Dos empresas de capital riesgo, Onex Corporation y Baring Asia, son las propietarias de Clarivate Analytics, la compañía multinacional que establece el principal índice de referencia para la evaluación de los artículos científicos en España, el conocido como Journal Citation of Reports (JCR). Tanto Onex como Baring tienen inversiones en otros sectores ajenos a la investigación académica, caso de la tecnología sanitaria, la industria farmacéutica o la alimentación, entre otros muchos.
El Gobierno, a través de las normas establecidas por los ministerios de Economía y Educación, incentiva la publicación de artículos en revistas incluidas en dos índices de referencia utilizados por sendas compañías para valorar el impacto del trabajo científico: el JCR, de Clarivate, y en menor medida el Scimago Journal Rank (SCR), de la multinacional holandesa Elsevier. Como resultado de esto, si un investigador quiere promocionar en su carrera universitaria en España, o acumular sexenios de investigación y por lo tanto ver incrementada su carga docente, se ve abocado a publicar artículos en las revistas indexadas por estas compañías.
Ambas empresas cobran además a las universidades un canon anual por la licencia de uso de sus herramientas de búsqueda y bases de datos, en las que están incluidas estas publicaciones y que por lo tanto se convierten casi en obligatorias: 4 millones de euros al año por el uso de la Web of Science (WOS), antes de Thomson Reuters y ahora de Clarivate, y 1,5 millones por el uso de Scopus, de Elsevier.
Las normativas aprobadas por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca) y por la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora (Cneai) utilizan unos criterios para la valoración científica que dan una prioridad casi absoluta a la publicación de artículos en revistas incluidas en el índices JCR, de Clarivate, y en menor medida SJR, de Elsevier. Aneca se centra en los procesos de acreditación para acceder a contratos (ayudante doctor, contratado doctor) o plazas de funcionario (titular, catedrático); por su parte, Cneai se encarga de reconocer la labor investigadora a través de los sexenios. Las reglas que establecen ambas agencias son peajes obligados para la promoción universitaria.
Un modelo en cuestión
Este duopolio ha generado duras críticas en sectores de la comunidad universitaria, por considerar que supone de facto una privatización de conocimiento científico elaborado a partir de fondos públicos. Los centros de investigación públicos deben, además de pagar por la WOS y el Scopus, comprar las revistas indexadas por Clarivate y Elsevier. Es decir, pagar por leer lo que producen.
"Es la pescadilla que se muerde la cola. Si yo quiero que en mi universidad lean el artículo que se ha hecho con fondos públicos de mi país, hay que suscribirse, porque si no la biblioteca no la va a tener en sus fondos", en palabras Vicent Climent, rector de la Universidad Jaume I y presidente de Rebiun, una comisión de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) que agrupa a 76 universidades y al Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Sólo el paquete Science Direct de revistas de Elsevier supera los 24 millones de euros al año, según datos de Rebiun. El total de gasto anual en revistas de las universidades agrupadas en Rebiun puede superar los 100 millones de euros, según Vicent Climent.
Cambios en el duopolio
En octubre del año pasado se produjo una turbulencia en este duopolio. Onex y Baring compraron el negocio de propiedad intelectual y ciencia de la estadounidense Thomson Reuters, formando una nueva compañía independiente, Clarivate, que pasó a ser la propietaria de la WOS y por lo tanto la responsable del JCR. Así el principal índice de evaluación de la calidad de la investigación científica en España queda en manos de dos private equity firms, conocidas en España como empresas de capital riesgo. Se trata de sociedades que invierten en el capital de otras compañías y, tras un periodo que suele oscilar entre los cinco y los diez años, venden su participación y –en caso de que el negocio haya funcionado– reparten los beneficios de la operación.
