Draghi juega todas sus cartas, pero pide a los gobiernos que aprueben estímulos fiscales

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El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha aprobado este jueves lo que apunta a ser su último paquete de medidas antes de despedirse de la institución el próximo 31 de octubre, aunque ha instado a los gobiernos de la eurozona a que tomen partido mediante estímulos fiscales, informa Europa Press.

"Draghi se ha despedido con un big bang. A pesar de que, oficialmente, hoy era su penúltima reunión del BCE, probablemente ha dejado atada la política monetaria para los próximos años", asegura el economista jefe de ING Alemania, Carsten Brzeski.

La institución con sede en Fráncfort ha sorprendido a los mercados anunciando un completo paquete de medidas: bajada del tipo de facilidad de depósito, segmentación a la hora de aplicar los tipos sobre el exceso de reservas, modificación de la orientación a futuro, reinicio de las compras de activos y modificación de las próximas subastas de liquidez.

"Todos los instrumentos estaban sobre la mesa y listos para ser usados. Bien, eso es lo que hemos hecho", ha apostillado Draghi en la rueda de prensa posterior al encuentro del Consejo de Gobierno del BCE.

"Las medidas han sido más agresivas de lo anticipado, lo que revela la preocupación del BCE por la situación de la Unión Económica y Monteria", ha explicado el director de análisis macroeconómico y financiero del servicio de estudios de Mapfre, Gonzalo de Cadenas-Santiago.

Sin embargo, el banquero italiano ha reconocido que el BCE cada vez tiene más difícil influir en el crecimiento económico y los precios por sí solo, y desveló que entre todos los bancos centrales nacionales de la eurozona había un "consenso unánime" en que la política fiscal se debía convertir en la herramienta principal.

De hecho, Draghi ha subrayado que, si se pusieran en marcha medidas fiscales expansivas en la eurozona, el impacto del paquete de medidas anunciado sería mayor, mientras que el tiempo que necesitaría estar en vigor sería menor.

"El paquete de hoy probablemente revitalizará la búsqueda de rendimientos, y esperamos que los mercados de crédito se recuperen", afirma la gestora de renta fija de Fidelity International Rosie McMellin.

Las perspectivas empeoran

La puesta en marcha de esta nueva batería de medidas para estimular la economía ha sido la "respuesta" a que la inflación siga por debajo del objetivo del BCE de mantenerse cerca, pero por debajo, del 2%.

Así, el BCE ha revisado a la baja sus pronósticos trimestrales en lo que se refiere a inflación y crecimiento del producto interior bruto (PIB), dado que los riesgos para la economía de la eurozona siguen alineados a la baja.

De este modo, las nuevas previsiones del BCE contemplan un crecimiento del PIB de la zona euro del 1,1% para 2019, una décima menos que antes, mientras que el pronóstico para 2020 se ha revisado en dos décimas a la baja, hasta el 1,2%. Para 2021, el instituto emisor ha decidido mantener la cifra en el 1,4%.

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"Los riesgos al pronóstico siguen alineados a la baja por factores geopolíticos, el aumento del proteccionismo a nivel mundial y las debilidades de los países emergentes", ha agregado Draghi.

En lo que respecta a la inflación, el BCE ahora espera que cierre 2019 con un incremento del 1,2%, una décima menos que la estimación anterior. Para 2020, la revisión ha sido más abultada, ya que la entidad espera que la inflación sea del 1%, cuatro décimas menos. Para 2021, el BCE considera que el alza de los precios será del 1,5%, una décima menos que antes.

"Una política monetaria más flexible podría fortalecer la demanda interna para compensar la debilidad de la demanda externa, pero con el crecimiento de la economía nacional en línea con la tendencia, las medidas adoptadas hoy por el BCE tendrán, en el mejor de los casos, un pequeño impacto positivo", ha alertado el economista de Schroders Azad Zangana.

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha aprobado este jueves lo que apunta a ser su último paquete de medidas antes de despedirse de la institución el próximo 31 de octubre, aunque ha instado a los gobiernos de la eurozona a que tomen partido mediante estímulos fiscales, informa Europa Press.

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