‘Burbuja inmobiliaria’ en la Seguridad Social: funcionarios que trabajan en enormes edificios semivacíos

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La burbuja inmobiliaria le ha estallado con retraso a la Seguridad Social. Acaba de recibir del constructor el nuevo edificio que albergará las oficinas de la Tesorería (TGSS) y del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) en Paterna (Valencia). Tres plantas de 500 metros cuadrados cada una, con dos sótanos de casi 1.000 metros cuadrados cada uno, fachada de muro cortina completamente acristalada, plantas diáfanas… Ha costado 5,29 millones de euros. Y lo van a ocupar sólo 35 funcionarios, 26 en administración y nueve en la Unidad de Recaudación Ejecutiva.

Algo parecido ocurre en Fraga (Huesca). El edificio lleva en uso desde 2010. Cuatro plantas, de 900 metros cuadrados cada una, y un sótano. Fue adjudicado en 2007 y se presupuestó por un total de 4,21 millones de euros, incluido – como en el caso de Paterna– el proyecto de construcción. No obstante, terminó costando 5,03 millonesTrabajan en él sólo cuatro funcionarios: la directora y otros tres trabajadores. Además del conserje que atiende en el acceso. Fraga no supera los 15.000 habitantes.

El nuevo inmueble de la Seguridad Social en Paterna (67.000 habitantes) tampoco es, en realidad, un proyecto nuevo. Se remonta, en efecto, a los años de la expansión inmobiliaria en España. Los planos los firmó el estudio MK Asociados en 2005, pero las obras no salieron a concurso hasta agosto de 2010pero las obras no salieron a concurso hasta agosto de 2010 ni se adjudicaron –a la constructora Imesapi, una filial de ACS– hasta enero de 2011. El precio inicial fue de 3,29 millones de euros; sin embargo, el retraso en la licitación obligó a los arquitectos y a la constructora a adecuar la obra a los requerimientos del Código Técnico de Edificación, que entró en vigor en 2006 y establece las normas básicas de seguridad y habitabilidad de todas las construcciones.

Esa adaptación requirió unas obras complementarias que aumentaron el coste en 1,54 millones de euros, más otros 150.000 euros del nuevo proyecto. También los tiras y aflojas de la constructora con el suministro solicitado a Iberdrola durante las obras dilataron su ejecución. De forma que los 18 meses previstos se alargaron y el inmueble no se ha concluido hasta ahora, casi cuatro años después.

Tardará “meses” en ser ocupado

El edificio ya cuenta con la preceptiva licencia municipal de apertura y las conexiones necesarias de luz y teléfono, pero tardará “meses” en ser ocupado, según fuentes de la propia Seguridad Social en Paterna, porque carece de mobiliario. Pese a que ya fue adjudicado el suministro de muebles, el recurso presentado por una de las empresas participantes en el concurso ha paralizado el procedimiento.

En la planta baja, explican las mismas fuentes, se ubicarán los cuatro funcionarios que actualmente tiene el INSS en Paterna. En los últimos años, añaden, se han jubilado tres trabajadores en ese departamento. Que no se han reemplazado por culpa de la congelación de plantillas públicas exigida por la lucha contra el déficit público. En la primera planta trabajarán los funcionarios de la Tesorería General, donde se han jubilado otros seis desde que empezó a construirse el nuevo edificio. Entre 2008 y 2013 la plantilla de la Seguridad Social se ha reducido en 3.115 trabajadores, un 10%, según los cálculos de CGT, sindicato mayoritario en la junta de personal del INSS de Madrid. Pero aún hay otra planta más, que carece de uso. Fuentes del Ministerio de Empleo atribuyen la responsabilidad del desfase entre los tamaños del edificio y de la plantilla al anterior Gobierno socialista, que licitó el inmueble.

La oficina donde hasta ahora se ha ubicado la Seguridad Social en la localidad valenciana data de 1985, fue de las primeras locales que abrió en España y se ha quedado “obsoleta”, explican fuentes del departamento.

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Una remodelación de 14 millones de euros

A diferencia de los anteriores, sí es reciente  –fue adjudicada en abril de 2014– la remodelación que el Instituto Nacional de la Seguridad Social ha emprendido de su sede en la calle Padre Damián de Madrid, junto al estadio Santiago Bernabéu. Pese a tratarse de una rehabilitación, va a resultar tres veces más cara que las obras de Paterna y Fraga. Costará 14,11 millones de euros y la lleva a cabo Ferrovial. La sede del INSS es un edificio de 36.000 metros cuadrados, distribuidos en ocho alas, tres sótanos y nueve plantas. Se van a remodelar todas menos la baja y la quinta, donde se sitúan la dirección y la secretaría general del INSS.

El objetivo de las obras es adaptar el edificio a sus “nuevas necesidades funcionales, técnicas y administrativas”, porque ahora esas siete plantas están “obsoletas, deterioradas y no cumplen adecuadamente con el cometido para el que fueron concebidas”, según se lee en la memoria constructiva del proyecto, que no estará terminado hasta 2018. Las obras, que acaban de comenzar, no interrumpirán el trabajo administrativo en el inmueble, que por tanto nunca será desalojado por completo. Por el contrario, la constructora tendrá que llevar a cabo algunas de las obras “fuera del horario laboral o incluso en días festivos”.

La burbuja inmobiliaria le ha estallado con retraso a la Seguridad Social. Acaba de recibir del constructor el nuevo edificio que albergará las oficinas de la Tesorería (TGSS) y del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) en Paterna (Valencia). Tres plantas de 500 metros cuadrados cada una, con dos sótanos de casi 1.000 metros cuadrados cada uno, fachada de muro cortina completamente acristalada, plantas diáfanas… Ha costado 5,29 millones de euros. Y lo van a ocupar sólo 35 funcionarios, 26 en administración y nueve en la Unidad de Recaudación Ejecutiva.

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