El pasado 3 de mayo, el fraude que ha arruinado a Cáritas en Luxemburgo podría haber sido desenmascarado y el importe del desfalco, 61 millones de euros, reducido por lo menos a la mitad. Ese viernes, justo cuando abrían las oficinas, un empleado de Grant Thornton, la empresa que audita las cuentas de Cáritas, llamó al departamento financiero de la institución benéfica para informar de unas transferencias realizadas sin justificantes. El mensaje sembró el pánico en el departamento financiero. El correo electrónico iba acompañado de un archivo adjunto en el que el auditor pedía explicaciones sobre una serie de transferencias realizadas entre finales de enero y finales de febrero de 2024, según las informaciones del medio luxemburgués Reporter.lu, socio de infoLibre en el consorcio de medios de investigación OCCRP.
Los fondos en cuestión salieron de una cuenta en el Spuerkeess con destino a la ONG turca ASAM a través de varias cuentas sospechosas del BBVA en España. Se trata de una anomalía, ya que la ONG, colaboradora de Cáritas en la ayuda a las víctimas del terremoto de Turquía de febrero de 2023 –50.000 muertos–, sólo trabaja con bancos de su país de origen. ASAM es una de las dos organizaciones humanitarias utilizadas, sin su conocimiento, en el desfalco; la otra fue Caritas Internationalis, la matriz con sede en Roma de la institución diocesana. Ninguna de ellas llegó a ver el dinero.
Ese 3 de mayo, dos meses antes de que se descubriera el fraude, el auditor pidió explicaciones sobre los cuantiosos pagos efectuados a la organización turca. A nadie en Cáritas parecía haberle extrañado que los fondos, que hasta ese momento siempre se habían ingresado en la cuenta turca de la organización, hubieran acabado ahora en un banco en España, donde ASAM no tenía actividad ni razón de ser.
Más de cinco millones de euros, divididos en 11 pagos, fueron cargados en la cuenta del BBVA en el espacio de unas pocas semanas. Y el ritmo de transferencias se aceleró a medida que el mes de febrero avanzaba. El 29 de febrero se hicieron cuatro transferencias de algo menos de 500.000 euros. Pero fue más tarde, en junio y julio, en ausencia del director general de Cáritas Luxemburgo, Marc Crochet, cuando se produjo el desfalco masivo.
A principios de mayo de 2024, Grant Thornton está finalizando la auditoría financiera del ejercicio de 2023 de Cáritas. Faltan dos semanas para que se aprueben las cuentas en la junta general de la fundación. El auditor debe asegurarse de que no se han producido hechos significativos con impacto en las cuentas después de la fecha de cierre del 31 de diciembre de 2023. Por este motivo, uno de los empleados pregunta a la organización diocesana sobre los pagos posteriores al cierre efectuados en los primeros meses de 2024. Se trata de algo rutinario.
Pero un asistente del departamento financiero y la directora financiera entran en pánico por la incursión de Grant Thornton. Esta agitación sin precedentes es un factor que pone en duda el fraude del CEO que esgrimió la Fiscalía de Luxemburgo en su primer comunicado sobre el caso, el pasado 6 agosto.
Inversiones especulativas de Cáritas
El asunto Cáritas comenzó el miércoles 7 de febrero de 2024, a las 16.48 horas, con un correo electrónico en el que la directora del departamento financiero de Cáritas Luxemburgo recibía instrucciones desde una dirección de correo electrónico, no profesional –@gmail.com– y desconocida hasta entonces, de una persona que se hacía pasar por el director general Marc Crochet.
El supuesto director gerente menciona la inminencia de una importante transacción financiera, que debe mantenerse en la más estricta confidencialidad hasta que se anuncie de forma oficial el 21 de febrero. Y pide a la directora financiera que no haga ninguna referencia al asunto en persona o por teléfono. A las 17.01 horas, sin alertar previamente a sus superiores ni comprobar la credibilidad de estos requerimientos, la directora financiera cae en la trampa: se apresura a responder que está esperando instrucciones de su supuesto jefe. Una usurpación de identidad que el verdadero Marc Crochet no descubriría hasta julio, a la vuelta de sus vacaciones, al mismo tiempo que el desfalco que ha arruinado a la institución.
