal suelen ser tan complicados que los ministros de Finanzas y sus asistentes técnicos a menudo no podían entenderlos. Por otro, los gobiernos querían evitar disputas. Al fin y al cabo, había otras cuestiones políticas, a menudo más importantes, en Europa. Tenían que elegir sus batallas, y la lucha contra la evasión fiscal no era una de ellas.

P: ¿Cree que es posible una reforma del grupo?

R: Sí, y se necesita urgentemente. Hay que tomar medidas para aumentar la transparencia y la legitimidad democrática del Código de Conducta. El grupo necesita una presidencia política con un liderazgo de alto nivel para reforzar el vínculo con los ministros de Finanzas en el Ecofin, y con organizaciones internacionales como la OCDE. En la actualidad, esto no existe. También sería útil que el presidente estuviera presente en las deliberaciones de los ministros de Finanzas; eso le daría mayor relevancia al tema. Es importante que los ministros de finanzas discutan realmente la competencia fiscal perjudicial y también que señalen y denuncien a los [Estados] problemáticos del grupo. Lo que falta sobre todo es transparencia.

P: ¿Y eso cómo se podría conseguir?

R: Hay propuestas sensatas sobre la mesa. Por ejemplo, el Gobierno holandés ha sugerido recientemente que se publique un informe detallado con las posiciones de los Estados miembros después de cada reunión del grupo. Ese sería un paso en la dirección correcta, pero lamentablemente varios Estados miembros, entre ellos Alemania, rechazaron la propuesta. Lo que no aumenta la credibilidad, sino que crea más desconfianza.

P: Si usted fuera el próximo presidente del Código de Conducta, ¿qué haría?

R: Hacer todo lo posible para abrir el grupo a la ciudadanía, investigar los regímenes de baja tributación para los contribuyentes más adinerados y hacer frente a los modelos de negocio fiscalmente agresivos que utilizan las empresas multinacionales.

P: Tras la publicación de los Papeles de Pandora, se discute si estas filtraciones tienen consecuencias reales en lasPapeles de Pandora políticas fiscales. ¿En qué medida cree que el trabajo del Código de Conducta se ha visto afectado por las filtraciones periodísticas sobre temas fiscales?

R: Las filtraciones fiscales, como LuxLeaks, los Papeles de Panamá y ahora los Papeles de Pandora, son muy importantes para crear un impulso en la lucha contra los precios fiscales perjudiciales que son explotados por las empresas multinacionales. Permítame poner un ejemplo. Antes del escándalo de los tax rulings de Luxleaks, en 2014, los Estados miembros, tanto los pequeños como los grandes, incumplieron las declaraciones políticas que ellos mismos habían hecho en el Código de Conducta a favor de intercambiar información sobre sus tax rulings. La Comisión condenó este incumplimiento durante más de 10 años. Pero no pasó nada. El escándalo de los Luxleaks puso en el punto de mira los tax rulings que firmaban los Estados miembros. Este proyecto periodístico, combinado con la presión política y social, creó un impulso para que la Comisión convirtiera un acuerdo político no respetado sobre tax rulings en una ley comunitaria jurídicamente vinculante.

P: El Parlamento Europeo acaba de aprobar una resolución en la que reclama una reforma urgente del Código de Conducta, que debería incluir la ampliación del mandato del grupo a los impuestos sobre la renta de las personas físicas. ¿Cree que es posible incluirlos en el ámbito de análisis del Código? El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, abrió esa posibilidad en su discurso en el Parlamento Europeo, pero también dijo que algunos países se resistían a los cambios y estaban retrasando las decisiones. ¿Sabe cuáles son esos países? ¿Cree que existe un “patrón de obstrucción sistemática” por parte de algunos Estados miembros en el Código de Conducta, tal y como denunció el Parlamento Europeo?

R: Esperemos que los Papeles de Pandora, que pusieron el foco en los asuntos fiscales de políticos y de algunas de las personas más ricas de Europa, creen un estado de opinión a favor de que el Código de Conducta comience a investigar los acuerdos fiscales especiales para expatriados y personas adineradas. Mis investigaciones revelan que varios Estados miembros, en particular Portugal y Alemania, así como la Comisión Europea, presionan cada vez más para empezar a trabajar en los regímenes tributarios de las personas físicas. Pero este enfoque siempre se ha visto bloqueado por otros Estados miembros, en particular Irlanda y los Países Bajos, que argumentan que debatir sobre impuestos personales supondría una invasión inaceptable de su soberanía en materia de fiscalidad directa. En mi opinión, la competencia fiscal perjudicial a través de regímenes fiscales preferenciales para expatriados y empleados debe tratarse en el Código de Conducta, preferiblemente hoy y no mañana.

P: A partir de ahora, con el Reino Unido fuera de la UE, ¿hay alguna forma de negociar con los británicos no sólo sobre Gibraltar sino también sobre sus territorios de ultramar cuando surja una cuestión fiscal? ¿Se seguirá el mismo procedimiento con el Reino Unido que con países vecinos como Liechtenstein o Suiza, por ejemplo?

