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Hacienda recaudó 34.725 millones menos de lo presupuestado durante los gobiernos de Rajoy

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La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, rebate las acusaciones de quienes consideran inflado el presupuesto de ingresos del Gobierno inflado el presupuesto de ingresos del Gobiernopara este año comparando sus previsiones de recaudación tributaria –que con un alza del 9,5% alcanzará una cifra de récord– con las incluidas en las cuentas de su antecesor en el cargo, Cristóbal Montoro. “Él subía la previsión de impuestos un 7% bajando los impuestos”, expuso, “mientras nosotros hacemos una previsión del 7% más creando nuevas figuras tributarias y modificando los impuestos”. Incluso cifró en 5.000 millones de euros de media la desviación entre ingresos fiscales presupuestados y liquidados durante los gobiernos del PP.

Con los datos de la Agencia Tributaria en la mano, el Estado recaudó 34.725 millones de euros menos de los presupuestados entre 2012 y 2018. El año en que más se desviaron los ingresos de los cálculos hechos por Cristóbal Montoro fue 2013, cuando el fisco recaudó 9.013 millones por debajo de los previstos. En 2016 fueron 7.271 millones menos y en 2017, 7.012 millones. En 2018 la cuenta sólo puede hacerse de momento con el avance de la liquidación: la merma de ingresos será de 2.405 millones de euros.

El impuesto donde más amplia ha resultado la brecha entre deseo y realidad fiscal es el IRPF, 11.536 millones de euros entre 2012 y 2018. El año pasado ha sido el primero desde 2008 en que Hacienda ha recaudado más de lo que había presupuestado, 364 millones, un 0,4%. En 2013 y 2016 se produjo la mayor desviación: 4.263 millones de euros y 3.016 millones de euros, respectivamente.

Por lo que se refiere al impuesto sobre sociedades, en los últimos siete añosel fisco ingresó 8.263 millones de euros menos de los programados. Los peores ejercicios de recaudación resultan ser 2014 –3.614 millones por debajo del cálculo inicial– y 2016 –3.190 millones menos–. En 2018 los ingresos seguirán por debajo de las previsiones, aunque por sólo 79 millones de euros. Por el contrario, tanto en 2012 como en 2013, las empresas pagaron por encima de las cantidades presupuestadas por Hacienda, un total de 2.804 millones.

Durante el periodo considerado, la recaudación del IVA quedó rebajada en 3.666 millones de euros respecto de la prevista en las Cuentas del Estado. Pero sólo en dos ejercicios hubo merma de ingresos, en 2013 –2.725 millones– y en 2017 –3.816 millones–.

En los impuestos especiales –tabaco, alcohol, combustibles– el error de cálculo se elevó a 5.983 millones de euros en siete años, con las mayores desviaciones en 2013 –2.023 millones– y 2014 –1.349 millones de euros–.

El resto de los tributos, desde los medioambientales hasta el impuesto sobre gases fluorados, sobre el juego o sobre las primas de seguros y las tasas, suman un desfase entre presupuesto y recaudación efectiva de 5.277 millones. 

Los Gobiernos de Rajoy no fueron los únicos que se confundieron en sus previsiones. Si se retrotrae el análisis a todo el siglo XXI, los dos ejercicios con mayor desviación respecto a las previsiones presupuestarias fueron 2008 y 2009, cuando se disparó hasta los 30.082 millones y 45.561 millones de euros, respectivamente, con el estallido de la burbuja inmobiliaria y de la crisis económica que impactó en la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero.

La mayor brecha, en el impuesto sobre sociedades

Desde 2012 y pese a la crisis, todos los Presupuestos aumentaron su previsión de ingresos tributarios año a año. De forma que entre los 168.726 millones que Hacienda pensaba recaudar en 2012 y los 210.015 presupuestados en 2018, la subida representa un 24,5%, 41.289 millones de euros. Sin embargo, la recaudación real creció un 23%, un punto y medio por debajo de los cálculos del Gobierno. Entre todos los tributos, donde más erraron las previsiones de Hacienda fue en el impuesto de sociedades: mientras Montoro hizo crecer el presupuesto de ingresos un 24% en siete años, la recaudación sólo medró un 12,8%. La brecha se sitúa en 11,2 puntos.

En el IVA la diferencia entre el cálculo oficial y los ingresos reales casi iguala a la del impuesto sobre sociedades: 11,1 puntos. Pese a asignarle un crecimiento del 50,1% de 2012 a 2018, la recaudación mejoró únicamente un 39%. Finalmente, el desfase en los impuestos especiales fue de 4,1 puntos, al crecer las previsiones un 17,3% pero los ingresos apenas un 13,2%.

