PRECARIEDAD LABORAL
La devaluación salarial se ceba con los trabajadores de la educación, la sanidad y los empleados del hogar
La devaluación salarial puede considerarse el mayor éxito de la reforma laboral de 2012. Dependiendo de la fuente y del parámetro que se mida, los salarios han caído en España entre un 8% –dicen los estudiosos de Funcas– y un 28% –calcula un informe de Oxfam Intermón–. CCOO, en otro documento, cifraba en un 15,4% el recorte de los costes laborales unitarios entre 2009 y 2014.
Además, resulta que esa depreciación de las nóminas no se ha producido de forma homogénea: se ha cebado con muchos y ha dejado intactos a otros. El informe sobre desigualdad salarial que hizo público este jueves Oxfam Intermón se basa a su vez en otro elaborado por los profesores de la Universidad de Alcalá de Henares José María Arranz y Carlos García-Serrano. La caída de los salarios ha afectado de forma muy dispar a los trabajadores según su edad, sexo, nivel de cualificación profesional o sector productivo. Así, los asalariados cuyas retribuciones más han bajado desde 2008 son los pertenecientes al sector de la educación, un 16%; los empleados del hogar, un 15,1%, y los de la sanidad, un 12,7%. Las cifras se refieren a salarios diarios reales –descontada la inflación–.
En la hostelería han caído un 7,5% y en el comercio y la Administración pública, un 6,5%. En los dos primeros, que constituyen el grueso del sector servicios, es precisamente donde los salarios, además, son más bajos. Según la última Encuesta Trimestral de Coste Laboral, en la hostelería el coste laboral –incluidas cotizaciones sociales– es sólo de 1.545,18 euros al mes; en las empresas dedicadas al suministro de energía alcanza los 6.261,92 euros, cuatro veces más. En el sector financiero llega a los 4.716,65 euros. Y eso que desde 2008 los trabajadores de bancos y cajas de ahorro han perdido un 6,2% de sus salarios. Los empleados en empresas energéticas, sólo el 0,6%.
Pero incluso dentro de cada sector hay diferencias importantes entre quienes más cobran y quienes tienen las nóminas más exiguas. Una brecha que es patente entre el conjunto de los salarios más altos, que apenas han sufrido durante la crisis –con una caída del 0,6%–, y los más bajos –con un desplome del 27,8%–. Estos porcentajes son el resultado de dividir el total de los asalariados en grupos de nueve según la cuantía de sus sueldos, de forma que el primer decil lo constituye el 10% de los trabajadores con los menores salarios y el noveno, el 10% con los salarios más elevados.
Pues bien, aplicando la distribución por deciles a los trabajadores según su sector productivo, el más desigual en sus retribuciones es también la educación, con una brecha entre quienes más cobran y quienes menos de 7,69, seguida de los denominados “otros servicios” (reparaciones, peluquería, servicios funerarios, actividades asociativas), con un índice de 6,72, y la sanidad, con 5,28. El más igualitario resulta ser la construcción, con un cociente de 3,22.
Y la brecha se agranda
Además, la divergencia salarial dentro de cada sector no ha dejado de aumentar en los últimos años. Donde más, en la hostelería, con una brecha que ha crecido nada menos que un 48,7% de 2007 a 2014, según los cálculos de Arranz y García-Serrano. En la construcción, un sector dinamitado por el estallido de la burbuja inmobiliaria, ha aumentado un 43,7%.
En la administración pública, pese a los cinco años de congelación salarial, la distancia entre grandes y pequeños salarios se agrandó un 26,5%. Y en la educación, también muy afectada por la congelación de los sueldos públicos, la diferencia medró un 24,3%. En contraste, sólo creció la distancia un 8,7% en la sanidad y un 9,2% en el sector del transporte.
La brecha se hace aún más palpable cuando se comparan estos aumentos con las variaciones registradas entre los años 2005 y 2007, en pleno auge económico. En ese intervalo casi todos los sectores redujeron la diferencia entre salarios más altos y más bajos, aunque no demasiado: disminuyó un 3,5% en la industria, la rama de actividad que más lo hizo, y un 3,1% en la hostelería. En esos años sólo creció el desajuste en la Administración pública, un 7,1%.
Empleo a tiempo parcial, salarios a la baja
¿Por qué caen más los salarios en unos sectores que en otros? En la educación, con un peso significativo de la enseñanza pública, la congelación salarial impuesta en los Presupuestos del Estado recortó las retribuciones entre un 5% y un 10%. Además, en 2012 las comunidades autónomas comenzaron a mandar el paro en verano a los profesores interinos, que volvían a contratar al comienzo del curso. Dos meses de desempleo que reducen el salario anual de los docentes. La medida se revirtió en 2015, pero no en todas las comunidades: Madrid, Castilla-La Mancha y Murcia siguen pagando a sus profesores interinos sólo 10 meses al año.
