Cómo calcular el salario mínimo que Bruselas considera digno: de 1.003 a 1.165 euros al mes según el método

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“Hemos dado un paso firme en un horizonte estratégico”, anunció el pasado martes la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, tras pactar con los sindicatos y la patronal una subida de 50 euros este año del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). El horizonte estratégico al que se refería la ministra es alcanzar al final de la legislatura una retribución mínima que equivalga al 60% del salario medio neto, tal y como establece la Carta Social Europea. Esa mejora continuada hasta 2023 se decidirá año a año según se comporte la economía española. En 2020 el SMI español está situado en 950 euros brutos mensuales en 14 pagas –1.108 euros en 12–. Mientras, la Comisión Europea trabajará con los gobiernos nacionales, los sindicatos y los empresarios para crear un salario mínimo europeo. Aunque no será una cantidad común para todos los países, sino más bien una regla para que cada Estado miembro aplique un SMI fijado según su propia realidad económica o sus prácticas de negociación colectiva.

Si el Gobierno cumple su compromiso, en 2023 el salario mínimo deberá superar los 1.000 euros brutos mensuales. Como primer paso, sindicatos, patronal y Ejecutivo deberán ponerse de acuerdo en cómo calcular ese 60% del salario medio que establece la Carta Social Europea. Porque ahora cada uno de ellos usa un método distinto para proyectar la subida del SMI.

UGT emplea la Encuesta Trimestral de Coste Laboral que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) y actualiza los datos cada tres meses. También utiliza cantidades brutas, para eliminar la mayor complejidad que suponen las diferentes cotizaciones sociales y del IRPF según la situación familiar del trabajador. Basándose en el salario medio al acabar el año 2018 –la última publicada de 2019 se refiere al tercer trimestre–, que asciende a 1.942,1 euros brutos, el 60% serían 1.165,26 euros en 14 pagas. Es decir, el SMI actual debería subir un 22,6% para converger con la referencia europea.

Si se le añade una subida anual tipo del 1,5%, el salario medio bruto en 2023 alcanzará los 2.092,2 euros. Por lo que el 60% supondría entonces 1.255 euros brutos en 14 pagas. Un 32,1% por encima del actual.

CCOO prefiere acudir a la Encuesta de Población Activa (EPA) que, a diferencia de la Encuesta de Coste Laboral, incluye en sus cálculos salariales a los trabajadores del sector primario, los funcionarios de clases pasivas, el servicio doméstico y los organismos extraterritoriales. Según esta fuente, el salario medio bruto de 2018 para los trabajadores a tiempo completo fue de 1.866 euros. CCOO sí descuenta las cotizaciones sociales –1.659 euros, el 6,35% que paga el asalariado– y el IRPF –3.851 euros para un soltero sin hijos, casado con menos de 1.500 euros anuales del cónyuge y soltero o separado con hijos que no convivan con él–, por lo que el salario medio neto de 2018 se queda en 1.472,6 euros al mes en 14 pagas, o 1.718 euros en 12 pagas. El 60% son 884 euros netos al mes o 1.003 euros brutos, siempre en 14 pagas.

Para proyectar la subida a 2023, CCOO prefiere estimar un alza del 2% anual de los salarios, por lo que dentro de tres años el salario medio bruto se elevaría hasta los 2.060 euros euros, y el 60% equivaldría a 1.046,3 euros mensuales –960 euros netos–.

La CEOE también tiene su propio método de cálculo. Como CCOO, emplea los datos salariales de la EPA, pero maneja cifras brutas, como UGT, por lo que el 60% de los 1.866 euros de salario medio en 2018 dan como resultado 1.119,6 euros brutos mensuales.

Como se puede ver, las diferencias no son abismales, pero si significativas: un máximo de 162 euros brutos entre el cálculo menor (CCOO) y el mayor (UGT).

¿Medio o mediano?

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En cualquier caso, tampoco está claro cuál va a ser el criterio que va a utilizar Bruselas para ese salario mínimo europeo que quiere diseñar con la ayuda de los agentes sociales. La consulta que acaba de lanzar se prolongará durante un mes, antes de que la Comisión Europea redacte una propuesta legal y la envíe al Parlamento de Estrasburgo. En principio, tal y como ha concretado el Comité Europeo de Derechos Sociales, encargado de supervisar el cumplimiento de la Carta Social Europea –suscrita en 1961 y enmendada a lo largo de los años–, se considera una remuneración digna el 60% del salario medio neto. Pero en otros documentos, como en la consulta recién emprendida, los analistas europeos hablan indistintamente de salario medio o salario mediano. E incluso Eurofound, la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo que integran gobiernos, patronales y sindicatos, menciona únicamente el 60% del salario mediano como método de cálculo de la retribución mínima deseable.

El salario mediosalario medio es el resultado de sumar todos los sueldos y dividirlos por el número de trabajadores. El mediano es el salario situado en la posición central si los sueldos se colocaran de forma ordenada de menor a mayor. Así, en España, según la última Encuesta Anual de Estructura Salarial, con datos de 2017, el salario medio bruto alcanza los 23.646,50 euros, mientras que el salario mediano es de 19.830,12 euros y el salario más frecuente es aún menor, 17.482 euros. Por tanto, si finalmente se empleara el 60% del salario mediano, en lugar del medio, para calcular el SMI de 2023, su cuantía quedaría por debajo de todos los cálculos anteriores. Los estadísticos consideran más próximo a la realidad el salario mediano que el medio, pues la cuantía de este último puede verse distorsionada por los valores más altos o más bajos, que tiran de la media hacia arriba a hacia abajo. El sueldo mediano es más representativo de las remuneraciones reales.

Pese a la energía con que la recién estrenada Comisión Europea ha acometido las iniciativas sobre el salario mínimo y la prestación de desempleo común, es improbable que sindicatos, patronal y Gobierno esperen en España a que Bruselas decida su método de cálculo para elegir el suyo. Tras haber pactado la subida para 2020, tienen todo un año por delante para ponerse de acuerdo en el índice de referencia que se han puesto como horizonte para el final de la legislatura.

“Hemos dado un paso firme en un horizonte estratégico”, anunció el pasado martes la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, tras pactar con los sindicatos y la patronal una subida de 50 euros este año del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). El horizonte estratégico al que se refería la ministra es alcanzar al final de la legislatura una retribución mínima que equivalga al 60% del salario medio neto, tal y como establece la Carta Social Europea. Esa mejora continuada hasta 2023 se decidirá año a año según se comporte la economía española. En 2020 el SMI español está situado en 950 euros brutos mensuales en 14 pagas –1.108 euros en 12–. Mientras, la Comisión Europea trabajará con los gobiernos nacionales, los sindicatos y los empresarios para crear un salario mínimo europeo. Aunque no será una cantidad común para todos los países, sino más bien una regla para que cada Estado miembro aplique un SMI fijado según su propia realidad económica o sus prácticas de negociación colectiva.

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