El 'banco malo' Sareb despide a 12 empleados, varios de ellos directivos, tras perder casi 1.000 millones en 2019

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La sociedad de gestión de activos procedentes de la reestructuración bancaria, Sareb, el banco malo creado en 2012 para dar salida a aquellos activos tóxicos que amenazaban la viabilidad de las entidades bancarias en plena crisis financiera, ha vivido un verano convulso. Entre julio y agosto se produjo la salida de 12 empleados, varios de ellos pertenecientes a la estructura de alta dirección. La sociedad que preside Jaime Echegoyen habla de "reestructuración", versión que desmienten varios de los cesados. Algunos han optado incluso por denunciar a su ya ex empresa y elevan a 15 la cifra de despidos.

Nunca antes se había producido una cascada de destituciones tan numerosa en los ocho años de vida que tiene la entidad, la cual por estatutos desaparecerá en 2027 si no quiebra antes (ha llegado a rozar la causa de disolución este año). De acuerdo con portavoces de Sareb, los ceses tienen que ver con una "reorganización" del vehículo gestor, cuyo capital es un 45% público (el primer accionista es el Fondo de Reestructuración Bancaria, FROB). El año pasado sus números rojos rozaron los mil millones de euros.

"Las salidas se enmarcan en el proceso de reorganización que lanzó Sareb hace unos meses en la búsqueda de una mayor eficiencia, y también de optimización del contrato que mantiene con sus servicers. Forma parte de los ajustes normales en la operativa habitual de una compañía", indican. Los portavoces ponen como ejemplo el área de márketing, tarea de la que van a encargarse los servicers, con los que Sareb está renegociando su relación profesional. 

Pérdidas desbocadas

Varios de los afectados rechazan que esa sea la causa, asegurando que solo dos de los destituidos pertenecían al departamento de Márketing. Por ejemplo, cargos con experiencia y bien considerados sin relación con el área citada han salido del banco malo. Es el caso de Juan Antonio García, ex director de Ventas Inmobiliarias, de Andrés Sánchez-Heredero, que ha ostentado varios puestos en la cúpula, o de Manuel Enrich, ex director de Relaciones con Inversores. 

La plantilla total tiene casi 400 personas. No existen precedentes de lo sucedido este verano. A finales de 2016 el equipo de valoración de riesgos abandonó la sociedad (siete personas, cuatro de ellas subcontratadas). 

A comienzos de 2013, la Sareb gestionada activos valorados en torno a 50.000 millones de euros procedentes de diferentes entidades financieras. En los últimos años, las pérdidas se han desbocado: 565 millones en 2017, 878 millones en 2018 y 947 millones de euros de pérdidas el año pasado, según las últimas cuentas presentadas en abril. 

Sin retribución variable

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También en abril, durante el confinamiento por la crisis desatada por la pandemia del covid-19, Sareb congeló el salario a su plantilla y anuló una "retribución variable" de entre el 8% y el 25% para toda la plantilla. Sareb congela el salario de toda la plantilla y su cúpula renuncia al 'bonus' por la crisis

"Desde nuestra particularidad como entidad nacida en la anterior crisis económica, queremos sumarnos a los esfuerzos que están haciendo las empresas y el conjunto de la sociedad para contribuir en la búsqueda de soluciones", indicó entonces Echegoyen en un comunicado.

El último informe de actividad de Sareb reportó que el número de directivos creció de 20 a 26 entre 2018 y 2019. Recientemente Sareb ha conseguido el plácet de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para construir hasta 17.000 viviendas a través de una filial, Árqura Homes. Las últimas polémicas del banco malo se refieren a intentos de desahucios, como el que recientemente se ha paralizado y que afectaba a una familia en el madrileño distrito de Vallecas.

La sociedad de gestión de activos procedentes de la reestructuración bancaria, Sareb, el banco malo creado en 2012 para dar salida a aquellos activos tóxicos que amenazaban la viabilidad de las entidades bancarias en plena crisis financiera, ha vivido un verano convulso. Entre julio y agosto se produjo la salida de 12 empleados, varios de ellos pertenecientes a la estructura de alta dirección. La sociedad que preside Jaime Echegoyen habla de "reestructuración", versión que desmienten varios de los cesados. Algunos han optado incluso por denunciar a su ya ex empresa y elevan a 15 la cifra de despidos.

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