¿En qué consisten los planes paneuropeos de pensiones privados que impulsa la UE?

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La Unión Europea da un impulso a los planes de pensiones privados. El pasado 4 de abril, el Parlamento Europeo aprobó el bautizado como Producto Paneuropeo de Pensiones Individuales (PEPP, por sus siglas en inglés, Pan-European Personal Pension Product). Lo hizo con los votos a favor de los liberales y los populares, la abstención de los socialistas y el voto en contra de la izquierda unitaria y los verdes, quienes además presentaron una enmienda para retirar la medida. Pero de nada sirvió. Con el texto aprobado [que se puede consultar en este enlace], ahora queda por esperar a que la Comisión Europea haga o no alguna modificación. Si no llega, la normativa se publicará en el Diario Oficial de la UE y, en 20 días, los nuevos planes de pensiones privados europeos entrarán en vigor, según informaron fuentes del Parlamento Europeo a infoLibre. Pero no estarán disponibles inmediatamente. Según explica Carlos Esquivias, responsable de la Comisión de Vida y Pensiones de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa), estos nuevos planes de pensiones no serán una realidad hasta, aproximadamente, el mes de mayo de 2021. Una vez la norma esté aprobada definitivamente, dice, la UE tendrá un año para aprobar todo el desarrollo del nuevo reglamento y, una vez lo haga, otros doce meses para que se pongan en marcha. 

La propuesta nació en el año 2017 de manos de la Comisión Europea. En ese momento, según explicó la institución, la necesidad del producto se explicó por la desigualdad de los planes de pensiones europeos. Eso, argumentaron, impedía el desarrollo de un mercado de alto nivel y competitivo en el continente. "El mercado europeo de pensiones personales está fragmentado y es desigual. Las ofertas se concentran en unos pocos Estados miembros, mientras que en otros son casi inexistentes. Esta variación en la oferta está vinculada a un mosaico de normas a nivel de la UE y nacional, que impiden el desarrollo de un mercado de pensiones personal grande y competitivo a nivel de la UE", argumenta. 

Por este motivo idearon los planes "paneuropeos". Pero, ¿qué quiere decir el término? Que todos los planes de pensiones con esa etiqueta tendrán unas características básicas comunes, serán transferibles entre Estados miembros y se podrá contribuir a ellos independientemente del país del bloque comunitario en el que vivan los clientes. Por tanto, el tipo impositivo del plan dependerá del país en el que el cliente haga su aportación. En cada uno de ellos, además, el plan disfrutará, como mínimo, del mismo trato fiscal que cada Estado ofrezca a sus planes nacionales. Esto lo harán en cumplimiento de una recomendación de la propia Comisión.

¿Y para qué sirve? El objetivo, en palabras de la institución, es "dar a los ahorradores más opciones cuando estén reservando dinero para la vejez". Se trata, por tanto, de un plan de pensión personal y voluntario que, dice el organismo, complementa los planes de pensiones nacionales, tanto públicos como privados. "Esta iniciativa es complementaria a los planes de pensiones existentes, ya sean pensiones estatales, ocupacionales o personales, y no los reemplazará ni sustituirá", explica la Comisión. 

No tienen limitaciones para los ahorradores. "Los PEPP estarán disponibles para todas las personas que deseen ahorrar para su jubilación, ya sean empleados, desempleados, en el trabajo o en la educación", dice el órgano comunitario. Pero es especialmente aconsejable, añade, para ciudadanos móviles. Y es que el plan es "portátil" entre los Estados miembros de la UE. Es decir, el plan podrá trasladarse de un país a otro. "Durante los primeros tres años de aplicación del marco PEPP, los proveedores deberán informar a los ahorradores de los compartimentos [países] disponibles", explica la Comisión. "Sin embargo, tres años después del lanzamiento de la iniciativa PEPP, los proveedores deberán implementar la portabilidad para los ahorradores en toda la UE". 

Por su parte, los promotores de planes de pensiones, que podrán ser, según Esquivias, entidades aseguradoras, entidades de crédito, gestores de fondos de pensiones o gestoras de fondos de inversión, tendrán la posibilidad de vender PEPP en distintos Estados miembros, lo que les permitirá poner en común activos con mayor eficacia y llegar a consumidores de todo el bloque comunitario.

La Autoridad Europea de Seguros y Pensiones de Jubilación (EIOPA) será el organismo encargado de autorizar los planes de pensiones y de mantener un registro del total de todos los que hay en la Unión Europea. 

¿Un producto útil o una forma de promocionar las pensiones privadas?

Estos planes no cuentan con el visto bueno de todos los grupos que participaron en la votación que celebró el Parlamento Europeo el pasado 4 de abril. Para Paloma López, eurodiputada de Izquierda Unida, este producto no es más que la apertura de "otro frente para el negocio especulativo en Europa". Es, dijo durante su intervención en el pleno durante el debate, "un producto que nunca podrá constituir ninguna garantía para la ciudadanía". Por contra, añadió, "sólo beneficia, a través de las ventajas fiscales, a los más ricos y al negocio de la banca, canalizando el pequeño ahorro de los trabajadores hacia mercados financieros". "¿Quieren proteger de verdad a la ciudadanía? Pues el único camino es reforzar los sistemas públicos de pensiones, que son el mayor y el único mecanismo de lucha contra la pobreza", sentenció. 

En esta misma línea se pronuncia Santos Ruesga, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma Madrid. Para el experto, este nuevo producto no es más que una forma de quitar valor a las pensiones públicas. Según critica en conversación con infoLibre, uno de los pilares fundamentales que siempre ha introducido la Comisión Europea es el de las pensiones privadas. "Siempre han dicho que complementan a las pensiones públicas, pero no es así, compiten con ellas", denuncia. 