En nombre de esta misteriosa inversión prevista por una organización caritativa que no se dedica a hacer negocios comprando empresas, las cuentas de Cáritas se vaciarán en el espacio de unos meses. Señalada por su nombre en la denuncia que presentó la institución diocesana inmediatamente después de descubrirse el desfalco, la directora financiera ha hecho saber a través de su abogado que ella no es ni la autora ni la beneficiaria del fraude.
En primavera ya se habían quedado a cero las reservas financieras de Cáritas, que sumaban 28 millones de euros. Así que se abrieron negociaciones con los bancos BGL BNP Paribas y Spuerkeess para obtener líneas de crédito que endeudarán a la institución benéfica en 33 millones de euros. La directora financiera dirigió en solitario las conversaciones con estas entidades financieras. Tiene la plena confianza del comité de dirección y poderes para gestionar las cuentas bancarias.
Destinatario equivocado
En mayo, el motivo de la agitación en el departamento financiero de Cáritas fue que Grant Thornton había enviado su correo electrónico no sólo a la directora financiera y a su asistente, sino también, en copia, a otra empleada de la institución. Y ella no tenía ni idea de las operaciones secretas que se estaban haciendo a sus espaldas.
Las transferencias de más de cinco millones de euros realizadas durante esas semanas a la ONG turca podrían desencadenar una reacción o, como mínimo, algunas preguntas incómodas. Porque la contribución financiera de Cáritas al presupuesto de la verdadera ASAM apenas superaba los dos millones anuales.
Así que, a continuación, se hicieron enormes maniobras para comprobar que la empleada no había hecho saltar ninguna alarma tras la recepción inesperada del correo electrónico de Grant Thornton. Una asistente de la directora financiera se encarga de apagar el fuego yendo a tranquilizar en su oficina a la destinataria por error del mensaje. Al auditor se le pide un recall del mensaje –que lo recupere– pero sin ponerla a ella en el bucle. La operación de desactivación fue un éxito. La empleada está sobrecargada de trabajo. No ha tenido tiempo de comprobar el contenido explosivo del archivo que documentaba las anómalas transferencias bancarias enviadas a España.
En un mensaje enviado de nuevo el 3 de mayo al falso Marc Crochet, la directora financiera le informaba de que había tenido que facilitar a Grant Thornton el balance general hasta finales de febrero. Le preocupaba que el auditor hubiera solicitado un justificante de pago a ASAM y sugería que no se accediera a esa petición. La directora financiera también dijo que quería hablar por el móvil con el auditor sobre las problemáticas transferencias a ASAM en España. En respuesta, el supuesto director general la felicitó por su trabajo y le aseguró que se pagarían primas a los empleados que lo merecieran y que hubieran contribuido al éxito de la operación.
Al ser contactada por Reporter.lu, Grant Thornton declinó hacer comentarios sobre el episodio del 3 de mayo: “En nuestra calidad de auditores autorizados de las asociaciones sin ánimo de lucro mencionadas, estamos obligados por las disposiciones legales vigentes al secreto profesional”, declaró el socio de Grant Thornton encargado de auditar a Cáritas. También declinó revelar si las transferencias españolas a ASAM habían suscitado o no dudas sobre su legalidad, lo que habría obligado a la auditora a informar a la Unidad de Inteligencia Financiera (CRF) luxemburguesa.
En abril, dos semanas antes del correo enviado por Grant Thornton, la directora financiera confiesa al director general falso su preocupación por la situación financiera de Cáritas, por las primeras facturas impagadas y los retrasos en la entrega de documentos a los auditores para cerrar el balance de 2023. La directora financiera sugiere que la misteriosa inversión está lastrando la tesorería de la institución y que también supone un riesgo financiero para acabar la auditoría en el plazo previsto.
