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El Gobierno acelera la máquina del optimismo pese a la frágil recuperación

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El ministro de Economía, Luis de Guindos, inauguró la senda del optimismo de 2015 antes de que acabara el año 2014. En España, dijo el ministro "se ha perdido el miedo a perder el puesto de trabajo". Con el miedo al paro convertido oficialmente en recuerdo del pasado, el Gobierno trata de extender la idea de que la recuperación ya está aquí y es sólo cuestión de tiempo que llegue a todos. El ejercicio de optimismo se apoya, sobre todo, en las perspectivas de mayor crecimiento por el  desplome del precio del petróleo y por las medidas que adoptará este mes el Banco Central Europeo (BCE) para reanimar la economía de la eurozona. De Guindos ha pronosticado "el año de la recuperación" cada ejercicio desde 2012.

"Los datos que hoy (por el lunes) conocemos de empleo y de seguridad social son un estímulo para seguir trabajando por que (Sic) la recuperación llegue a todos" recogía la cuenta oficial de presidente del Gobierno Marinao Rajoy en Twitter (@marianorajoy). Pero el ruido de la versión económica oficial supera en mucho a las nueces de la realidad porque la recuperación es frágil y se asienta sobre la precariedad, que no es sólo laboral.

"A partir de ahora tratarán de que la gente vea la botella medio llena, aunque esté rota y hecha añicos en el suelo desde hace tiempo" ha escrito el exdirector de EL PAÍS, Joaquín Estefanía. La parte medio llena muestra que 2014 ha sido el primer año de creación neta de empleo desde que comenzó la crisis en 2007. Siete años después, se han creado 417.000 puestos de trabajo, un 2,55% más que en 2013, y el paro ha descendido en 253.627 personas en un año.

Precariedad

Pero hay añicos. Según el paro registrado (no cuenta a los desanimados que han renunciado a solicitar un puesto de trabajo), en diciembre de 2011 había 25.352 desempleados menos que en diciembre de 2014 y 454.708 cotizantes más a la Seguridad Social. El empleo que se crea es precario, con tasas de contratación temporal y a tiempo parcial del 92%.

Hay más datos que revelan la endeblez sobre la que se asienta el optimismo oficial. Según la Encuesta de Población Activa hay más parados que en 2011 (5.273.000 en IV trimestre de 2011 y 5.427.700 en III trimestre 2014 y menos colchón para hacer frente al pago de pensiones (66.815 millones en 2011 y 49.598 en 2014).

La lectura oficial ignora o minimiza otro problema fundamental como es el aumento de la deuda hasta niveles peligrosos. La deuda de las Administraciones Públicas ha superado el billón de euros. Se sitúa en el 96,8% del PIB al inicio de 2015 cuando sólo  llegaba al 70,5% del PIB en 2011).

Deuda total de tres billones

Sumada a los compromisos que mantienen los hogares y las empresas -otros dos billones- esa deuda eleva la carga que soporta la economía del país a 3,2 billones de euros. Son tres veces lo que produce el país en un año. En las condiciones actuales, de escaso crecimiento e inflación negativa, esa deuda, especialmente la privada, es imposible de devolver. Así lo sostienen analistas como  Walter Múnchau, columnista en el Financial Times.

Hay un dato añadido y que habitualmente pasa desapercibido.

La deuda externa neta (valor de los activos españoles en el exterior menos los préstamos obtenidos de fuera), supera también los 1,1 billones de euros, por encima del 100% del PIB. En términos relativos, si se tiene en cuenta el tamaño de la economía, España es el país desarrollado con más deuda neta. Es un récord preocupante

El resumen de la situación de la economía española a comienzos del año electoral 2015 del economista Alejandro Inurrieta es rotundo. En Cuarto Poder ladetalla asï: pérdida de nueve puntos de PIB (unos 90.000 millones de euros); retroceso del 20% en los salarios; pobreza creciente y desahucios en aumento (7% más en 2014); dos millones de hogares sin recursos  y tres millones de personas sin ningún ingreso.

Optimismo en las redes

El Gobierno rechaza el análisis crítico. Está volcado en acelerar la visión optimista. Lo demuestran sus mensajes en las redes sociales: "Cada día laborable de 2014 se firmaron 6.775 contratos indefinidos, 20% más que en 2013 #bajaelparo" aseguraba en Twitter la cuenta @GPPopular.

Una razón para explicar el rechazo de las críticas es que no analizan sólo las consecuencias de la crisis, sino también la gestión política que se ha hecho de esa crisis.

Economistas Frente a la Crisis (EFC) ha recogido el informe más reciente del Comité de Protección Social de la Comisión Europea. El documento destaca a España como el único país en el que las transferencias sociales tienen el paradójico efecto de incrementar el riesgo de pobreza, incluido el de los niños. El abandono de las políticas universales (como el llamado cheque bebé) y la concentración en rentas más altas, según EFC, explican en buena medida este fenómeno.

Artificios

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Los economistas no tienen que esforzarse demasiado para desmontar artificios. Basta comparar las ayudas que ha recibido el sistema financiero (entre 70.000 y 108.000 millones de euros, según quien cuente las partidas) y la rapidez con la que el conjunto del sistema ha salido del pozo, con lo que el Gobierno ha destinado a resolver la situación de los colectivos más golpeados por la crisis: 426 euros mensuales durante medio año para 450.000 parados sin ningun ingreso, con un coste global de 1.200 millones.

Pese a los esfuerzos del Ejecutivo, la Comisión Europea no acaba de creerse las cuentas del Gobierno para 2015. Por eso ha colocado a España entre los países con más desequlibrios económicos en sus cuentas públicas –junto a Grecia y Chipre– y pide nuevos ajustes para cumplir con los objetivos de déficit (4,2% en 2015 y menos del 3% en 2016), además de una nueva vuelta de tuerca al mercado laboral.

"El ajuste sigue incompleto", advirtió Bruselas en noviembre pasado, un mes antes de que entre en vigor una reforma que prevé una rebaja de impuestos de 9.000 millones de euros en dos años.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, inauguró la senda del optimismo de 2015 antes de que acabara el año 2014. En España, dijo el ministro "se ha perdido el miedo a perder el puesto de trabajo". Con el miedo al paro convertido oficialmente en recuerdo del pasado, el Gobierno trata de extender la idea de que la recuperación ya está aquí y es sólo cuestión de tiempo que llegue a todos. El ejercicio de optimismo se apoya, sobre todo, en las perspectivas de mayor crecimiento por el  desplome del precio del petróleo y por las medidas que adoptará este mes el Banco Central Europeo (BCE) para reanimar la economía de la eurozona. De Guindos ha pronosticado "el año de la recuperación" cada ejercicio desde 2012.

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