El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, está preocupado por la marcha de la economía de la eurozona y es muy optimista sobre la evolución de la economía española en 2014 y 2015. ¿Contradicción? Aparentemente ninguna. El ministerio que dirige está a punto de revisar al alza las previsiones de crecimiento de España para este ejercicio y el próximo. En el otro ministerio económico, el de Hacienda, también reina el optimismo. "Estamos muy tranquilos", resume un portavoz. Así las cosas, la tintura de optimismo formará parte de la receta de los presupuestos de 2015, año electoral, cuyo esbozo aprobará el Consejo de Ministros a finales de este mes.
La revisión de perspectivas en España -al alza- coincide con el pronóstico -a la baja- de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para la eurozona. Según las nuevas estimaciones publicadas por la organización, la eurozona crecerá este año un 0,8%, cuatro décimas menos de lo que preveía en su informe de mayo, mientras que para 2015 ha recortado su previsión desde el 1,7% hasta el 1,1%.
Un menor crecimiento en la eurozona, con rebajas de cuatro décimas para Alemania (según la OCDE crecerá el 1,5% en lugar del 1,9% este año), de cinco décimas en Francia (0,4% en lugar del 0,9%) y de nueve décimas en Italia, tendrá consecuencias muy negativas para las exportaciones españolas.
Crecimiento sin demanda
La pregunta es obvia: ¿Se puede crecer sin apenas demanda y con un entorno que tiende a la deflación? Carles Manera, catedrático de Historia Económica y miembro de Economistas Frente a la Crisis lo ha contestado por escrito. "Difícil", sostiene. "Las reducciones de plantillas, las pérdidas salariales, el mantenimiento de un paro tan elevado, está congelando la capacidad de consumo y la confianza de la población (que está en bajos índices, a tenor de las últimas encuestas al respecto). El signo más preocupante: la deflacióndeflación, proceso que denota la falta de crédito, de inversión (sobre todo de las pymes) y de poder de compra".
Aunque el Gobierno ha adaptado en los últimos meses su discurso y las exportaciones ya no son la pieza clave de la recuperación -han cedido el puesto al crecimiento del consumo interno-, el frenazo de los principales países de la eurozona se notará en la economía española. Francia, Portugal, Alemania e Italia son los principales mercados para las exportaciones de España, según los datos del Instituto de Comercio Exterior (ICEX).
Por eso, expertos como el economista José Carlos Díez cuestionan las previsiones sobre la evolución de la economía nacional e internacional. En su opinión, "las previsiones de crecimiento para España son un brindis al sol". Así lo explica: "Lo que dicen los indicadores es que el tercer trimestre va a tener, en la economía española, menos intensidad que el segundo, cuando se produjo un fuerte crecimiento atípico, y el cuarto va a ser peor que el tercero porque septiembre va a ser peor que junio y eso significa que entraremos en el cuarto trimestre estancados".
Tercera recesión
El riesgo es tan evidente que hasta el ministro Guindos lo ha admitido. En la reciente reunión de ministros de Economía de la zona euro celebrada en Milán y a preguntas de los informadores, el responsable de Economía explicó que "estamos en crecimiento cero en Europa, y eso [el riesgo de una tercera recesión] es una preocupación. Riesgo hay".
Pese a todo, el equipo económico del Gobierno mantiene la idea de que España ha dejado atrás la crisis, crece a buen ritmo y ha pasado de ser un enfermo en la eurozona a convertirse en motor de la renqueante economía europea. En las próximas semanas, el Gobierno, tal y como anunció Guindos en el Congreso a finales de julio, revisará las previsiones. El PIB, según Economía, crecerá este año más de lo previsto, un 1,5% en lugar del 1,2%. En 2015, seguirá la bonanza y el país crecerá un 2%, dos décimas por encima de lo estimado oficialmente.
Guindos admite que la economía española se va a ver afectada por el frenazo en la eurozona
La revisión oficial coincide con los mejores pronósticos de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas). Con las estimaciones de una veintena de analistas, el panel de previsiones de la Fundación, eleva una décima tanto la previsión de crecimiento del PIB para este año como para 2015, hasta el 1,3% y el 2%, respectivamente. La clave es el consumo interno porque el sector exterior, según Funcas, no aportará crecimiento al PIB este año y sólo sumará un 0,2% en 2015.Revisión estadística
Lo que sí va a sumar al PIB este mismo mes es la revisión estadística impulsada por la oficina estadística europea Eurostat. Con esa revisión, los gastos militares y en I+D+i se contabilizarán como inversión en vez de como consumo. Eso aumentará el PIB entre el 1,2% y el 1,5%. Además, se recogerán las actividades ilegales —producción y tráfico de drogas, prostitución y contrabando—, que engrosará la cifra entre 1,5% y el 3%. El aumento también se deberá a la actualización del censo de población y de vivienda.
Con cuatro puntos más de PIB -cada punto equivale a 10.000 millones de euros- la relación entre la deuda de las Administraciones Públicas y la riqueza total disminuirá. El récord registrado al final del segundo trimestre, -1,012 billones de deuda, un 98,9% del PIB- será menos récord aunque el peso de la deuda, con la inflación en mínimos, seguirá siendo una losa. Pero, aparentemente, nada enturbia el optimismo oficial. Al fin y al cabo, la economía es sentimiento. Y, respecto a las previsiones, siempre cabe plantear la pregunta marxista (de Groucho Marx). ¿A quién va a creer, a mí o a sus propios ojos?
El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, está preocupado por la marcha de la economía de la eurozona y es muy optimista sobre la evolución de la economía española en 2014 y 2015. ¿Contradicción? Aparentemente ninguna. El ministerio que dirige está a punto de revisar al alza las previsiones de crecimiento de España para este ejercicio y el próximo. En el otro ministerio económico, el de Hacienda, también reina el optimismo. "Estamos muy tranquilos", resume un portavoz. Así las cosas, la tintura de optimismo formará parte de la receta de los presupuestos de 2015, año electoral, cuyo esbozo aprobará el Consejo de Ministros a finales de este mes.