La directora financiera añade que espera reunirse pronto con un abogado parisino, supuestamente encargado de llevar a cabo la transacción financiera secreta. La operación, que en principio debía haberse cerrado y estaba previsto anunciar el 21 de febrero, no dejaba de aplazarse por motivos caprichosos. Sin embargo, el dinero para esa compra seguía saliendo de las arcas de Cáritas.
Como ha publicado Reporter.lu, el abogado con el que la directora financiera pretende comunicarse por teléfono y correo electrónico es efectivamente miembro del Colegio de Abogados de París. Pero la dirección de correo electrónico de su bufete había sido manipulada. Contactado por el medio luxemburgués, el abogado insiste en que nunca ha tenido ningún contacto con Cáritas, ni ningún caso con la institución. También le es ajeno el nombre de la directora financiera de la institución diocesana. “Puedo confirmar que nunca he estado en contacto con Cáritas Luxemburgo, a la que no conozco. Tampocoa la directora financiera. Ni yo ni nuestra empresa estamos implicados en este fraude del que nos hablan”, contestó.
Dos testigos clave citados por el fiscal
La directora financiera de Cáritas fue puesta bajo vigilancia judicial en su domicilio de Bélgica, tras ser interrogada y luego imputada a principios de agosto por el juez de instrucción. Aún no se ha hecho pública ninguna información sobre un posible registro de su domicilio. Según Reporter.lu, la directora financiera entregó su teléfono móvil de trabajo y su ordenador portátil a petición de los investigadores. Por tanto, estos dispositivos deberían ofrecer pistas sobre lo ocurrido.
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Los testimonios de los dos empleados del departamento financiero que llevaron a cabo las órdenes de transferencia sospechosas sin encontrar nada de lo que informar, también serán decisivos para el avance de la investigación y para descubrir la verdad. Uno de los empleados ya ha sido citado por la policía judicial y el otro deberá comparecer ante los agentes en breve.
Jean-François Boulot, fiscal adjunto del Estado que trabaja en el caso mano a mano con Max Braun, su homólogo en la Unidad de Inteligencia Financiera, declaró a la cadena de radio RTL que la investigación sobre el desfalco en Cáritas es la prioridad de la fiscalía, que está haciendo todo lo posible para esclarecer el caso e intentar recuperar el dinero.
Según las informaciones de Reporter.lu, los investigadores luxemburgueses han recibido documentación de las autoridades españolas y del BBVA sobre las cuentas en España, algo que el banco no ha querido confirmar a infoLibre amparándose en la protección de datos de sus clientes. La consulta del registro nacional de cuentas IBAN puede aportar información valiosa sobre la identidad de quienes abrieron las cuentas en varias sucursales bancarias del BBVA y sobre la ruta seguida después por el dinero. Queda por ver si la fiscalía mantendrá la hipótesis del fraude del CEO, según la cual una red criminal abusó de la credulidad de la directora financiera de Cáritas, engañada por un un director gerenal ficticio.
El pasado 3 de mayo, el fraude que ha arruinado a Cáritas en Luxemburgo podría haber sido desenmascarado y el importe del desfalco, 61 millones de euros, reducido por lo menos a la mitad. Ese viernes, justo cuando abrían las oficinas, un empleado de Grant Thornton, la empresa que audita las cuentas de Cáritas, llamó al departamento financiero de la institución benéfica para informar de unas transferencias realizadas sin justificantes. El mensaje sembró el pánico en el departamento financiero. El correo electrónico iba acompañado de un archivo adjunto en el que el auditor pedía explicaciones sobre una serie de transferencias realizadas entre finales de enero y finales de febrero de 2024, según las informaciones del medio luxemburgués Reporter.lu, socio de infoLibre en el consorcio de medios de investigación OCCRP.