R: El Código de Conducta ha tenido bastante éxito a la hora de promocionar los principios de fiscalidad justa de la UE en sus relaciones con terceros países, como Suiza y Liechtenstein. Al incorporar estos principios en la elaboración de la lista negra de paraísos fiscales de la UE, el resto del mundo, incluida Gran Bretaña y sus territorios de ultramar, tendrá que abstenerse de introducir regímenes fiscales perjudiciales. Será difícil para Reino Unido seguir frustrando la toma de decisiones en el Código de Conducta. En caso de que Londres decidiera ignorar la declaración de un régimen como perjudicial, los Estados miembros podrían activar un arsenal de medidas defensivas fiscales y no fiscales frente al Reino Unido.

P: ¿Sabe en qué está trabajando ahora el Código de Conducta? ¿Ha disminuido la actividad del grupo en los últimos años? ¿Es cada vez menos operativo? A partir de 2018, sólo ha evaluado algunos regímenes fiscales en Polonia, Grecia, Estonia, Croacia, Malta y Luxemburgo.

R: Un tema importante y muy sensible en el que el Código de Conducta sigue trabajando actualmente es: ¿deberían publicarse en la página web de las autoridades fiscales nacionales los tax rulings concedidos a las multinacionales? Los debates en el grupo muestran que especialmente Alemania y Francia están frustrando el trabajo en esta área. Francia no quiere que el grupo se centre en los tax rulings nacionales. Y Alemania no quiere que se publiquen en la página web de las autoridades fiscales nacionales. Mientras que varios países, como Bélgica, los Países Bajos e Italia, han creado bases de datos online con muchos tax rulings internacionales, Alemania y Francia no han dado ningún paso en este tema tan importante. No siempre son los sospechosos habituales los que frenan el progreso en temas importantes de evasión fiscal. Al no dar ejemplo, estos dos grandes Estados miembros ponen en peligro la credibilidad del grupo. Actualmente, el Código también mantiene conversaciones con terceros países como Australia, Jordania, Maldivas y Turquía, para que cumplan los principios de fiscalidad justa de la UE.

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Además, el Código de Conducta también está discutiendo ahora sobre su futuro. Necesita urgentemente una reforma: hay que tomar medidas para aumentar la transparencia y la legitimidad democrática del grupo.

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Traducción: Begoña P. Ramírez

  • Ahora ha puesto en manos de Der Spiegel y de la red de medios EIC, de la que forma parte infoLibre, toda la información que durante años el Código de Conducta ha hurtado a la opinión pública.

EIC y el proyecto 'The Code'

European Investigative Collaborations (EIC) es una red de medios integrada en la actualidad por 15 cabeceras de toda Europa. En noviembre de 2016 empezó a publicar los primeros documentos de Football Leaks, la mayor filtración de información de la historia del periodismo. Se trata de 70 millones de documentos obtenidos por el semanario alemán Der Spiegel, que fueron analizados por casi 80 periodistas, infografistas e informáticos. Corrupción, fraude, dopaje, traspasos, agentes, evasión fiscal, explotación de menores, compra de partidos, influencia política: los Football Leaks documentan de manera inédita la cara negra del fútbol. 

Ahora EIC ha tenido acceso a 2.500 documentos, la base del proyecto The Code [El Código], que han sido compartidos con la red por el abogado fiscalista y académico holandés Martijn Nouwen. Él los obtuvo utilizando la Ley de Libertad de Información durante su investigación de doctorado, tras varios años de lucha con la burocracia de la UE. Los documentos revelan cómo el Código de Conducta, un grupo de trabajo del más alto nivel, ha fracasado en el diseño de un sistema fiscal justo para Europa y luego ha intentado encubrirlo.

Junto a Der Spiegel, pertenecen al EIC el digital francés Mediapart, el diario portugués Expresso, los diarios belgas De Standaard y Le Soir o la Radiotelevisión Suiza. El único medio español que forma parte de EIC, desde marzo de 2019, es infoLibre.

Entre las consecuencias de las informaciones publicadas en el marco de Football Leaks destaca la condena a Cristiano Ronaldo, por cuatro delitos fiscales, descubierta gracias a la documentación desvelada por los medios de EIC. El jugador del Real Madrid –ahora en el Manchester– fue condenado, en enero de 2019, a 23 meses de cárcel y una multa de 18,8 millones de euros.

EIC se constituyó a finales de 2015 y publicó su primera investigación a principios de 2016, sobre las Armas del Terror. Otras investigaciones de EIC se han centrado en el funcionamiento de Malta como paraíso para la evasión fiscal dentro de la UE (los Malta Files) y en los acuerdos secretos de Ocampo en la Corte Penal Internacional (puedes leerlo en español aquí y aquí).

En ciertas ocasiones, EIC publica el conjunto de datos originales –como ocurrió con las compañías inscritas en el registro de Malta– bajo código libre y abierto para fomentar la colaboración y participación de terceros.

El modelo de EIC es único en el panorama del periodismo de investigación: se trata de una red financiada por los propios medios que la componen, sin ninguna organización interpuesta y que desde su nacimiento hace seis años ha publicado más de 1.500 historias en más de 20 países e idiomas.

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