Investigación
García-Margallo intercedió para que Dubái pusiera en libertad a un directivo de ACS detenido por una disputa mercantil
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“He intentado en estos días, sin éxito por el momento, conversar con Vuestra Alteza”. El exministro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo envió el 22 de agosto de 2016 una carta a su homólogo de Emiratos Árabes Unidos, el jeque Abdulá Bin Zayed Al Nahyan, para pedirle la puesta en libertad de José Antonio López-Monís, entonces consejero delegado del grupo Habtoor Leighton (HLG), filial de la constructora española ACS en Dubái. El ejecutivo había sido detenido cinco días antes “por acusaciones de carácter mercantil”, aseguraba García-Margallo en la carta, que no se hicieron públicas en su momento.
El ministro español “apelaba” al Gobierno de los Emiratos para que el fiscal aceptase el depósito de la fianza que se le había requerido a López-Monís y se le pusiera “en libertad con carácter inmediato”. “La continuación de su detención o su ingreso en prisión a la espera de la decisión del fiscal puede dañar muy seriamente la salud del detenido”, argumentaba García-Margallo en la carta, que forma parte de los miles de documentos de Football Leaks que la revista alemana Der Spiegel ha puesto a disposición de la red European Investigative Collaborations (EIC), de la que forma parte infoLibre.
Tras subrayarle el “gran eco” que el caso estaba teniendo esos días “entre la comunidad empresarial y europea en Emiratos Árabes Unidos” y en los medios de comunicación españoles, el ministro reitera al jeque que quiere hablar “personalmente” con él a la mayor brevedad posible.
López-Monís fue liberado sin cargos ni fianza el 25 de agosto, tres días después del envío de esta carta y ocho días después de su detención. Pero no volvió a España hasta diciembre.
La carta que el ministro José Manuel García-Margallo envió a su homólogo dubaití el 22 de agosto de 2016.
Preguntado por infoLibre por su papel en la salida de prisión del ejecutivo, José Manuel García-Margallo declinó hacer comentario alguno sobre su intermediación en este caso, asegurando que no podía acordarse de los "miles" que atendía cuando era ministro. Tampoco el Ministerio de Asuntos Exteriores ha sido más explícito. Se ha limitado a contestar que en su momento realizó “gestiones ante las autoridades del país” para conocer la situación en que se encontraba López-Monís, “las razones de su detención y prestarle la asistencia consular correspondiente”. Asegura que son las "actuaciones “habituales” del ministerio cuando un ciudadano español es detenido en el extranjero. Pero se niega a dar ningún detalle más sobre el caso amparándose en la Ley de Protección de Datos. Tampoco ACS ha respondido al intento de este periódico de obtener la versión del propio directivo, actualmente responsable de Dragados –otra filial del grupo de Florentino Pérez– en Norteamérica.
La pequeña historia de la detención y puesta en libertad del ejecutivo es un buen ejemplo de cómo las líneas entre el negocio deportivo y el constructor de Florentino Pérez son bastante difusas. El 21 de agosto, un día antes de que García-Margallo enviara su carta al ministro dubaití, el director general del Real Madrid, José Ángel Sánchez, intenta ponerse en contacto con Butros Butros, vicepresidente del grupo Emirates, uno de los principales patrocinadores del club. Lo intenta por teléfono y, después, por correo electrónico. “Necesito hablar contigo a petición de Florentino. Necesita ayuda”, le informa. Después, Butros Butros le responde que “Habtour [sic] debería ser capaz de liberar a José [López-Monís], si te llevabas bien con él. Si no es así, por favor, llámame y te explicaré esta noche la mejor manera de hacerlo”. Al día siguiente, Butros le pregunta si ya han puesto en libertad al directivo español, a lo que José Ángel Sánchez le contesta que no y que es “una mala señal”. “Es una situación verdaderamente increíble”, subraya. Butros le sugiere entonces que escriba una carta a “HH Sheikh Mohammed”; es decir, al emir de Dubái, Mohamed bin Rashid Al Maktum.
