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Las multinacionales afrontan la inflación desbocada y la crisis energética con más de 82.000 despidos en el mundo

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Ya no son sólo las grandes tecnológicas las que se disponen a desprenderse de cientos de sus trabajadores y ni siquiera la ola de despidos se ciñe a Estados Unidos. El estrés de un año de inflación desbocada y precios energéticos que no se recordaban desde los años 80 está alcanzando a compañías industriales, bancos, medios de comunicación o inmobiliarias, también en Europa. De forma que el año 2023 se estrena con anuncios de despidos que sólo para las tecnológicas suman, a fecha de 27 de enero, 67.268 trabajadores, según el recuento que lleva a cabo el portal Layoffs.fyi, para un total de 210 empresas. No son pocos si se tiene en cuenta que, en todo 2021, el total de despidos en el sector alcanzó los 159.684, en 1.040 empresas. Es decir, en menos de un mes ya se ha anunciado el 42% de los que se ejecutaron en todo el año precedente.

Pero si a los despidos tecnológicos se añaden los anunciados en grandes compañías de otros sectores, los trabajadores afectados superan ya los 82.400 en un recuento que no es exhaustivo. En ese número se incluyen los despidos en algunas empresas de criptomonedas –Coibanse, Crypto.com, Genesis, Blockchain– que gotean desde que estalló el escándalo de FTX

Buena parte de estas empresas culpa a la “incertidumbre” de la economía, golpeada por la inflación y el coste de la energía y las materias primas, otras afrontan problemas comunes a su sector –como la caída de los suscriptores digitales de los medios de comunicación– y algunas más sufren crisis particulares por decisiones de gestión equivocadas. Pero tampoco es ajena al fenómeno la subida de los tipos de interés, en la que fue pionera la Reserva Federal y cuyo efecto, aunque retardado, es siempre el enfriamiento económico.

De IBM a Microsoft pasando por Spotify

Los despidos de Facebook y Twitter con los que terminó 2022 se han quedado pequeños comparados con los que se avecinan este año. Pese a que los países occidentales parecen haber esquivado, de momento, el fantasma de la recesión y los precios se han contenido de forma más rápida de la esperada, la subida de los tipos de interés sigue amenazando el crecimiento y la guerra de Ucrania va a perturbar la geopolítica y la economía durante todo el año. Así que las empresas no lo han dudado y han optado por el método más expeditivo.

IBM acaba de hacer público que va a despedir a 3.900 trabajadores, mientras en Google la cifra se eleva hasta los 12.000. Microsoft se deshará de 10.000 empleados, aunque al mismo tiempo va a gastarse 10.000 millones de dólares en OpenaAI, la empresa que ha creado el chatbot de inteligencia artificial ChatGPT. Fuera de EEUU, la empresa alemana de software SAP despedirá a 3.000 personas. En su caso, atribuye la caída de los beneficios en 2022, nada menos que un 56%, al cierre de su negocio en Rusia y Bielorrusia por la guerra en Ucrania, lo que se ha traducido en un impacto de 410 millones de euros. En Suecia, Spotify, el servicio de música digital, ha puesto en el punto de mira a 600 de sus empleados para reestructurar la empresa en un entorno económico que tacha de “difícil”. Y la holandesa Philips ha añadido 6.000 trabajadores al recorte de 4.000 anunciado en octubre y que se prolongará hasta 2025. Perdió 1.608 millones de euros en 2022.

Amazon, que ya comenzó a recortar plantilla en noviembre de 2022, cabalga la ola con el mayor volumen de despidos: 18.000 trabajadores. Pese a que su cifra de negocio creció un 15% el año pasado, desde julio ha perdido casi la mitad de su valor en bolsa.

Químicas, jugueteras, automovilísticas

También la química 3M, que emplea a 100.000 personas, se ha apuntado al recorte de plantillas con el anuncio de 2.500 despidos. El descenso de las ventas, argumenta la compañía estadounidense, hace necesario un ajuste de producción y, por tanto, de trabajadores. Otra química estadounidense, Dow, echará a la calle a 2.000 empleados para hacer frente, dice, “a la ralentización del crecimiento económico mundial, los desafíos del mercado energético y la reducción de existencias”. La automovilística Ford planea despedir a 3.000 trabajadores en Europa, según ha publicado la revista Fortune. Equivalen al 65% de su plantilla en el continente y se sumarán a los 3.000 de los que prescindió el año pasado en EEUU.