El portfolio de Onex es una nómina de empresas destacadas de infinidad de sectores. Onex, con sedes en Toronto, Nueva York, Nueva Jersey y Londres, tiene inversiones en compañías de tecnología aeroespacial y de defensa, automoción, construcción, seguros, aerolíneas, alimentación, cadenas de restaurantes, electrodomésticos, ropa deportiva, innovación sanitaria, salones de belleza, servicios de turismo y ocio, producción cinematográfica... Está tanto en empresas que prestan atención psicológica como en otras que ofrecen servicios de software o de diseño. De todo. En muchos casos se trata de compañías de posición relevante a nivel mundial en su sector.
La cartera de Baring Asia incluye empresas de servicios financieros, materiales de construcción, software, alimentación, farmacia, educación, automoción... La empresa tiene oficinas en Pekín, Tokio Nueva Delhi, Hong Kong y Shangai.
Ninguna de las dos compañías respondió a las preguntas planteadas por infoLibre sobre su participación en Clarivate y sus planes en la empresa. Onex no contestó y Baring declinó realizar cualquier comentario.
Clarivate: "Proporcionarán orientación"
Clarivate sí ha respondido. "La división de la propiedad no tendrá ningún impacto en nuestro día a día de negocios", asegura Clarivate. "Onex y Baring Asia no actuarán como operadores sino como inversores, proporcionando orientación y asesoramiento cuando sea necesario, en lugar de ser gestores visibles. Las dos empresas estarán representadas en el Consejo de Administración de Clarivate Analytics", señala la compañía, que aclara que Onex es el socio principal.
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En cuanto a la permanencia de estos inversores, Clarivate explica que las dos compañías de capital riesgo "suelen comprometer capital durante un largo periodo de tiempo (diez años o más)", y que sus periodos de permanencia "tienen un promedio de cinco años". Clarivate no aclara qué cambios implica en la gestión de la empresa pasar de ser una división de Thomson Reuters a ser una inversión más de dos gigantes del capital riesgo con múltiples intereses en compañías de innovación tecnológica y científica. "Como parte de una buena gestión empresarial, estamos revisando continuamente nuestra cartera de productos para asegurar que proporciona el mejor valor para nuestros clientes y partes interesadas. Este proceso continuará", señala, rechazando realizar cualquier "especulación sobre el futuro".
Elea Giménez, científica titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, directora del grupo de investigación sobre el libro académico del Centro de Ciencias Humanas y Sociales y autora del libro Malestar. Los investigadores ante su evaluación, afirma que es "pronto" para emitir un juicio sobre las posibles implicaciones que puede tener la entrada de los nuevos propietarios de la Web of Science, llegados en octubre del año pasado. "En el sector editorial han entrado empresas de capital riesgo. Más que las directrices editoriales, lo que ha ocurrido ha sido que el empleo es más precario y ha cambiado la calidad de algunos procesos, todo para lograr la máxima rentabilidad del negocio", señala Giménez, autora de diversos artículos sobre la evaluación de las publicaciones científicas. El tiempo dirá –señala Giménez– si el fenómeno de transformación de la industria editorial a raíz de la entrada de grandes corporaciones con intereses fuera del sector se repite en este caso.
infoLibre solicitó a las distintas instituciones públicas con responsabilidades en el ámbito universitario una valoración sobre la entrada de dos empresas de capital riesgo en la gestión de la Web of Science –que supone un coste anual de 4 millones de euros de las arcas públicas–, pero ni el Ministerio de Economía ni el de Educación respondieron. Tampoco la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt), Aneca o Cneai han ofrecido información para este artículo.
Dos empresas de capital riesgo, Onex Corporation y Baring Asia, son las propietarias de Clarivate Analytics, la compañía multinacional que establece el principal índice de referencia para la evaluación de los artículos científicos en España, el conocido como Journal Citation of Reports (JCR). Tanto Onex como Baring tienen inversiones en otros sectores ajenos a la investigación académica, caso de la tecnología sanitaria, la industria farmacéutica o la alimentación, entre otros muchos.