Por este motivo, Ruesga opina que, en países como España, productos como el recién aprobado por la UE no tendrán éxito. "Allí donde las públicas son, en términos relativos, generosas, como pasa en España, las pensiones privadas no avanzan", explica. Por contra, "allí donde las públicas son poco generosas, como en Holanda o Dinamarca, las pensiones privadas tienen mucho peso". "La mejor manera que hay para que se extiendan las pensiones privadas es que las pensiones públicas sean menos generosos. Si las reformas que se llevan a cabo, como la de 2013 en España, tienen como resultado una caída de la capacidad adquisitiva de las pensiones públicas, se facilita a las pensiones privadas", matiza. 

Critica, por otro lado, que este nuevo producto no sea más que "una etiqueta" para "que los ahorradores tengan un elemento de confianza en ellos y mejorar la eficiencia de funcionamiento de los mercados de estos productos". Así, dice, se señala "que la propia Comisión es consciente de la poca eficiencia con la que ahora funcionan, entre otras cosas por su escasa transparencia hacia el ahorrador, al menos en algunos países como España", concluye. 

Según los cálculos de Inverco, la patronal de los fondos y planes de pensiones, el volumen de inversión en planes privados de pensiones en España es del 9,5% del PIB, frente a una media de la UE —sin Grecia ni Luxemburgo— del 36%. Pero el panorama es muy diverso: mientras en los Países Bajos escala hasta el 181,8% del PIB y en Reino Unido hasta el 95,3%, en Suecia es menor que en España, con sólo un 8,6%, y en Alemania baja hasta el 6,8% del PIB. En los dos primeros países citados, los planes de pensiones privados son obligatorios.

Un atractivo "limitado" para el inversor

Ignacio Zubiri, catedrático de Hacienda Pública de la Universidad del País Vasco, coincide con Ruesga. A su juicio, el atractivo para el inversor es limitado. Y es que no le parece que la medida suponga "una mejora sustancial para comprar planes de pensiones privados". "Habrá que ver si estos planes son capaces de ofrecer más rentabilidad que los planes privados nacionales", dice. No es complicado, pues recuerda que los españoles, por ejemplo, no han sido demasiado competitivos. "Han ofrecido rentabilidades muy bajas y costes muy altos", critica. 

Lo reconoció hasta la OCDE. El jefe de Unidad de Pensiones de Capitalización de la institución, Pablo Antolín, aseguró el pasado noviembre en Madrid que los planes de pensiones privados españoles no cumplen casi ninguna de las 10 recomendaciones que hace ese organismo internacional, integrado por los 35 países más ricos del mundo, sobre los sistemas de previsión social complementarios.

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Pero, aunque fueran competitivos, continúa Zubiri, "como son paneuropeos, la ganancia real dependerá de la inflación del país en el que viva el inversor". Así, explica, la ganancia será mayor en países en los que los precios no sean demasiado altos. Dice, además, que realmente solo beneficia a los trabajadores con movilidad, es decir, que se van desplazando de un país a otro. "La Unión Europea intenta facilitar los movimientos y la acumulación de capitales entre países", añade. 

En cualquier caso, a juicio de Zubiri, esta propuesta no es más que una señal de lo que la Comisión Europea piensa que hay que hacer: "favorecer los planes privados de pensiones frente a los públicos". "Que quieran fomentar los planes privados mediante incentivos fiscales —asegurando, como mínimo, el mismo trato que reciben los planes nacionales—, realmente es una señal de que va a ser necesario o que estaría bien que los países redujeran las pensiones públicas, porque no las van a poder mantener", lamenta.

Y esta es, precisamente, la razón por la que Esquivias ve necesario el nuevo producto. La Unión Europea, dice, tiene asumido que el sistema público, aunque no desaparecerá, sí se verá debilitado por el envejecimiento. "A nivel europeo está más asumido que el envejecimiento tensiona el sistema público", dice. Y eso "hace que casi todos los países acometan reformas". "O hacemos eso o financiamos el sistema. Pero, ¿cómo?", se pregunta. No obstante, Esquivias cree el éxito o no dependerá del tratamiento fiscal que reciban los planes y de "si se permitirá que se traspase de los productos que ya existen". "No es lo mismo empezar de cero que hacerlo pidiendo que el plan individual se traspase. Esto último podría hacer que crecieran mucho más rápido", concluye. 

La Unión Europea da un impulso a los planes de pensiones privados. El pasado 4 de abril, el Parlamento Europeo aprobó el bautizado como Producto Paneuropeo de Pensiones Individuales (PEPP, por sus siglas en inglés, Pan-European Personal Pension Product). Lo hizo con los votos a favor de los liberales y los populares, la abstención de los socialistas y el voto en contra de la izquierda unitaria y los verdes, quienes además presentaron una enmienda para retirar la medida. Pero de nada sirvió. Con el texto aprobado [que se puede consultar en este enlace], ahora queda por esperar a que la Comisión Europea haga o no alguna modificación. Si no llega, la normativa se publicará en el Diario Oficial de la UE y, en 20 días, los nuevos planes de pensiones privados europeos entrarán en vigor, según informaron fuentes del Parlamento Europeo a infoLibre. Pero no estarán disponibles inmediatamente. Según explica Carlos Esquivias, responsable de la Comisión de Vida y Pensiones de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa), estos nuevos planes de pensiones no serán una realidad hasta, aproximadamente, el mes de mayo de 2021. Una vez la norma esté aprobada definitivamente, dice, la UE tendrá un año para aprobar todo el desarrollo del nuevo reglamento y, una vez lo haga, otros doce meses para que se pongan en marcha. 

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