Y un gigante más: la juguetera Hasbro despedirá al 15% de su plantilla en todo el mundo, unos 1.000 trabajadores. Se encuentra embarcada en plena transición digital: menos Monopoly y más gaming es el objetivo.

En el caso de la textil sueca H&M, los despidos ya se anunciaron en noviembre del año pasado, unos 1.500 en todo el mundo. Este mismo viernes ha publicado una caída de sus beneficios del 67% en 2022, debido a la subida de precios de las materias primas y los fletes, la fortaleza del dólar y los costes energéticos. El aumento de las ventas en un 12% no le ha servido para engordar el resultado.

La banca se apunta

También empezaron el año pasado los mayores bancos del mundo a reducir personal: Credit Suisse anunció en octubre el despido de 9.000 empleados, tras admitir unas pérdidas de 4.000 millones de euros en el tercer trimestre. Este año, en el que también prevé pérdidas, el recorte lo sufrirá el negocio de banca de inversión europea, cuya plantilla mermará en un 10% según adelanta Financial Times. La semana pasada fue Goldman Sachs la que se deshizo de 3.200 empleados, el 6,5% de su personal. En los primeros nueve meses de 2022, sus ingresos cayeron un 20%, por lo que ha decidido también revisar los bonus que paga a sus empleados e incluso la compra de dos jets privados. La entidad financiera también pretende ajustar una plantilla que ha engordado en 10.000 personas desde diciembre de 2019.

Citigroup aún no ha precisado a cuántos trabajadores les afectará la tijera, aunque en noviembre ya se deshizo de 50 personas. El año pasado sus beneficios cayeron casi un 33% respecto al ejercicio anterior. Barclays echó también ese mismo mes a otros 200 trabajadores. Bank of New York Mellon prevé poner en la calle a otros 1.500.

Incluso el mayor fondo de inversión del mundo, Blackrock, propietario del 4% del Íbex 35, ha recortado plantilla este enero: 500 empleos, el 3% de su plantilla.

The Washington Post y CNN

Mención aparte merecen los despidos en los grandes medios de comunicación estadounidenses. En diciembre abrió la veda la cadena de televisión CNN, con cientos de trabajadores, pero este año ha sido The Washington Post el que se ha sumado con 20 extinciones de contrato y no 30 vacantes que ha dejado sin cubrir, después de haber suprimido su suplemento dominical en noviembre –otros 10 despidos. Los motivos aducidos son dobles, según informó el propio periódico: la caída de las suscripciones digitales y el sobredimensionamiento de la plantilla, que desde que Jeff Bezos, el dueño de Amazon, compró la cabecera, en 2013, casi se ha duplicado, hasta el millar de trabajadores.

La cadena de televisión NBC –75 empleados y la mayor compañía de periódicos de EEUU, Gannet –propietaria de USA Today, con otros 200 despidos y después de desprenderse de 400 trabajadores en 2022, se añaden a la lista. Que completan Buzzfeed –el 12% del personaly Vox Media, dueña de New York Magazine, con un plan para despedir a 133 personas después de deshacerse de 39 el pasado julio.

El efecto retardado de la subida de tipos de interés

La oleada de despidos se produce cuando parecía que el ánimo de empresas y analistas se entonaba en un año que terminó con la inflación y los precios de la energía contenidos, además de con el PIB aún en cifras positivas. A ambos lados del Atlántico. No obstante, ¿se contagiará el recurso al recorte de plantillas a Europa, y a España?

Raymond Torres, director de Coyuntura Económica de Funcas, cree que su traslado al continente europeo sería, en todo caso, sólo “parcial”. “Aquí no hay burbujas como la que afecta a las tecnológicas estadounidenses, con plantillas sobredimensionadas, o como la que sufrió España con la burbuja financiera e inmobiliaria”, razona. Algo parecido les ocurre a los fondos de inversión, que “prosperaron al calor de los tipos de interés negativos” y ahora se encuentran con un contexto que ya no existe.

