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La marcha de empresas de Cataluña: coste mínimo en busca de seguridad jurídica

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Caixabank se muda a Valencia y Gas Natural a Madrid. Continúa el goteo de empresas que anuncian su marcha de Cataluña ante una posible declaración de independencia. Mientras el Gobierno de Mariano Rajoy aprueba con urgencia un decreto para facilitarles el traslado, el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, quita hierro a las salidas porque serán “temporales” y “a los Países Catalanes, no a Madrid”, y el diputado de la CUP Carles Riera pide a los catalanes que dejen de ser clientes de las empresas que abandonen la comunidad autónoma.

“Los bancos se van porque necesitan seguir teniendo acceso a las líneas de liquidez del Banco Central Europeo (BCE)”, explica Xavier Cuadras Morató, profesor de Economía de la Universidad Pompeu Fabra, “y algunas de las empresas, como Gas Natural o Abertis, por su dependencia del Boletín Oficial del Estado”. Para Rosella Nicolini, profesora de Economía de la Universidad Autónoma de Barcelona, las empresas buscan protegerse de la incertidumbre, del “vacío legal” que temen acompañará a la independencia catalana.

Pero ambos coinciden en descartar que la decisión de abandonar Cataluña tenga motivos políticos o suponga una declaración de afinidad política. “Sólo en el caso, por ejemplo, de Freixenet, cuyo presidente, José Luis Bonet, se ha manifestado repetidamente a favor de la permanencia de Cataluña en España, puedo pensar que su marcha obedezca a razones políticas”, aclara Xavier Cuadras, que es autor junto con Modest Guinjoan y Miquel Puig del libro Con Austria o Dinamarca (La Cataluña posible).

Rosella Nicolini recuerda además que el cambio de domicilio social es una práctica “normal” y “frecuente” en las empresas de la Unión Europea. “Van a donde les resulte fiscalmente más conveniente”, añade. Como la italiana Fiat, que en 2014 dejó Turín para trasladar su sede social a Amsterdam y la fiscal a Londres. A su juicio, la prioridad de los gestores empresariales siempre es maximizar el beneficio y repartir los mayores dividendos a sus accionistas, y para ello toman las decisiones que consideran oportunas. “Independientemente de su postura política personal”, apunta Cuadras Morató.

La diferencia entre esos cambios de sede social habituales en Europa y los que se están sucediendo ahora en Cataluña estriba, en cualquier caso, en el contexto político de estos últimos. Seat, precisa Nicolini, no se irá porque “su marco legal está claro, al tener su matriz en Alemania”, pero otras empresas necesitan “asegurarse el marco donde van a actuar”, por lo que han abandonado un territorio del que se desconoce si va a continuar en la zona euro.

Volverán

Aun así, Xavier Cuadras está convencido de que los traslados de sede son decisiones “reversibles en cualquier momento”, debido a su bajo coste. También cree que el ruido generado por estas decisiones tiene mucho de “postureo político”. Pero muy poco efecto en la economía real catalana. Según dice, no se notarán ni en el empleo, ni en la recaudación del IVA o el impuesto de sociedades. “Cuando vea que Seat desinvierte en Cataluña, empezaré a preocuparme”, avanza. Las fábricas de las empresas o los servicios centrales de los bancos continuarán físicamente donde están, indica Rosella Nicolini. Eso sí, pasarán a tributar en la comunidad donde decidan ubicarse, por lo que pagarán fuera de Cataluña distintos impuestos autonómicos –y municipales– y tendrán acceso a diferentes tipos y cuantías de incentivos o subvenciones. “No creo que el hecho de que Bankia tenga su domicilio social en Valencia perjudique a la economía de la Comunidad de Madrid”, resume el profesor de la Pompeu Fabra.

Sí piensa que el decreto del Gobierno para agilizar el cambio de sede es una “medida coercitiva, de presión” que no va a servir, sin embargo, para “desmovilizar el voto independentista”. En cambio, supone la declaración de una “guerra económica”, que no a va a ser bien recibida por los catalanes, resalta. Y que tendrá su coste de imagen para las propias empresas. “Sabadell, Caixabank o Gas Natural tendrán que contrarrestarlo”Sabadell, dando explicaciones a sus clientes. Para Cuadras Morató, el traslado es una decisión a la que se han visto “forzadas estas compañías ante la incertidumbre jurídica y la pérdida de valor de sus acciones en Bolsa”. “Han hecho sus cálculos de beneficios y pérdidas, y han concluido que era menor el coste de imagen y de clientes si sacrificaban el mercado catalán en lugar del español”, asegura. Pero se muestra convencido de que, cuando “esté claro lo que va a pasar y cambie el marco político”, tanto si se produce la independencia como si no, las empresas volverán.

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Pese a todo, Rosella Nicolini y Xavier Cuadras coinciden también en augurar que la crisis empresarial esta vez será mucho mayor que la ocasionada en 2005 por el boicot a los productos catalanes tras unas declaraciones de Josep-Lluís Carod Rovira sobre la candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos.

Entonces, el boicot, que afectó sobre todo al cava catalán, estuvo muy “territorializado” –Madrid, Valencia y Andalucía– y su efecto fue casi nulo, destaca Cuadras Morató. “Además, los boicots se superan al cabo de un tiempo y no es tan fácil sustituir bienes intermedios, que constituyen la mayor parte de los intercambios comerciales entre Cataluña y España”, explica. Porque una decisión de consumo es “emocional”, pero dejar de adquirir productos necesarios para procesos productivos “por cuestiones estrictamente políticas… es mucho más complicado”. “El boicot también tiene un coste para el boicoteador”, concluye.

El secretario general de la patronal catalana de pequeñas y  medianas empresas (Pimec), Antoni Cañete, dice que existe “cierta inquietud en las empresas”. “Pero tampoco podemos decir que haya una fuerte preocupación por modificar la sede social de nuestras empresas”, matiza. David Garrofé, secretario general de otra asociación de pymes, Cecot, niega haber recibido consultas de empresas para cambiar su sede social. En su opinión, “las sedes sociales se pueden cambiar en 24 horas, no debe originar alarmas ni grandes debates”. La gran patronal catalana, Foment del Treball, ha convocado al comité ejecutivo a una reunión extraordinaria este lunes.

Caixabank se muda a Valencia y Gas Natural a Madrid. Continúa el goteo de empresas que anuncian su marcha de Cataluña ante una posible declaración de independencia. Mientras el Gobierno de Mariano Rajoy aprueba con urgencia un decreto para facilitarles el traslado, el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, quita hierro a las salidas porque serán “temporales” y “a los Países Catalanes, no a Madrid”, y el diputado de la CUP Carles Riera pide a los catalanes que dejen de ser clientes de las empresas que abandonen la comunidad autónoma.

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