El Banco Madrid, intervenido por el Banco de España poco después de que el Instituto Nacional Andorrano de Finanzas (INAF) tomara su banco matriz, la Banca Privada Andorrana (BPA), es un banco pequeño y discreto. Podría decirse que hasta coqueto, con clientes escogidos, solventes y sin apenas morosidad (1,92% frente a la media del 13,6% del sector). La entidad, que Kutxa vendió al banco andorrano en 2010 por 100 millones de euros (había pagado a Deutsche Bank 18 millones nueve años antes), ofrece servicios personalizados. Entre sus especialidades se cuentan la gestión de carteras de inversión, la gestión de sociedades de inversión colectiva (Sicav) -el instrumento de los muy ricos para no pagar apenas impuestos- y la venta de productos de inversión de cierta complejidad.
La intervención del Banco de España se produjo después de que el Departamento del Tesoro de EE UU pusiera contra las cuerdas a las autoridades andorranas acusando de blanqueo de dinero a BPA. La medida, en lo que se refiere a la filial en España, ha sido de baja intensidad. La autoridad monetaria ha nombrado dos inspectores para supervisar el banco y el manejo de sus 6.000 millones en activos durante dos meses, pero mantiene en sus puestos a los consejeros, entre ellos al presidente del grupo Ramón Cierco y al presidente de la filial española, José Pérez Fernádez, ex director del servicio de Supervisión del banco de España. Las luces están sólo en ámbar.
También en Bolsa
Segun la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva (Inverco), Banco Madrid gestiona, sólo a través de fondos, 3.000 millones de euros de 78.000 clientes. También opera en Bolsa a través de la sociedad Interdin. En principio, la intervención del Banco de España no afecta a clientes ni a depositantes, que pueden mover libremente sus fondos.
Pero el banco discreto y coqueto, uno de los más activos en gestión de sicavs y de fondos en Luxemburgo, tiene también un pasado. En él se mezclan nombres tristemente famosos como el estafador Bernard Madoff con instrumentos de inversión ligados a entidades de primera fila (Banco Santander) e inversores con una capacidad de ahorro modesta que fueron perjudicados y que, en su mayor parte, han conseguido recuperar sus inversiones.
La historia turbia en Banco Madrid, denunciada hace dos años por una asociación de perjudicados (AUGE), afectó, entre otros, a la Mutualidad de la Policía, familias de la alta sociedad y congregaciones religiosas. En los sacos sin fondo de Madoff llegaron a desaparecer en torno a 10 millones de euros, la mayor parte de los cuales han sido devueltos, según aseguró en su momento Banco Madrid a infoLibre.
Clases medias-altas
La historia se remonta a los años de máximo esplendor de la burbuja inmobiliario-financiera, cuando el Banco de Madrid (entonces propiedad de Kutxa –Caja de Guipúzcoa) extendió sus servicios de banca privada a gente de clase media-alta. No hacían falta patrimonios multimillonarios para acceder a un servicio y una atención personalizados.
Así, a finales de 2007, el banco se convirtió en agente colocador de Optimal, un fondo de inversión libre o hedge fund “paraguas” creado por el Banco Santander. Dos de los sub-fondos de Optimal (Optimal Strategic US Equity Euro Fund y Optimal Strategic US Equity Dollar Fund) confiaron la gestión de todos sus activos, de manera exclusiva, a Bernard Madoff, el financiero norteamericano que cumple 150 años de cárcel como autor de la estafa piramidal más grande de la historia (unos 50.000 millones de euros).
Optimal era uno de los vehículos de captación de capital más importantes que Madoff tenía en España. El Banco de Madrid percibía una doble comisión por la colocación del fondo: de Optimal y de sus clientes. Sólo de Optimal, el banco obtuvo unos 50.000 euros en comisiones.
Alto riesgo
En teoría, el Banco Madrid cumplió con los requisitos que marca la Ley del Mercado de ValoresLey del Mercado de Valores e informó a sus clientes de que se trataba de una inversión de alto riesgo. En teoría también cumplió los requisitos mínimos establecidos para participar en el fondo Optimal. Los requisitos eran una inversión mínima de 250.000 euros y un patrimonio personal, sin contar la vivienda habitual, superior a 1.250.000 euros.
Según AUGE, la mayor parte de los clientes del Banco Madrid tenían inversiones inferiores a los 250.000 euros y no eran inversores cualificados para participar en el fondo, pues su patrimonio no supera la cifra mencionada de 1.250.000 euros.
El asunto se resolvió de forma discreta, como convenía a una entidad que aspiraba a mantener y ampliar una cartera de clientes millonarios y alérgicos al escándalo. En buena parte, cumplió el objetivo al adquirir las secciones más exclusivas de entidades bancarias con algunos problemas.
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Compras
Así, en agosto de 2012, Banco Madrid cerró la compra de la gestora Nordkapp a Banco de Valencia; el 30 de marzo de 2013 hizo efectiva la compra de Liberbank Gestión, la gestora de fondos de inversión de Liberbank, y en noviembre de 2013 adquirió la gestora de fondos de Banco Mare Nostrum (BMN).
El presidente del grupo andorrano, Ramón Cierco, con una trayectoria profesional ligada a empresas familiares en el sector industrial y hotelero, imprimió a las entidades más agresividad con ofertas de retribución más elevadas que la competencia (hasta el 5%) ligadas a la compra de sus productos de inversión. La investigación en Andorra y en España determinará hasta dónde ha llegado esa política agresiva.
El Banco Madrid, intervenido por el Banco de España poco después de que el Instituto Nacional Andorrano de Finanzas (INAF) tomara su banco matriz, la Banca Privada Andorrana (BPA), es un banco pequeño y discreto. Podría decirse que hasta coqueto, con clientes escogidos, solventes y sin apenas morosidad (1,92% frente a la media del 13,6% del sector). La entidad, que Kutxa vendió al banco andorrano en 2010 por 100 millones de euros (había pagado a Deutsche Bank 18 millones nueve años antes), ofrece servicios personalizados. Entre sus especialidades se cuentan la gestión de carteras de inversión, la gestión de sociedades de inversión colectiva (Sicav) -el instrumento de los muy ricos para no pagar apenas impuestos- y la venta de productos de inversión de cierta complejidad.