Y es precisamente en la política monetaria donde Torres ve el riesgo. “Hemos sido impactados por un triple shock”, explica, “el energético y el geopolítico se han ido moderando, pero es el monetario el que ahora está afectando a la economía”. La subida de los tipos de interés tiene un efecto retardado que, además, no es lineal, aclara el analista. Al principio, parece que no tiene impacto, pero puede ocurrir como en 2008, cuando una vuelta más de tuerca llevó a la economía europea a la recesión. Encarecer el precio del dinero tiene como fin enfriar la economía y, en consecuencia, frenar la inflación. Como en EEUU los tipos de interés empezaron a subir antes, el comportamiento de la economía allí puede considerarse un indicador adelantado de lo que puede suceder en Europa. Así que también en España se notará la contracción de la subida de tipos, aun cuando el PIB haya aguantado y el IPC sea de los más bajos del continente, advierte Raymond Torres.

“De hecho, se está notando ya en el crédito”, añade, “incluso ya han caído los nuevos créditos”. La oferta se ha endurecido, tanto para los préstamos inmobiliarios como para los que piden las empresas. Y ese acceso más difícil al dinero reducirá la inversión, lo que puede terminar afectando al empleo. “Quizá pecamos de un pesimismo excesivo en otoño, cuando parecía que estábamos en la antesala de la recesión, y ahora que la hemos esquivado nuestro optimismo es también excesivo y no hemos tenido suficientemente en cuenta la política monetaria”, concluye el analista de Funcas. El peligro, continúa, es que persista la inflación mientras se desacelera la actividad en un contexto de tipos de interés altos.

Mejor ánimo empresarial

Según una encuesta de la empresa de recursos humanos Adecco, casi el 54% de los directivos españoles prevé aumentar la contratación en sus empresas este año. Sólo el 25% de los ejecutivos preguntados descartaba aumentar plantilla este ejercicio y el próximo. El ánimo es por tanto mucho más optimista que el captado en la encuesta realizada en 2021, cuando el 47% de los directivos decía que no iba a hacer nuevos contratos en sus empresas.

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Es más, el 72% de las tecnológicas españolas piensan en aumentar su plantilla en este primer trimestre, pese a que sus perspectivas para mejorar la facturación han caído 15 puntos, de acuerdo con el barómetro que elaboran la empresa Vass y el Centro de Predicción Económica (Ceprede), informa Europa Press.

A la espera de saber cuántos trabajadores españoles de H&M, Microsoft y Ford pueden resultar afectados por los despidos de ambas multinacionales, ya hay algunos ERE en marcha. Los sindicatos empezaron el pasado día 10 a negociar con Siemens Gamesa el despido de 352 trabajadores. También se negocia en el grupo cerámico de Castellón Victoria, que ha planteado 198 despidos en Keraben y Saloni. Wallbox, que fabrica cargadores para vehículos eléctricos en Barcelona y cotiza en la Bolsa de Nueva York, va a desprenderse del 15% de su plantilla, que integran 1.400 trabajadores.

Además, Indra ha recortado 56 empleos en su centro de Sant Joan Despí (Barcelona). Y en la factoría de Stellantis –Citroën– en Vigo los sindicatos han pactado con la empresa un ERE para 100 empleados, además de la prórroga del ERTE que ya se aplicó a la plantilla el año pasado. El último despido colectivo en la factoría viguesa se remontaba a 2016.

Ya no son sólo las grandes tecnológicas las que se disponen a desprenderse de cientos de sus trabajadores y ni siquiera la ola de despidos se ciñe a Estados Unidos. El estrés de un año de inflación desbocada y precios energéticos que no se recordaban desde los años 80 está alcanzando a compañías industriales, bancos, medios de comunicación o inmobiliarias, también en Europa. De forma que el año 2023 se estrena con anuncios de despidos que sólo para las tecnológicas suman, a fecha de 27 de enero, 67.268 trabajadores, según el recuento que lleva a cabo el portal Layoffs.fyi, para un total de 210 empresas. No son pocos si se tiene en cuenta que, en todo 2021, el total de despidos en el sector alcanzó los 159.684, en 1.040 empresas. Es decir, en menos de un mes ya se ha anunciado el 42% de los que se ejecutaron en todo el año precedente.

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