CCOO y UGT insisten al Gobierno: “No aceptaremos parches que tapen la prioridad de derogar la reforma laboral”

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CCOO y UGT no van a cejar en su exigencia al Gobierno que salga de las elecciones del 28A de que revierta las reformas laborales y de las pensiones. “No vamos a aceptar que la negociación de un nuevo Estatuto de los Trabajadores, que también hace falta, sirva para tapar la prioridad: la derogación de la reforma laboral de 2012 que ya negociamos con el anterior Gobierno”, ha advertido el secretario general de CCOO, Unai Sordo, en su discurso al término de la manifestación del Primero de Mayo en Madrid, “ahora ya hay una mayoría parlamentaria para aprobarla”. En el Programa de Estabilidad 2019-2022 que el Ejecutivo acaba de enviar a Bruselas, no se menciona la reforma laboral. El Gobierno sólo promete elaborar un nuevo Estatuto de los Trabajadores, tras negociar con patronal y sindicatos. 

El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, lo había avanzado sólo minutos antes desde la misma tribuna, en la Puerta del Sol. “No queremos parches”, subrayó, mientras se escuchaban los primeros gritos de “Con Rivera, no” que interrumpieron los discursos de ambos líderes sindicales. Sordo explicó que ni UGT ni CCOO iban a decir a los partidos lo que tienen que hacer, pero sí van a “reivindicar” el papel que desempeñan y a hacer una aportación desde su legitimidad como sindicatos. Así que dejaron clara su preferencia por un “Gobierno de izquierdas”, dijo Álvarez, y por un “acuerdo de legislatura” sostenido por una mayoría parlamentaria de progreso, que conjure los peligros de la “geometría variable”, “la política a salto de mata” y la “improvisación”, precisó Sordo. “Sin imponer cordones sanitarios a nadie”, apuntó, mientras volvían a escucharse las negativas a Albert Rivera.

No ha sido muy multitudinaria la manifestación del Primero de Mayo en Madrid, en la línea de lo que viene a ser ya una constante en los últimos años. Los sindicatos cifran en 30.000 los asistentes, pero la participación fue inferior a la de 2018. Sí acudieron a la convocatoria sindical el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos; el exministro Ángel Gabilondo, el diputado Rafael Simancas, el candidato socialista a la Alcaldía de Madrid Pepu Hernández, y la diputada madrileña Carla Antonelli. De Unidas Podemos, asistieron Pablo Iglesias y Alberto Garzón, así como el candidato de Más Madrid a la Comunidad Íñigo Errejón.

Agenda política

Los dos grandes sindicatos no sólo instan al futuro Gobierno a derogar las reformas laboral y de pensiones, sino también a introducir en la agenda política “la distribución de la riqueza, la cualificación de la democracia y la lucha contra la precariedad”, en lugar de los “toros y la Semana Santa”, reclamó Unai Sordo en referencia a algunos de los programas electorales presentados por los partidos de la derecha. “Un nuevo contrato social”, insistió, “que corrija las reformas que se hicieron para devaluar salarios y para poner en duda el sistema público de pensiones y para reducir peligrosamente los impuestos”.

 

Cabecera de la manifestación del Primero de Mayo en Madrid. EFE

Los discursos habían comenzado con el secretario general de UGT Madrid, Luis Miguel López Reíllo, avisando al PSOE de que los resultados del 28A no son “un cheque en blanco” y denunciando que los trabajadores cobran ahora los mismos sueldos que hace nueve años. Su homólogo de CCOO, Jaime Cedrún, recalcaba que la movilización no ha parado con la victoria de la izquierda en las elecciones generales y que hace falta “una nueva política económica y social”. “No nos vamos a olvidar de exigir que el Salario Mínimo Interprofesional debe subir a 1.000 euros en 2020”, alertó Pepe Álvarez al Gobierno, mientras que a la CEOE le recriminó que se resista a incluir los 1.000 euros de salario mínimo en los convenios sin aumentar la jornada, una medida pactada en el acuerdo de negociación salarial firmado el pasado mes de junio.

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“Queda casi todo por hacer”, aseguró el máximo responsable de UGT, antes de citar la próxima cita en las urnas para las elecciones municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo. Lo mismo hizo Unai Sordo. “El 28 de abril no ha terminado nada”, advirtió, “porque las elecciones europeas son determinantes, las leyes que nos afectan vienen configuradas por las directivas comunitarias y también debería haber una mayoría progresista en Europa por la cuenta que nos trae”. El dirigente de CCOO se refirió después al “huevo de la serpiente” que anida en las candidaturas de Marine Le Pen, Matteo Salvini, Viktor Orban, Alternativa para Alemania y Vox, y que “quiere destruir Europa desde dentro”. Sordo remedó el comienzo del Manifiesto Comunista de Marx alertando sobre la “oleada reaccionaria que recorre como un fantasma el mundo”, para felicitarse después por el freno a la ultraderecha en España. “Unos discursos ridículos y patéticos han dado mucho miedo por primera vez en años”, explicó, pero que no han calado en la clase trabajadora a diferencia de lo ocurrido en otras naciones como Francia. “Este país aún tiene memoria”, concluyó.

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Unas 5.000 personas participan en la manifestación del Primero de Mayo en Barcelona. EFE

Pero también avisó de que “la desigualdad es el mayor disolvente de la democracia” y de que los discursos de “tres iluminados” podían haberse convertido en “cantos de sirena” en un país “fragmentado por la precariedad vital y la pérdida de confianza en las instituciones”. Lo que sí han conseguido, destacó, es “contaminar” al resto de los partidos de la derecha. Además, rebatió con ahínco las propuestas fiscales de PP, Ciudadanos y Vox. “Sin complejos ni cuñadismos”, dijo, “esto no se trata del dinero en el bolsillo de los ciudadanos, sino de quién paga y cuánto”. “Quien gana 900 euros al mes necesita dinero y servicios públicos, educación, sanidad y dependencia, y para proporcionárselo hace falta una política fiscal; a quien ingresa 9.000 euros al mes, tener 200 o 300 euros más en el bolsillo no le supone una diferencia considerable ni necesita servicios públicos”, resumió.

CCOO y UGT no van a cejar en su exigencia al Gobierno que salga de las elecciones del 28A de que revierta las reformas laborales y de las pensiones. “No vamos a aceptar que la negociación de un nuevo Estatuto de los Trabajadores, que también hace falta, sirva para tapar la prioridad: la derogación de la reforma laboral de 2012 que ya negociamos con el anterior Gobierno”, ha advertido el secretario general de CCOO, Unai Sordo, en su discurso al término de la manifestación del Primero de Mayo en Madrid, “ahora ya hay una mayoría parlamentaria para aprobarla”. En el Programa de Estabilidad 2019-2022 que el Ejecutivo acaba de enviar a Bruselas, no se menciona la reforma laboral. El Gobierno sólo promete elaborar un nuevo Estatuto de los Trabajadores, tras negociar con patronal y sindicatos. 

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