Sólo en la recaudación del IRPF la brecha fue positiva, 4,5 puntos. Montoro aumentó los ingresos teóricos del impuesto sobre la renta un 12,2% entre su primer presupuesto de 2012 y el último de 2018,  mientras que los ingresos reales mejoraron un 16,7% entre ambos años.

Para el ejercicio en curso, el Gobierno socialista ha previsto un alza de la recaudación total del 9,5%, que la ministra de Hacienda considera coherente con la alza de los ingresos registrada en 2018. Según explicó Montero en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros donde se aprobaron los Presupuestos, en el primer semestre se recaudó un 4% más y en el segundo los ingresos crecieron un 11%.

Para alcanzar el récord histórico de 227.356 millones en ingresos, el Gobierno confía en aumentar la recaudación de todos los impuestos, además de haber creado dos nuevos tributos –la tasa sobre las transacciones financieras y la tasa Google, sobre servicios digitales–. Sobre todo, ha disparado el cálculo en el impuesto sobre sociedades, un 14,1%, hasta los 27.569 millones de euros. Para el IVA, la previsión crece un 11,7% –78.307 millones– y para los impuestos especiales, un 11,8% –23.057 millones de euros–. Los ingresos del fisco por el IRPF deberían mejorar un 4,9%, hasta los 86.454 millones, si se cumplieran los cálculos del Ejecutivo. Las críticas a estas cifras se centran en la desaceleración de la economía mundial y en la rebaja de una décima que el propio Ejecutivo ha aplicado al crecimiento del PIB previsto para este año.

Medidas para mejorar la recaudación

En los cálculos del Gobierno, la nueva meta de recaudación en el impuesto sobre sociedades se sustenta en las medidas que ha adoptado para elevar la tributación de las empresas: aplicar un tipo mínimo del 15% para las compañías que facturen más de 20 millones de euros –el 18% para los bancos y las petroleras– y reducir del 100% al 95% las exenciones sobre dividendos y plusvalías de filiales extranjeras.

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También su antecesor en el cargo se esforzó por aumentar los ingresos del Estado, en unos años donde la prioridad política estaba copada por la lucha contra el déficit. Cristóbal Montoro limitó la compensación de bases imponibles negativas de ejercicios anteriores a un 25% para las empresas que facturen más de 60 millones de euros, y a un 50% para las que facturen entre 20 y 60 millones. También redujo las deducciones por doble imposición a un 50% de la cuota íntegra para las compañías con una cifra de negocio neta superior a 20 millones. Y permitió a las empresas incorporar, por un importe mínimo y de forma lineal durante cinco años, el deterioro del valor de sus participaciones de capital, al tratarse de “pérdidas estimadas y no realizadas que minoraron la base imponible” en años anteriores. Es decir, redujo a cinco años la posibilidad de diferir la reversión de ese deterioro de valor. Además, dejaron de ser deducibles las pérdidas sufridas en la venta de una filial. Finalmente, endureció los aplazamientos y los pagos fraccionados.

Montoro sorprendió a muchos cuando se quejó en el Congreso de que las empresas más grandes sean “las que menos tributan” y situó entre el 7% y el 8%, frente al 18% de las pymes, su carga fiscal. “Es algo que no se entiende ni se puede aceptar”, concluyó. “A los grandes grupos”, apuntó, “les conviene tributar más porque si no, la cohesión social y la circunstancia tributaria no se sostienen”.

Pero, al mismo tiempo, el ministro presumía de haber aplicado una bajada de impuestos “como nunca en la historia de España”, por la que las arcas públicas dejaron de ingresar 12.309 millones de euros en 2015 y 2016: 9.300 millones por el IRPF y 3.009 millones por el impuesto de sociedades. “Son cifras poderosas”, resaltó. Cuando llegó al Gobierno, en 2012, el tipo general del impuesto sobre sociedades estaba fijado en el 30% y lo rebajó hasta el 25% en 2016.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, rebate las acusaciones de quienes consideran inflado el presupuesto de ingresos del Gobierno inflado el presupuesto de ingresos del Gobiernopara este año comparando sus previsiones de recaudación tributaria –que con un alza del 9,5% alcanzará una cifra de récord– con las incluidas en las cuentas de su antecesor en el cargo, Cristóbal Montoro. “Él subía la previsión de impuestos un 7% bajando los impuestos”, expuso, “mientras nosotros hacemos una previsión del 7% más creando nuevas figuras tributarias y modificando los impuestos”. Incluso cifró en 5.000 millones de euros de media la desviación entre ingresos fiscales presupuestados y liquidados durante los gobiernos del PP.

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