Mercado laboral

Creciendo, pero fuera: cifras récord de españoles en el exterior y talento a la fuga que equivale al PIB turístico

Una mujer camina con su maleta en una cita en el aeropuerto de El Prat.

2.908.649. Es el número al que llegaron los españoles que residen en el extranjero el pasado 1 de enero, según la actualización de datos del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE), lo que supone un incremento del 4,2% en 2023, traducido en personas 118.332 más, respecto al año anterior. Por continentes, el 58,7% de los inscritos tenía fijada su residencia en América, el 37,7% en Europa y el 3,6% en el resto del mundo, de acuerdo a la información difundida por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Los mayores aumentos se dieron en América, donde fueron a parar 69.526 más; y en Europa, por la que se repartieron 43.140 españoles.

En términos relativos, las alzas más significativas, en cambio, se produjeron en Asia, el 7,9%, y en África, con un 4,8%. México, Estados Unidos y Francia fueron los países más receptores de población con nacionalidad española. A la luz de los datos del INE, tres de cada cuatro nuevas inscripciones al PERE el pasado ejercicio correspondieron a paridos fuera de España. De los nacidos en territorio nacional, dominaban los residentes en Europa, el 60,5% del total, y América, con el 28,3%. Y, por grupo de edad, sobresalían los de 16 a 64 años con el 67,6%, es decir, las franjas de personas en edad de trabajar, con un global absoluto de 35.479 más. Si bien, algunas fuentes consultadas asocian parte de esa significativa elevación a que “familiares de emigrados habrían regularizado su situación por la actualización de tratados con terceros países”. Son cifras relevantes en un contexto progresivo de envejecimiento de la ciudadanía y teniendo en cuenta que España encabeza además el ranking europeo de esperanza de vida con una media de 83,2 años, según Eurostat.

Y hay más hechos. No son números aislados, es una tendencia y dentro de una economía que en 2023 creció por encima de lo esperado. El grupo de quienes optaron por abandonar el país en busca de oportunidades laborales registró en 2022 un nuevo repunte tras la pandemia y en el primer semestre del aquel ejercicio sobrepasó en un 11,7% a los emigrantes del mismo periodo del año anterior. El Instituto de Investigación Económica (Ivie) y la Fundación BBVA realizaron una estimación tras proyectar ese dato a finales del año y calcularon que el valor del capital humano perdido en 2022 fue de 154.800 millones de euros, un 40% más que en 2019, y representaba “el 0,93% del valor del capital humano total de España en el ejercicio”. Esa cuantía millonaria es casi todo el aporte que el turismo hizo aquel año al Producto Interior Bruto (PIB) estatal, dado que fue de 155.946 millones, con información del INE de nuevo. 

En muchos casos los puentes entre los desplazados y lo que dejaron atrás no se han dinamitado del todo y fuentes del ámbito económico instan a “las administraciones a hacer un esfuerzo para taponar la fuga de talento porque es fundamental para contar con una economía competitiva”, aparte que, “en el caso de los jóvenes, implica desperdiciar los recursos que se han invertido en su formación”. Califican de “preocupante” la dinámica que muestran las estadísticas con la vista puesta “en el futuro de las pensiones, por ejemplo”. Es más, en el análisis de Ivie y la Fundación BBVA se preveían descensos acumulados del valor del capital humano per cápita cercanos al 20% hasta 2050.

Desde el Gobierno son conscientes del reto. De hecho, la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, expuso en el Senado su intención de desarrollar el Reglamento de la Ley 40/2006 del Estatuto de la Ciudadanía Española en el Exterior para “prestar la mejor atención” y coordinar actuaciones con el propósito de que "la integración sociolaboral de los retornados se realice en las condiciones más favorables, impulsando programas de ayudas y subvenciones a quienes deseen regresar o ya lo hayan hecho”.

Se han dado varios pasos en este ámbito: para arrancar, se ha creado una Dirección General específica dentro de la Secretaría de Estado de Migraciones, que aunque aún “está en fase embrionaria”, según fuentes del ministerio, ya trabaja en un 'Plan estratégico de españoles y españolas en el exterior y personas retornadas' que tiene un doble objetivo: “De un lado, poner en marcha una serie de medidas para la atención a las personas residentes en el extranjero con diferentes líneas de ayuda; y, de otro, incentivos y otras fórmulas para traer a gente de regreso a España”, condensan las fuentes sondeadas.

Se pondrá el foco en los jóvenes con actividades dirigidas al emprendimiento y a la creación de empleo y formación especializada. El ministerio cree que esto “ayudará a crear valor en el exterior y a reforzar el talento de la juventud, favoreciendo así las oportunidades de retorno con proyectos consolidados”. Y desde el punto de vista geográfico, habrá, asimismo, “una mirada preferente hacia América Latina por vulnerabilidad y por su situación socioeconómica, como es el caso de Venezuela y Argentina”. Es más, prevén iniciar programas concretos para españoles en países como Cuba, Brasil y México, junto a los dos anteriores. Reúnen a más de un millón de emigrantes.

Más allá de lo escanciado, las intenciones del Ejecutivo pasan por incidir en las áreas sanitarias, educativa, sociales y culturales y apostar por elevar el presupuesto de las prestaciones, “en especial las ayudas asistenciales en el exterior y los convenios en materia de sanidad”. Y se impulsarán programas específicos para los ciudadanos españoles provenientes de países de conflicto como Gaza.

Por último, se armará un Plan Estratégico de Retorno para acrecentar los recursos destinados a las políticas sociolaborales y de inserción profesional de los nacionales retornados, se estrechará la colaboración de las comunidades para optimizar los servicios públicos de información y de gestión, y se dotará de más medios materiales y financieros a los Consejos de Residentes Españoles en el Exterior y al Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior.

"Una economía que van bien, pero no 'trata' bien a los profesionales"

El profesor de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) vinculado al Centro de Políticas Económicas EsadeEcPol, Manuel Hidalgo, avisa de que para recuperar el talento “hay que ofrecer una posición de estabilidad a largo plazo” y no proyectar “planes superficiales como bajar impuestos los dos primeros años”, de lo contrario, lo que se haga “no servirá”. “Tenemos una economía que va bien, pero que no ‘trata’ bien a sus profesionales, a sus jóvenes preparados”, enlaza. Y sigue: “En Andalucía esto se ve muy claro, somos exportadores de capital humano, lo formamos, lo preparamos, y muchos de ellos se van. Pasa igual a nivel nacional porque arrastramos un problema grave, un mercado de trabajo con enormes disrupciones que no es capaz de rentabilizar la cualificación de los trabajadores, y muchos encuentran la oportunidad de una vida profesionalmás exitosa fuera del país”, resume. “Y hay que sumar los incentivos para irse: si te pagan más y probablemente con un contrato más estable, pues te marchas”, cierra. Queda tarea por delante.

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