Los privilegios fiscales de la banca (5)

Los créditos fiscales del impuesto de sociedades enderezaron los resultados de Caixabank de 2012 a 2015

El presidente y el consejero delegado de Caixabank, Jordi Gual (dcha.) y Gonzalo Gortázar.

Caixabank hizo pagos a Hacienda por importe de 922,63 millones de euros desde 2014 hasta 2017, aunque resulta imposible conocer su contribución neta al no ser público el dato de cuánto dinero pidió que se le devolviese en la declaración anual. En todos esos ejercicios tuvo beneficios. Lo contrario de lo que ocurrió en 2012 y 2013, cuando registró unas pérdidas brutas de 62,41 y 979,75 millones de euros, respectivamente. Pero, gracias a los créditos fiscales tanto en un año como en otro su resultado después de impuestos fue positivo: 228,75 millones de beneficios en 2012 y 308,65 millones en 2013.

Los “pagos de caja” del impuesto de sociedades no coinciden con el gasto que las entidades hacen constar por este concepto en sus cuentas anuales. Tampoco equivalen exactamente al resultado de la declaración anual del impuesto, puesto que pueden incluir las liquidaciones que hayan efectuado como resultado de un acta de inspección fiscal, por ejemplo. Pero es la cifra que más puede aproximarse a la cantidad que realmente abonan los bancos en cada ejercicio.

En cualquier caso, las cuentas de Caixabank reflejan una historia fiscal parecida a la de sus pagos de caja. Al menos desde 2014, fecha a partir de la cual la entidad financiera catalana empezó a publicar en su informe anual los pagos por impuestos de cada ejercicio. Cada año Caixabank también elabora un informe de su contribución fiscal que revela la cifra total de impuestos que abona, pero sin detallar cuánto desembolsa por el de sociedades. Sólo distingue entre impuestos directos, indirectos y cotizaciones a la Seguridad Social.

En el informe anual figura la referencia contable del gasto por el impuesto de sociedades, que en 2017 ascendió a 377,62 millones de euros sobre unos beneficios de 2.097 millones. En 2016 se elevó a 482,18 millones de euros, sobre unos resultados positivos de 1.538 millones. Pero en 2015 lo que figura no es un gasto, sino un ingreso de 180,75 millones, que aumentó sus beneficios hasta los 816,52 millones de euros. Otro tanto ocurrió en 2014, cuando el ingreso fue mayor: 417,75 millones que elevaron su resultado hasta los 619,92 millones de euros.

En 2013 Caixabank terminó el ejercicio con unas pérdidas antes de impuestos de 979,75 millones de euros, pero gracias a los créditos fiscales sus números pasaron del rojo al negro: contabilizó un ingreso de 1.288,35 millones de euros por el impuesto de sociedades que dejó el resultado neto del ejercicio en 308,6 millones de euros de beneficios. En 2012 el ingreso fiscal ascendió a 291,16 millones, lo que transformó unas pérdidas de 62,41 millones de euros en unas ganancias de 228,75 millones. En resumen, las ventajas fiscales han arreglado las cuentas a Caixabank desde 2012 hasta 2015.

10.254,84 millones de colchón fiscal

Según el informe de 2017, la entidad presidida por Jordi Gual acumula activos fiscales –o ventajas fiscales, que permiten a las empresas rebajar la factura a Hacienda– por importe de 11.054,98 millones de euros, de los cuales son activos fiscales diferidos (DTA) 10.254,84 millones. Los DTA se originan a partir de las provisiones que los bancos realizan –para cubrir el riesgo de los créditos e inmuebles tóxicos, por ejemplo–, de las aportaciones a los planes de pensiones de sus plantillas y de las pérdidas de ejercicios anteriores. Estas cantidades no son deducibles en el impuesto de sociedades, pero Hacienda permite a los bancos acumularlas en forma de DTA y utilizarlos en los siguientes ejercicios para reducir sus pagos fiscales. Con la crisis financiera, las entidades españolas acumularon una gran cantidad de estos activos, que les están sirviendo para rebajar su factura con Hacienda.

Es lo que ha hecho Caixabank. Lo recoge expresamente en sus cuentas de 2014, donde reconoce un ingreso neto de 309,22 millones de euros por cancelación de activos fiscales. Además, la entidad heredó los activos fiscales acumulados por los bancos que adquirió durante la crisis: Banco de Valencia y Banca Cívica en 2012 y Barclays en 2015. Así, los activos fiscales diferidos de Caixabank pasaron de 2.262,39 millones en 2011 a los actuales 10.254,84, multiplicándose por tanto casi por cinco en seis años. Banco de Valencia le traspasó 1.780 millones de euros en DTA, Banca Cívica otros 3.988 millones y Barclays, 877,44 millones. En total, 6.645,44 millones de euros. En 2017 ha adquirido el portugués BPI, del que posee el 92,9% de las acciones. A estas ventajas fiscales también contribuyen las pérdidas del banco. En 2017, Caixabank acumulaba bases imponibles negativas de ejercicios anteriores por importe de 1.063 millones, así como 1.591 millones de euros más por deducciones pendientes de aplicación. Parte de su reserva fiscal para desgravarse en futuros ejercicios.

