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Danone es la segunda empresa de alimentación más valorada en España pese a ser la peor en estándares sociales y ecológicos

Danone es la segunda empresa de alimentación mejor valorada por los españoles y la más criticada por cómo se provee

El Grupo Danone, conocido por sus yogures, comercializador de productos como Vitalinea, Activia o Actimel y propietaria de marcas de agua como Font Vella, Lanjarón o Evian es la peor parada del análisis que hace regularmente la ONG Oxfam de las políticas de las diez empresas más grandes del mundo de alimentación en la campaña Tras la marca. Los activistas analizan a estas compañías en siete temas: el consumo de agua, las medidas a favor de la justicia en el uso de la tierra, la defensa de los derechos de los agricultores, la lucha contra la precarización de sus trabajadores, la mitigación del cambio climático, la transparencia y la igualdad de género en sus proveedores. La asociación busca que los consumidores presionen a estos gigantes del sector para que su actividad comercial no incida negativamente en las comunidades que les proporcionan sus materias primas. Danone es la más castigada por este particular examen: solo aprueba en cambio climático y en transparencia y llega a sacar un 2 en el compromiso contra el acaparamiento de tierras y en la reivindicación de un trato justo para las mujeres. Sin embargo, en 2016 es la segunda marca de alimentación mejor valorada por los españoles, solo por detrás de Bimbo. En 2014 fue la empresa más apreciada por los consumidores de este país.

El RepTrak es un estudio que elabora anualmente el Reputation Institute. En su edición para España de este año, el 77,9% de los consumidores encuestados valora positivamente a Danone en aspectos como oferta, innovación, trabajo, integridad o ciudadanía. Sin embargo, según el trabajo de Oxfam, Danone es el grupo con unas prácticas más injustas o unos compromisos más tibios contra la vulneración de los derechos de los trabajadores de sus proveedores entre las diez grandes empresas del sector de la alimentación. El informe, cuya última actualización es de abril de este año, critica a la gran marca de yogures en múltiples aspectos. Danone, señala la ONG, no exige a sus proveedores "que tengan en cuenta cómo la falta de acceso a la tierra afecta a las vidas de las familias agricultoras", no hace un seguimiento real de las condiciones de las mujeres agricultoras que trabajan sus productos básicos (ni de los agricultores, en general) y no ofrece apenas información sobre los trabajadores de su cadena de suministro. En materia de derechos laborales, no saca más de un tres según el ranking de Oxfam.

Sin embargo, la percepción de los españoles es muy distinta. La mayoría, según el trabajo del Reputation Institute, pone en buen lugar al Grupo Danone. Aunque la consultora no ofrece los datos detallados de respuesta a cada pregunta para evaluar la imagen de las empresas, uno de los temas a analizar es "se preocupa por la sociedad, invierte en buenas causas y no daña el medio ambiente". Lo cierto es que no suspende en todo esta compañía, cuyos orígenes se localizan en Mataró con el primer vendedor de leche fermentada como perfecto postre o complemento de desayuno. Aunque le pide más ambición, Oxfam felicita a Danone por sus compromisos contra el cambio climático y su transparencia, ya que es la única empresa que publica los volúmenes de soja que utiliza en su fabricación de productos lácteos.

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Tras la marca señala a varios grandes grupos de alimentación que podrían servir de ejemplo a Danone en las prácticas analizadas y que copan los primeros puestos del ranking. Unilever, que posee las marcas Ben & Jerry's, Hellmann's, Calvé, Lipton, Rexona y Axe entre otras, obtiene una puntuación total del 74% por sus políticas sólidas y su compromiso con los derechos de los trabajadores. Nestlé (segunda en el ranking) es aplaudida por su política de tolerancia cero con el acaparamiento de tierras, y Coca-Cola, tercera en la clasificación, aprueba con un 57% pero necesita, a juicio de la ONG, asumir compromisos creíbles en defensa de los pequeños agricultores.  

El grupo General Mills, propietario de marcas conocidas en los supermercados españoles (Cheerios, Häagen-Dazs, Old el Paso) es otro de los que suspende, con muy malas puntuaciones en lo relativo a los trabajadores tanto de la compañía como de sus proveedores. No trabaja apenas la expulsión de muchas personas de sus tierras y no se preocupa de los agricultores.

Otra nota parcial que sorprende es el 2 a Mondelez International (Trident, Milka, Oreo, Toblerone, Chips Ahoy!, Príncipe) en la gestión del agua, aunque escala hasta el 41% por sus medidas para defender a las mujeres. Pepsico, con una puntuación global del 49% (multinacional que ofrece no solo el refresco de cola famoso, también productos como Tropicana, Pepsi, 7up o Lays) se queda a las puertas del aprobado por, de nuevo, su aparente ignorancia sobre la situación de las personas que trabajan en su cadena de suministro. 

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