Ese mismo día, García-Margallo escribe al ministro de Exteriores de Emiratos y su carta la reciben Florentino Pérez y José Ángel Sánchez quien, a su vez, se la reenvía a Marcelino Fernández Verdes, entonces presidente ejecutivo de CimicCimic, filial australiana de ACS.
Cambio accionarial el día de la liberación
En 2016 Habtoor Leighton Group era propiedad en un 45% de Cimic, que habían convertido en filial australiana de ACS después de que el grupo español se hiciera con la mayoría de la alemana Hochtief. El resto del capital se repartía entre un 27,5% de Al Habtoor Holding y otro 27,5% de Riad Al Sadik, presidente de Habtoor Leighton Group desde 2007 y uno de los fundadores de la empresa en 1970. El mismo día en que Cimic comunicó a la Bolsa australiana la liberación de López-Monís, informó también de que Al Habtoor Holding vendía sus acciones en Habtoor Leighton a Riad Al Sadik. De esta forma, el presidente y cofundador pasaba a controlar la empresa. También adelantaba Cimic una revisión estratégica del negocio de Habtoor Leighton, que en diciembre fue rebautizada como HLG Contracting.
No obstante, en sus cuentas de ese año Cimic informa también de que, como parte del acuerdo para la salida de Al Habtoor del capital, ha asumido “ciertas obligaciones de los otros accionistas”, incluyendo “garantías de cumplimiento” –una fianza para asegurar que una parte cumple con sus obligaciones contractuales– y ha comprado préstamos de Al Habtoor por importe de 27,2 millones de dólares, además de adquirir una opción de compra del 55% restante de las acciones del constructor dubaití. Pero precisaba que esa opción, valorada en 54 millones de dólares, no tenía “ningún impacto actual en el control de la empresa”. Aunque pasaba de considerar HLG una filial a clasificarla como joint venture.
Fue en medio de estos movimientos corporativos cuando se produjo la detención y puesta en libertad de López-Monís. Ese año HLG comunicó un beneficio antes de impuestos de 29,4 millones de dólares australianos –22,6 millones de dólares–, un 64,2% más que el año anterior. Pero en 2017 registró unas pérdidas de 48 millones de dólares australianos –37 millones de dólares americanos–, según consta en las cuentas de ambos ejercicios publicadas por Cimic, que atribuye el vuelco en los resultados de la empresa dubaití al aumento de costes por “la revisión estratégica en curso, así como a la liquidación de varios proyectos”.
La historia termina mal para Cimic
En mayo de 2018, HLG Contracting pasó a llamarse BIC Contracting. Ese mismo año Cimic dejó de informar de los resultados de su empresa en Dubái en sus memorias anuales. Y en enero de 2020 anunció que vendía su participación del 45% en BIC Contracting y abandonaba Oriente Próximo, tras registrar unas pérdidas de 1.000 millones. La salida de BIC Contracting le supuso a la filial australiana de ACS un impacto de 1.840 millones de dólares. En el informe de ese ejercicio, Cimic se queja del “deterioro acelerado de las condiciones del mercado local”. En el de 2021, el último disponible, BIC Contracting sigue en venta, sin encontrar comprador.
Es más, la onda sísmica de los malos resultados en los Emiratos ha terminado por llevarse por delante a Marcelino Fernández Verdes, que en 2017 había ascendido a consejero delegado de ACS y a quien incluso se mencionaba como posible sucesor de Florentino Pérez al frente de la constructora. Sin embargo, el pasado marzo abandonó su cargo “por voluntad propia”. Se le considera responsable del fiasco de BIC Contracting, la antigua Habtoor Leighton. Desde febrero de 2020 el presidente y consejero delegado de Cimic es Juan Santamaría. En el consejo de la australiana se sientan otros dos españoles, ejecutivos de la máxima confianza de Florentino Pérez: Pedro López Jiménez y José Luis del Valle, ambos miembros de la junta directa del Real Madrid.