Además, la Ley del Impuesto de Sociedades permite a cualquier empresa, no sólo a los bancos, convertir los DTA en “créditos exigibles frente a la Administración tributaria” si registra pérdidas o si es liquidada o declarada insolvente por un juez. Es decir, el Estado los garantiza. De esos DTA monetizables, Caixabank tiene en sus balances 5.891 millones de euros.

Las tasas efectivas del Sabadell

El Banco Sabadell no publica un documento con su contribución fiscal total. Pero, según sus informes anuales, ha pagado 488,88 millones de euros a Hacienda en el impuesto de sociedades desde 2014. Al igual que ocurre con la Caixa, no es público el dato sobre la liquidación anual y por tanto se desconoce el saldo neto (si pago algo en impuestos o no). 

En 2017 reconoce en sus cuentas –no hace públicos los pagos de caja– un gasto por este concepto de 43,07 millones de euros, lo que equivale a una tasa efectiva de sólo el 5% de sus beneficios, 848,25 millones de euros. El tipo legal del impuesto para los bancos es del 30%. Y ése es el que dice haber satisfecho el Sabadell un año antes, cuando reconoce un gasto de 303,07 millones de euros para unas ganancias que ascendieron a 1.019,42 millones de euros. Sin embargo, en 2015 la factura se recorta considerablemente, hasta los 32,51 millones, sólo un 4% de los 744,76 millones de euros de beneficio contable. En 2014 había sido muy superior, 109,74 millones sobre unos resultados de 486,39 millones, una tasa efectiva, dice el banco, del 23%.

El año pasado, el Banco Sabadell contaba con unos activos fiscales de 6.861,4 millones de euros, de los cuales son DTA 6.531,84 millones. Y de éstos, los garantizados por el Estado y convertibles en efectivo suman 5.336,97 millones. En 2015, Bruselas abrió una investigación para determinar si esa garantía sobre algunos DTA constituía una ayuda de Estado ilegal. Así que el Gobierno impuso a los bancos una prestación patrimonial anual en favor del Estado del 1,5%, que fue aceptada por Bruselas para cerrar la investigación. En sus cuentas, el banco de Josep Oliu también revela cuánto ha pagado al Estado a cambio de esos DTA garantizados: 54,66 millones de euros el año pasado y 57 millones en 2016.

Como Sabadell también ha salido a la compra de otras entidades durante los últimos años, ha heredado igualmente sus activos fiscales diferidos. En 2012 adquirió el escocés TSB, que ese año tenía en sus cuentas DTA por importe de 148,91 millones de euros, una cantidad muy inferior a la acumulada por las entidades españolas.

  Caixabank y Sabadell no hacen públicas sus declaraciones

infoLibre preguntó a Caixabank y Banco Sabadell por  la cifra de beneficios declarados a Hacienda, tanto en 2015 como en 2016, en el impuesto de sociedades. También por el resultado de la declaración de ese impuesto en esos dos años. Este periódico le especificó que ya tenía acceso a los datos que publican en sus cuentas anuales, tanto de beneficios como del gasto del impuesto; lo que pedía eran los datos declarados a Hacienda y el resultado de esa declaración, que nunca coinciden con los datos contables. Además, se le requirió la base imponible de la declaración en ambos ejercicios, así como por las bases imponibles y las deducciones pendientes de aplicar, y la cifra de activos y pasivos fiscales.

Finalmente, se les preguntó:

–¿Cómo consigue un banco con un volumen de beneficios tan elevado no pagar por el impuesto de sociedades; es más, cómo consigue que la declaración a Hacienda le salga a devolver?

Ambas entidades alegaron que esa información “no es pública”. Caixabank remitió a este periódico a sus informes de contribución fiscal, donde figura el gasto total en impuestos, sin desglosar por tipo de impuesto y sin indicación de los pagos de caja. Estos últimos constan (sólo desde 2014) en los informes anuales. También proporcionó una indicación genérica de por qué los datos contables no coinciden con los datos de las declaraciones fiscales: no todos los ingresos contables de la cuenta de pérdidas y ganancias son objeto de tributación. Banco Sabadell, que no publica un informe de contribución fiscal, ni siquiera respondió.

__________________

Este reportaje es el quinto de una serie de infoLibre sobre los beneficios fiscales de la banca. Puedes consultar aquí los anteriores:

1. Lo que realmente pagan los bancos a Hacienda por el impuesto de sociedades

CaixaBank acuerda desprenderse de su 9,36% en Repsol

CaixaBank acuerda desprenderse de su 9,36% en Repsol

2. Banco Santander pidió a Hacienda 2.440 millones de euros en devoluciones por el impuesto de sociedades en cuatro años

3. Hacienda pagó 38 millones a Bankia por los activos fiscales diferidos de BMN

4. El BBVA lleva cuatro años declarando pérdidas por su negocio en España

Más sobre este tema
stats