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La gran industria presiona a Soria para que frene la especulación en el sector eléctrico

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El lunes 16, cinco días después de que las grandes industrias pusieran, públicamente, el grito en el cielo por los precios que están pagando por la electricidad, el secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, recibió a una representación de las empresas que más electricidad consumen para tratar de calmar los ánimos.

En la reunión, escoltado por su jefe de gabinete, Ignacio Granjel y por el director general Jaime Suárez, Nadal se comprometió a realizar "recomendaciones" a las empresas eléctricas para modificar la situación del mercado. En 12 de los últimos 18 días, ese mercado ha registrado precios en la casación mayorista diaria por encima de los 80 euros MWh. Días antes, Industria había solicitado a la Competencia la apertura de una investigación del mercado eléctrico.

La escalada de los precios, tanto en el mercado eléctrico diario como en el mercado de futuros, que en buena parte se debe a la especulación de las compañías con agua y gas, amenaza con provocar fuertes subidas en la factura de empresas y de consumidores domésticos a partir de enero. Para industrias como Alcoa, Arcelor o Asturiana de Zinc (agrupadas en AEGE) que utilizan al año dos de los 100 TW que consume toda la industria española, la cuestión de los precios es vital.

Los últimos datos

La gran empresa mira con mucha preocupación un dato: con las últimas subidas, el año cerrará con un precio medio del MGWh por encima de los 47 euros. Ese precio medio es inferior al registrado en 2012 (cerró en 49 euros), pero se anota en un año magnífico en hidraulicidad (reservas por encima de la media histórica, según REE) y viento. La pregunta es qué sucederá con los precios en un año malo.

Esta reflexión, entre otras, fue la que trasladaron a Nadal los representantes de las grandes empresas consumidoras de energía eléctrica (AEG), Eduardo Gil y Fernando Soto. Tras esas quejas de la gran industria, que ha achacado a los precios elevados el cierre total o parcial de 21 plantas industriales la pasada semana, está el funcionamiento anómalo del mercado eléctrico.

Soto, en un encuentro con medios informativos, destacó la incongruencia de que se registren subidas de precios como las de las últimas semanas en un sistema que padece un retroceso de la demanda a niveles del año 2005, sobrecapacidad (105.000 MW de potencia instalados) y centrales de generación a gas (25.000 MGW) paralizadas. "El mercado, simplemente no funciona" afirma.

AEGE es un grupo con capacidad de presión. La ha puesto en juego en el encuentro con la cúpula de Industria. Representa a 40 grupos industriales en sectores como el cemento, la química, los metales, la siderurgia o el papel. Sus empresas suponen el 15% del consumo nacional de energía eléctrica y el 10% del consumo de gas natural. En un país como España, que fía buena parte de la recuperación económica a la actividad exportadora de la industria, las quejas del sector encuentran eco.

Las armas de Nadal

Pero Nadal no está desarmado. Cuenta con  la herramienta más poderosa para un Gobierno: el Boletín Oficial de Estado (BOE). Industria tiene que decidir en los próximos días de qué forma justifica y autoriza el pago a las grandes industrias de un interesante y millonario concepto: los pagos por interrumpibilidad. En 2013, esos pagos han supuesto en torno a 650 millones de euros.

Pero ¿por qué se autorizan esos pagos y a qué responden? Teóricamente, retribuyen la posibilidad (aceptada por las industrias) de que en un momento de necesidad del sistema eléctrico, dejen de funcionar las plantas y se desconecten de la red para facilitar el suministro esencial. Se puede decir "teóricamente" porque, según la propia AEGE, una desconexión inesperada y notable de una industria en la península no se conoce desde hace al menos cuatro años.

Es por ello que algunos analistas y expertos consideran que los pagos por interrumpibilidad son en realidad una subvención encubierta a la gran industria, siempre presta a cambiar de aires (deslocalizar instalaciones) en caso necesario. AEGE lo niega. "Es un seguro para el funcionamiento del sistema" sostiene el presidente de AEGE, Eduardo Gil. 

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Es ese seguro, que en 2014 supondrá 550 millones de euros para 140 instalaciones industriales, el que está en las manos de Nadal. De ahí que el enfado de la gran industria, plasmado la pasada semana en un inusual comunicado cargado de críticas, sea grande pero contenido.

Los grandes industriales no quieren estridencias porque hay muchos ojos y muchas lupas puestas en el sector energético. No solo en el español, sino también en el europeo. Un ejemplo: la Comisión Europea ha lanzado este miércoles un expediente contra Alemania por aplicar a la gran industria de alto consumo energético descuentos en un recargo cuyo objetivo es financiar las energías renovables al considerar que podría vulnerar las reglas de la UE sobre ayudas públicas.

Esta reducción "parece dar a los beneficiarios una ventaja selectiva que podría distorsionar la competencia en el mercado interior de la UE", según explicó el Ejecutivo comunitario en un comunicado. Si Bruselas concluye que se trata de ayudas públicas ilegales, podría obligar a Berlín a recuperarlas.

El lunes 16, cinco días después de que las grandes industrias pusieran, públicamente, el grito en el cielo por los precios que están pagando por la electricidad, el secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, recibió a una representación de las empresas que más electricidad consumen para tratar de calmar los ánimos.

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