Completamente paralizado. Así define la situación del sector solar fotovoltaico, con 55.000 instalaciones, un portavoz de la asociación que agrupa a las empresas, Unión Española Fotovoltaica (Unef). El responsable es el Ministerio de Industria, que ha centrado los recortes de primas en este negocio concreto. Pese a ello, el déficit tarifario reconocido a las empresas eléctricas tradicionales agrupadas en la patronal Unesa superó en 2012 los 5.600 millones, un 45% más que en el año anterior.
La consecuencias, sostienen las empresas fotovoltaicas, son dramáticas. Por poner un ejemplo, de la treintena de compañías dedicadas a la construcción de paneles fotovoltaicos o componentes, sólo una, la valenciana Atersa, se ha librado del preconcurso, concurso de acreedores, cierre o recortes de personal.
En general, el valor de las nuevas inversiones en proyectos renovables, incluidas todas las tecnologías cayó un 70% en 2012, hasta situarse en 2.200 millones. En el primer trimestre, la inversión no supera los 30 millones, según datos de Bloomberg New Energy Finance, recogidos por El País.
El gran argumento para contener el desarrollo de las energías renovables en general, y de la energía fotovoltaica en particular es que el país no puede hacer frente al pago de unas primas (8.586 millones para todas las tecnologías en 2012) que disparan el déficit tarifario, la diferencia entre los ingresos del sector y los costes que se reconocen a las empresas eléctricas.
35.000 millones acumulados
Y sin embargo, los datos de la Comiisón Nacional de la Energía, según subrayan desde Unef, revelan algo distinto: el déficit tarifario, que suma 35.000 millones acumulados desde 2000, un 3% del PIB, no nace de donde apunta el Gobierno. El desvío está en otro sitio.
Las cuentas son claras. Las previsiones inciales para el cálculo de primas a las instalaciones fotovoltaicas ascendían a 2.610 millones para 2012 y han recibido 2.611, un 0,03% más. Los desvíos fueron mucho más alevados, del 68% (de 553 millones a 927) en el caso de las instalaciones termosolares, promovidas por las grandes constructoras y del 51% (de 1.232 millones a 1.865 millones) en el caso de la cogeneración (instalaciones que generación electricidad y energía térmica con gas).
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Los datos de la CNE refuerzan los argumentos del sector fotovoltaico, que han advertido en Bruselas de las graves consecuencias que puede tener el hundimiento del sector. Los bancos han prestado al sector fotovoltaico en torno a 20.000 millones de euros y a las empresas termosolares unos 10.000. Total, 30.000 millones. Según la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, que junto a la asociación empresarial APPA los bancos no tienen provisionados esos créditos, los consideran sanos.
Al contrario, en los últimos años, los han refinanciado, en muchos casos a tipos de interés más altos y condiciones más duras. En caso de asfixia del sector, las entidades estarían obligadas a provisionar, como marca la ley, un 25% del total comprometido. Serían 7.500 millones que podrían dificultar el proceso de saneamiento del sector.
Las plantas fotovoltaicas y termosolares han sufrido los recortes de las primas desde el año 2010, cuando empezó a arreciar la crisis y las empresas eléctricas tradicionales las acusaron de ser responsables de la mayor parte del llamado "déficit tarifario" (diferencias entre ingresos del sistema eléctrico y costes reconocidos a las empresas). Con diferentes decretos (RD 15/65; RD 14/2010; RD 1/2012, Ley 15/2012 y RD 2/2013), el sector ha visto reducidos los años de funcionamiento, horas y retribuciones.
Completamente paralizado. Así define la situación del sector solar fotovoltaico, con 55.000 instalaciones, un portavoz de la asociación que agrupa a las empresas, Unión Española Fotovoltaica (Unef). El responsable es el Ministerio de Industria, que ha centrado los recortes de primas en este negocio concreto. Pese a ello, el déficit tarifario reconocido a las empresas eléctricas tradicionales agrupadas en la patronal Unesa superó en 2012 los 5.600 millones, un 45% más que en el año anterior.