La mayor universidad de España, con 212.222 estudiantes, la UNED, ha disparado en un 37,8% durante la crisis el número de sus matrículas. Mientras el aumento de estudiantes en el resto de las universidades públicas se ha quedado en un exiguo 0,6%, –la Complutense incluso ha perdido un 5,6% de alumnos entre 2012 y 2013–, sus tasas más baratas y las mayores posibilidades para compaginar los estudios que ofrece la educación a distancia están haciendo morir de éxito a la UNED.
El motivo no es otro que los recortes presupuestarios. Para este año su presupuesto se ha reducido en 18,5 millones de euros, un 8,5%presupuesto, respecto a 2014; un 13,2% si la comparación se hace con 2011. El 39% de los ingresos de la UNED procede del Ministerio de Educación; el 52%, de las matrículas que pagan sus estudiantes. También recibe fondos de otros ministerios, entidades locales, del FEDER europeo y de empresas privadas, como Telefónica y el Banco Santander. infoLibre intentó, sin éxito, recabar un comentario de la UNED sobre los recortes presupuestarios y sus efectos
Es, con la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, la única pública que depende financieramente de la Administración central; el resto están vinculadas a las comunidades autónomas. Y el Estado, sólo en 2013, recortó su aportación en 14 millones de euros. Al año siguiente, otros cuatro millones más. La aportación del ministerio ha menguado un 20% desde 2011.
Los efectos de los recortes no han tardado en dejarse notar. El último fue comunicado a los profesores por correo electrónico a finales de febrero: los estudiantes se quedarán sin Tutores de Apoyo en Red (TAR) a mitad de curso porque la UNED no puede “asignar más fondos a esa partida presupuestaria” debido a sus “dificultades económicas”. Para estos tutores virtuales se había destinado un millón de euros, según consta en la última convocatoria realizada por el vicerrectorado responsable.
Hasta ahora las tutorías virtuales corrían a cargo de los profesores de los departamentos, de los tutores de los 59 centros asociados que la UNED tiene repartidos por toda España e incluso de los becarios de investigación. Cada asignatura tiene un TAR: suman más de 500 por curso. Resuelven consultas de los estudiantes, crean foros y corrigen las pruebas de evaluación continua. A cambio, reciben entre 500 y 1.000 euros al año, explican los profesores consultados. “Es una tarea que requiere atención diaria, también los fines de semana”, destacan, un trabajo que ahora se va a quedar sin hacer o que deberán asumir gratis los profesores.
Tutores en precario
Para éstos, no supondrá un gran quebranto económico; pero a los 7.000 tutores de los centros asociados les hará un gran roto en su nómina. Sobre todo a los 300 que viven exclusivamente de los escasos 400 euros que cobran por su trabajo, muchos de ellos sin contrato –si lo tienen es mercantil, como autónomos– y sin cotizar a la Seguridad Social.
El año pasado, además, sufrieron retrasos de varios meses en el cobro de su escasa retribución. Y, según fuentes de CGT, en algunos centros asociados aún se les adeuda el pago de todo 2014 de las tutorías de máster. Para este año, la UNED ha rebajado la cuantía de las transferencias a estos centros en un 40%, según consta en la memoria del presupuesto.
Otros tijeretazos son más cuantiosos. A los departamentos se les ha recortado un 50% el presupuesto. Y el plan de investigación –otro millón de euros– ha quedado suspendido. De hecho, el presupuesto del Vicerrectorado de Investigación se ha reducido a la mitad entre 2012 y 2015: este año se quedará en 3,39 millones de euros. Otros dos millones más se ahorrará la universidad tras reducir a una tercera parte los complementos retributivos que los profesores cobran por su méritos docentes e investigadores.
Plantilla menguante
El rectorado y los sindicatos UGT y CCOO han firmado un compromiso para mantener el empleo en la UNED en plena campaña de recortes presupuestarios. Lo que no ha sido óbice para que la plantilla de la universidad haya perdido casi a un centenar de trabajadores, entre profesores y personal administrativo desde 2010. Entre 2012 y 2013 se jubilaron 75 profesores; sólo siete de ellos han sido sustituidos, por culpa de los rigores a que la estabilidad presupuestaria somete a las plantillas de funcionarios. En 2014 se retiraron otros 38 docentes, según los cálculos de CCOO. Este ejercicio se les permitirá convocar 19 plazas, el 50%. El resultado es que hay departamentos donde han perdido hasta cinco profesores en uno o dos cursos. “Muchas asignaturas han quedado desasistidas”, protestan los docentes consultados.
También se ha recortado en becarios: han sido suprimidos todos los asignados al Instituto Universitario de Educación a Distancia (IUED), encargada de elaborar y mejorar materiales didácticos y métodos pedagógicos. “Muchos llevaban años trabajando en el IUED, eran contratos encubiertos”, revela CCOO. También se han eliminado los profesores contratados para proyectos: según las cifras de la propia UNED, eran 52 en 2011. Desde entonces no se ha hecho ni un solo contrato. El personal administrativo se ha reducido a base de no renovar contratos de obra y servicio, añaden las mismas fuentes.
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Sin inversiones
Y, si no hay dinero, desde luego tampoco hay inversiones. Para este ejercicio, la UNED ha encogido este capítulo nada menos que un 77% “de manera obligada por la insuficiencia de recursos”, lamenta la memoria del presupuesto de 2015. La universidad a distancia cerró 2013 con un déficit de 22,16 millones de euros, que un año después se ha quedado en 16 millones.
Además de un “extraordinario esfuerzo de contención del gasto”, la UNED ha decidido abrir un segundo plazo de matrícula para los alumnos, su principal fuente de financiación. El problema es que, al aumento de la cifra de estudiantes se le suma un descenso en el número de asignaturas en que se matriculan. El paro y los recortes salariales tienen la culpa. Así que los ingresos de la UNED por las tasas no han conseguido crecer en el nivel que permitiría sortear la caída de las partidas públicas. Menos aún para atender el aumento de la carga docente –más estudiantes para menos profesores, menos tutores– y compensar unos recortes que los profesores y sindicatos consultados no dudan en calificar de “brutales”.
La mayor universidad de España, con 212.222 estudiantes, la UNED, ha disparado en un 37,8% durante la crisis el número de sus matrículas. Mientras el aumento de estudiantes en el resto de las universidades públicas se ha quedado en un exiguo 0,6%, –la Complutense incluso ha perdido un 5,6% de alumnos entre 2012 y 2013–, sus tasas más baratas y las mayores posibilidades para compaginar los estudios que ofrece la educación a distancia están haciendo morir de éxito a la UNED.