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El frenazo de la eurozona dispara el temor a una nueva recesión que contagie a España

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“Nadie había contado con ello: la economía alemana se contrae”, comenzaba este jueves su información Frankfurter Allgemeine Zeitung sobre la caída del PIB alemán en el segundo trimestre. De “sorprendente” calificaba Der Spiegel el 0,2% que se ha encogido la economía de la locomotora europea. El mismo adjetivo utilizaba Die Welt en su titular.

La ducha fría de las cifras alemanas se unió ayer al estancamiento de Francia –suma dos trimestres apalancada en el 0%– y a la recesión italiana –un descenso del 0,1% en el primer trimestre, del 0,2% en el segundo–. Arrastrada por cifras tan poco alentadoras, la eurozona se ha frenado en un triste 0% y el Banco Central Europeo (BCE) se ha apresurado a rebajar una décima la previsión de crecimiento para este año de los 18 países con moneda única.

“La economía alemana se encoge, Italia cae en recesión, la eurozona se estanca: se debilita de forma preocupante la coyuntura europea. ¿Amenaza una nueva crisis?”, se preguntaba un alarmado Der Spiegel en portada.

A muchos kilómetros de la inquietud europea, sin embargo, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, situó este jueves a España a la cabeza del crecimiento y del empleosituó este jueves a España a la cabeza del crecimiento y del empleo en Europa: “Es el país que más ha crecido en este segundo trimestre, frente a otros países importantes que han tenido un crecimiento negativo”. Es más, Rajoy expresó su convencimiento de que “se puede crecer más y se puede crear mucho más empleo del que se ha empezado a crear este año”.

Ni el récord de la deuda pública, que ha alcanzado ya el billón de euros, el 98,2% del PIB, ni la inflación negativa conocida la víspera (-0,4%) perturbaron el optimismo económico del presidente. Por el contrario, los expertos consultados por infoLibre son mucho más cautos.

A vueltas con el crecimiento del PIB

“La situación pinta muy fea, en Europa está prendida con alfileres”, resume el analista y matemático Juan Ignacio Crespo. Aunque cree que el peligro no es “inmediato”, advierte de que “la amenaza de recesión en la eurozona está ahí”. A Crespo le inquieta más la caída del PIB alemán que el récord de la deuda pública española –un dato esperado: el Gobierno prevé que rebase el 100% en 2015–. Además, pone su atención en la inflación subyacente –la que excluye los precios del petróleo y de los alimentos–, en el 0%, antes que en la general, con sus cuatro décimas negativas. “Ese 0% me pone nervioso, pero no me preocupa”, explica. Dice que la bajada de los precios del petróleo beneficia a la economía española.

José Moisés Martín, de Economistas frente a la Crisis, apunta que los últimos datos confirman la “tremenda fragilidad” de la recuperación. Por el ritmo de crecimiento que Europa sigue en los últimos trimestres, la “tendencia a la desaceleración es clara. Y la debilidad que dejan traslucir los “decepcionantes” datos de Francia y Alemania permite temer una nueva caída de la eurozona en recesión. Según destaca, el crecimiento del PIB nacional este año se explica más por un “rebote técnico”, como un “efecto meramente estadístico” tras llevar España en recesión más tiempo que ningún otro país europeo, que por una recuperación real de la economía.

Con él coincide el economista Juan Laborda, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid, quien asegura que el 0,6% que creció el PIB español en el último trimestre sólo puede explicarse por el hundimiento de los precios. Laborda no duda en acusar al Gobierno –y al Instituto Nacional de Estadística (INE)– de practicar “trucos de magia” con el deflactor del PIB –que mide el efecto de los precios en la economía–. Y se muestra convencido de que el PIB nominal –ajustado con la inflación– está contrayéndose. De hecho, augura que el Gobierno terminará revisando a la baja del PIB.

La conjunción de la caída de los precios y una deuda pública desbocada es “la peor situación posible”, alerta Juan Laborda. “Estamos a punto de la tormenta perfecta”, pronostica, “de que España caiga en una segunda recesión sólo con que los mercados se den la vuelta”. Un factor, apunta, que ningún Gobierno puede controlar. En ese punto, la incontrolabilidad de los mercados financieros, le da la razón Juan Ignacio Crespo.

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Pero sólo en eso. A su juicio, la deuda pública no supone un “problema acuciante” y el miedo a la deflación le parece “muy exagerado”. “La deflación”, resalta, “ya la hemos vivido con la caída de un 50% de los precios de la vivienda”. También cree que la posible recesión en la eurozona arrastrará a la economía española dependiendo de la “intensidad” del parón comunitario. Aunque precisa que España “debería tener carrete hasta el año que viene”. Por ejemplo, Crespo considera positivo que la entrada de pedidos de la industria haya aumentado un 8,2% en junio, según dio a conocer también ayer el INE. “Da idea de un cierto vigor, dentro del poquito vigor que tiene la economía española”, ironiza. De hecho, el matemático desautoriza las declaraciones gubernamentales que casi convierten a España en la “locomotora” de la UE.

“Si la economía europea que más crece es la española, no hace falta decir más”, abunda José Moisés Martín. Si continúa la presión sobre los salarios, el consumo interno no va a repuntar, por tanto tampoco los precios ni la producción. Y si la demanda interna europea tampoco se reactiva, las exportaciones españoles se resentirán. Lo mismo le ocurrirá, a su vez, a las exportaciones de la UE debido al menor crecimiento de los países emergentes, por un lado, y al bloqueo ruso por el conflicto con Ucrania. A su juicio, fiar el crecimiento económico a las exportaciones es “una estrategia equivocada para salir de la crisis”. José Moisés Martín es partidario de las políticas de demanda, o de estímulo, que no son precisamente las que impulsa Angela Merkel.

Juan Laborda considera la política económica imperante “una huida hacia adelante” que sólo genera “burbujas”, por un lado, y “pobreza” por otro, rebajando los salarios y recortando el gasto público. Se recorta el déficit público, pero la deuda pública explota, añade el profesor de la Universidad Carlos III, porque se utiliza “para financiar a terceros”: la banca, las eléctricas, las grandes empresas, enumera. Coincide con José Moisés Martín en que las políticas monetarias del BCE no han servido para reactivar la economía del continente. “Las tensiones geopolíticas” por el conflicto de Ucrania, con las que el regulador europeo justifica su rebaja de las expectativas de crecimiento para este año, las despacha Juan Laborda como una “cortina de humo”, y la alusión al “invierno excepcionalmente benigno”, a la que ha recurrido Alemania para explicar el frenazo de su economía, como una “broma”.

“Nadie había contado con ello: la economía alemana se contrae”, comenzaba este jueves su información Frankfurter Allgemeine Zeitung sobre la caída del PIB alemán en el segundo trimestre. De “sorprendente” calificaba Der Spiegel el 0,2% que se ha encogido la economía de la locomotora europea. El mismo adjetivo utilizaba Die Welt en su titular.

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