También la precarización de las condiciones laborales se ha ensañado más en unos sectores que en otros. Por ejemplo, donde más empleo a tiempo parcial se crea, más bajos son los salarios. Y más han caído durante la crisis. En la hostelería el 24,5% de los trabajadores tienen contratos por horas, en el subsector de actividades administrativas y servicios auxiliares –agencias de viajes, vigilantes de seguridad, call centers– asciende al 28,4%, el mayor porcentaje. En contraste, la industria cuenta sólo con un 5,4% de trabajadores a tiempo parcial y las empresas energéticas, con un 3,8%. Entre los empleados del hogar, el 54,6% trabajan por horas. En educación y sanidad, la proporción supera el 16%.
La cuenta es fácil de sacar: el coste salarial por hora de un trabajador a tiempo completo es de 14,95 euros; de uno a tiempo parcial, de 9,88 euros. Según un informe de CCOO sobre la devaluación salarial en España, mientras los salarios nominales para los empleados a tiempo completo descendieron un 2,2% entre 2009 y 2014, para quienes trabajan por horas, cayeron un 10,2%.
Mayor rotación laboral
Otro factor que influye en la cuantía salarial es el aumento de la rotación laboral. La recuperación del empleo desde que la economía española abandonó la recesión se sostiene sobre el empleo temporal. De tal forma que la tasa de temporalidad se ha situado en la cifra récord del 27%, según la última Encuesta de Población Activa (EPA). La más elevada de la Unión Europea, sólo superada por Polonia. Pues bien, de partida los trabajadores con contrato temporal tienen de media un sueldo un 36,6% inferiorun sueldo un 36,6% inferior al de un contrato indefinido, según la Encuesta Anual de Estructura Salarial.
Sobre esa diferencia hay que sumar la caída salarial, producida por la crisis y estimulada por la reforma laboral. De acuerdo con un estudio de Funcas, la Fundación de las Cajas de Ahorro, que analizaba sólo sueldos de trabajadores masculinos –los de las mujeres son inferiores–, aquéllos que habían conservado su empleo entre 2008 y 2013 sufrieron una rebaja en sus nóminas del 1,6%. Pero las de quienes cambiaron de puesto de trabajo en ese periodo de cinco años, y pasaron temporadas en el paro, se desplomaron un 17%.
Según CCOO, cada trabajador firma casi cinco contratos temporales al año. Si antes de la crisis hacía falta registrar tres contratos para consolidar un empleo temporal al cabo de un año, ahora son necesarios 4,6. Pero la precariedad se ha contagiado también a los indefinidos. Se ha pasado de 1,14 contratos para consolidar un empleo indefinido al final del año, en 2015 ya eran 1,45.
Además, quienes pierden su trabajo pero consiguen volver al mercado laboral, lo hacen siempre cobrando salarios inferiores. Fedea, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, cifra en un 34% la pérdida de sueldo, en términos reales, para quienes mudan de trabajo y consiguen un contrato indefinido. Porque si lo cambian por uno temporal, cobran un 65% menos.
Negociación colectiva debilitada
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Finalmente, cabe reseñar un factor más que empuja a favor de la devaluación salarial: los cambios en la negociación colectiva. La reforma laboral ha incentivado los convenios de empresa y, protestan los sindicatos, ha debilitado la capacidad de presión de los trabajadores. Patronal y centrales sindicales pactaron en 2012 contener los salarios durante la crisis.
Además, los nuevos convenios de empresa rebajan los sueldos establecidos en los sectoriales. En los primeros se han negociado este año subidas salariales del 0,7%, en los segundos, de hasta el 1,1%. Y habría que añadir las mayores facilidades que la reforma laboral da a las empresas para descolgarse de los convenios. El 90% de estas inaplicaciones tienen por objeto, precisamente, la cuantía de los salarios de las plantillas.
Y no es casualidad que, en los sectores donde más débil es la capacidad de negociar de los trabajadores, los sueldos sean igualmente menores. “Los sectores con convenios fuertes, como el químico, el financiero o el automóvil, por ejemplo, permiten más fácilmente a las plantillas evitar las rebajas salariales”, destaca el profesor Carlos García-Serrano. A diferencia de lo que ocurre en buen parte del sector servicios, donde ya de partida los salarios son más bajos y la capacidad de los trabajadores para negociar, muy débil. Está ocurriendo con las empresas multiservicios o las de seguridad privadaseguridad privada, que compiten entre ellas básicamente en costes laborales, practicando un auténtico dumping salarial.