Las trabajadoras de limpieza de Correos en Galicia, en huelga desde el 4 de septiembre contra los impagos de la concesionaria de la empresa estatal; sus compañeras en Lugo, que suman más de dos meses en lucha también contra la precariedad y por un convenio digno; las limpiadoras en Pontevedra, que anunciaron un paro para el día 24; las dependientas de Perfumerías Arenal, que vuelven a ser convocadas a parar el 5 de enero en su lucha por sueldos decentes que superen el salario mínimo (SMI); las cajeras que pararon en los supermercados durante el verano; o el personal del primer ciclo de Educación Infantil, movilizado por mejoras de las condiciones laborales y que acumulan en lo que va de año seis jornadas de huelga.
Son solo algunos ejemplos de las últimas movilizaciones laborales y huelgas en sectores ocupados mayoritariamente por mujeres. Protestas largas en el tiempo, con paros indefinidos que duran meses en algunos casos, en lucha contra precarias condiciones salariales y de trabajo. O paros más cortos y movilizaciones muy simbólicas como las que lograron mejoras en grandes empresas del sector textil como Inditex o H&M.
Fue precisamente ese año, 2021, tras lo peor de la pandemia de covid, lo que marcó un hecho histórico, impulsado también por el paro feminista del 8M convocado por CIG e CUT. Las mujeres lideraron las huelgas desarrolladas en Galicia durante aquel ejercicio, superando el 55% del total de trabajadores que habían secundado alguna.
Casi 9.300 mujeres participaron en alguna huelga aquel año frente a los 7.561 hombres, según los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social a los que tuvo acceso Praza.gal. Una tendencia que prácticamente se mantuvo el año siguiente, en 2022, cuando casi el mismo número de mujeres que de hombres secundaron algún paro laboral: 10.114 trabajadoras frente a 10.670 trabajadores.
En este 2023, con datos actualizados hasta el pasado 11 de diciembre, fueron ya 9.118 las mujeres que hicieron huelga en algún momento, el 40% del total de personal que secundó algún paro en Galicia, un porcentaje que puede aumentar teniendo en cuenta las movilizaciones vigentes durante todo el mes de diciembre en profesiones claramente feminizadas.
Si el peso femenino en las huelgas no fue mayor en este año se debe, en buena parte, a la importancia de los paros que el metal llevó a cabo en Galicia, un sector muy masculinizado y en lucha por mejoras de convenios que cubran a miles de empresas y operarios.
Así, en el acumulado de estos tres últimos años, a la espera de los datos definitivos de 2023, de las más de 60.000 personas que secundaron una huelga, más de 28.500 fueron mujeres. Supone casi la mitad (47,2%) y la media de mujeres que participó en paros laborales supera las 9.500 al año frente a los alrededor de 10.600 hombres, aunque en Galicia las trabajadoras representan menos de la mitad de la fuerza laboral, sobre el 49% de los trabajadores afiliados a la Seguridad Social.
También sufren mucha más parcialidad —el 21% frente al 7,4% de los hombres— y más temporalidad, con un 21% frente al 15%. Y siguen soportando una brecha salarial que se acentuó en Galicia durante 2022, cuando las mujeres cobraron unos 4.500 euros menos de media al año que los hombres. Contra todo eso se rebelan también sectores claramente feminizados y precarizados donde, precisamente, suelen coincidir jornadas cortas, contrataciones temporales y salarios que, en algunos casos, ni tan siquiera alcanzan el SMI. De la limpieza al comercio, pasando por la sanidad, donde las protestas laborales de las enfermeras son importantes también desde hace anos.
En esos bajos sueldos está una de las claves que explica la creciente participación de mujeres en huelgas y protestas laborales. Las continuas subidas del SMI en los últimos años —casi de un 50% desde 2018— provocó que las remuneraciones en algunos sectores muy precarizados quedasen por debajo de ese salario mínimo debido a condiciones antiguas de convenios que ahora luchan por renegociar. La importante inflación acumulada provoca todavía más precariedad y una mayor respuesta femenina en sectores como los de alimentación, limpieza o comercio, donde las mujeres son clara mayoría.
Muchas menos jornadas perdidas por huelga
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La situación es parecida en el Estado. A falta de recopilar todos los datos de 2023, alrededor del 58% del total de trabajadores que participaron en huelgas durante el año fueron mujeres, siete puntos más que en 2022. En cuanto a las jornadas perdidas por huelga, el 51% fueron de mujeres, frente al 38% de 2022.
En esta última estadística, el de jornadas no trabajadas por huelgas, en Galicia influye mucho la elevada parcialidad en el empleo femenino y, precisamente, en los sectores donde hay mayor movilización. Así, en 2023, el 32% de estas jornadas perdidas por paros fueron entre mujeres, frente al 36,6% de 2022. En 2021, aunque hubo más mujeres que hombres secundando huelgas, poco más del 40% de las jornadas no trabajadas se correspondían con personal femenino.
Aquí puedes leer el texto original en gallego.
Las trabajadoras de limpieza de Correos en Galicia, en huelga desde el 4 de septiembre contra los impagos de la concesionaria de la empresa estatal; sus compañeras en Lugo, que suman más de dos meses en lucha también contra la precariedad y por un convenio digno; las limpiadoras en Pontevedra, que anunciaron un paro para el día 24; las dependientas de Perfumerías Arenal, que vuelven a ser convocadas a parar el 5 de enero en su lucha por sueldos decentes que superen el salario mínimo (SMI); las cajeras que pararon en los supermercados durante el verano; o el personal del primer ciclo de Educación Infantil, movilizado por mejoras de las condiciones laborales y que acumulan en lo que va de año seis jornadas de huelga.