Ana Botín reclama "una economía verde" que cambie el modo de hacer negocios

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"Debemos construir una economía verde, lo que demanda un gran cambio no sólo en cómo hacemos negocios sino en cómo vivimos", ha declarado Ana Botín, presidenta del Banco Santander, durante la XIII Conferencia Internacional de Banca, un evento que reúne este año de modo virtual a 3.000 altos representantes de instituciones financieras públicas, bancos, gobiernos y otros agentes económicos y sociales de todo el mundo.

La enorme crisis mundial que está generando la pandemia está generando también un gran debate entre los principales organismos públicos, instituciones privadas, empresas y organizaciones no gubernamentales sobre si la recuperación económica global debe basarse en una descarbonización del planeta mucho más intenso y rápido que lo que se ha visto hasta ahora. En este contexto, según Ana Botín "en Santander tenemos la responsabilidad de jugar nuestro papel como uno de los mayores bancos del mundo, manejando los riesgos que crea el cambio climático y aprovechando la mayoría de las oportunidades que presenta la transición hacia una economía verde. Si queremos conseguir un impacto duradero, tenemos que actuar todos a una, es algo existencial".

Banco Santander es, de hecho, una de las grandes corporaciones mundiales pioneras en incorporar el compromiso medioambiental a todas sus políticas y estrategias operativas y comerciales. Como ejemplo claro, el grupo financiero de origen español se ha adherido al llamado Compromiso Colectivo de Acción Climática, está considerado como el banco más sostenible del mundo por el Índice Bloomberg y se ha marcado como objetivo ser neutro en carbono este mismo año 2020. Esto significa que las emisiones que genera en el día a día, tendentes a una reducción drástica, ya las está compensando con acciones de reforestación y de impulso a energías renovables. Una de las conclusiones globales de la XIII Conferencia Internacional de Banca ha sido que las empresas que no empiecen ya a transformar sus operaciones y sus modelos de negocio para respetar el medio ambiente estarán abocadas al fracaso, dado que serán penalizadas por los inversores y por los mercados de capitales.

En las oficinas del banco alrededor del mundo ya se han eliminado o se están eliminando los plásticos de un solo uso y se ha reducido al máximo la utilización de papel; el formato digital es tan prioritario para cualquier actividad laboral que incluso imprimir un documento es casi imposible. La entidad bancaria, además, utiliza energía 100% renovable en sus edificios corporativos y en la red de sucursales españolas, y cuenta con medidas de eficiencia energética, como detectores de presencia, telegestión y control de la climatización e iluminación de las instalaciones sistema de gestión de residuos. Santander participa, a través de sus proveedores, en la iniciativa Seaqual, que promueve la limpieza de plásticos en los océanos. Los residuos recogidos en el mar se reciclan y son convertidos en textiles para tapizar mobiliario empleado en las oficinas.

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Dentro de las acciones concretas emprendidas por la entidad cántabra para luchar contra el cambio climático, se puede destacar también las de la Fundación Banco Santander en la recuperación de espacios medioambientales. La Fundación, además de ser un referente cultural en España, también lo es en defensa del medioambiente (también en inclusión social), mediante la financiación y el apoyo de decenas de proyectos de restauración y recuperación de espacios vegetales y de especies animales. Entre ellos, por ejemplo, el proyecto Oculta, que se centra, desde Baleares, en recuperar la población de cachalotes del Mediterráneo, ahora en peligro de extinción; o el Laboratorio Ecosocial de Barbanza en Galicia que, con la Fundación Ría, busca la conservación medioambiental. La recuperación de las brañas de alta montaña en la reserva de la biosfera de Laciana en León o la custodia del territorio, voluntariado y conservación del patrimonio natural en La Trapa en la Sierra de Tramuntana de Andraxt (Mallorca), un proyecto de una año de duración desarrollado junto con el Grup Balear d’Onitología i defensa de la Naturaleza, son otros de los proyectos.

Imagen tomada por los investigadores del proyecto Oculta para la recuperación del cachalote, apoyado por la Fundación Banco Santander.

Además, como parte del compromiso de la entidad con el medio ambiente, Santander sigue financiando alternativas verdes y energías renovables en sus diferentes geografías. De momento, ha alcanzado los 22.000 millones de euros en financiación verde, como parte del objetivo de alcanzar 120.000 millones de euros en 2025, según indica en el último informe financiero. En colaboración con Itaú y Bradesco, este mismo año ha lanzado un plan conjunto para promover el desarrollo sostenible del Amazonas, y también en Brasil ha lanzado una operación por valor de 620 millones de reales para Iguá Saneamento, primer bono verde nacional del país.

"Debemos construir una economía verde, lo que demanda un gran cambio no sólo en cómo hacemos negocios sino en cómo vivimos", ha declarado Ana Botín, presidenta del Banco Santander, durante la XIII Conferencia Internacional de Banca, un evento que reúne este año de modo virtual a 3.000 altos representantes de instituciones financieras públicas, bancos, gobiernos y otros agentes económicos y sociales de todo el mundo.

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