El año electoral que se avecina augura un auténtico frenesí de promesas a la caza de un votante –como mínimo– desanimado. Tal es así que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, anunció ayer una nueva deducción fiscal que no sólo ya existe sino que, además, él mismo había creado. La vida del supuesto incentivo ha sido fugaz: apenas unos minutos ha tardado el propio Montoro en desdecirse.
“Ya existe esto, el anuncio que he hecho hoy no es tal, lo siento. No he triunfado otra vez. No tengo remedio, pero qué le voy a hacer. pero qué le voy a hacerEstamos para lo que estamos, no para hacer anuncios, sino para hacer política”, se disculpó el ministro ante los periodistas.
El despiste de ayer se añade a una lista de tropiezos públicos que empieza a ser larga: desde sus amenazas a artistas, famosos y empresas de comunicación, hasta las declaraciones en que negaba la bajada de salarios confirmada por todas las estadísticas o sus afirmaciones sobre una Agencia Tributaria “llena de socialistas”.
Montoro participaba en unas jornadas organizadas por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y la consultora PricewaterhouseCoopers. Y no pudo resistir la tentación: “No renuncio a hacer un impuesto nuevo, un impuesto diferente, un impuesto negativo sobre la renta, como ya hicimos en su momento para el caso de la mujer”.
Excluidas las desempleadas
El titular de Hacienda se refería a la ayuda de 100 euros mensuales por hijo, ya sea biológico o adoptado, que perciben las madres con niños menores de tres años que trabajen fuera de casa. En realidad, se trata de una deducción fiscal de un máximo de 1.200 euros anuales, lo que se conoce como impuesto negativo sobre la renta o IRPF negativo. Fue creado por el propio Cristóbal Montoro en 2002, cuando se encontraba al frente del mismo ministerio durante el segundo Gobierno de José María Aznar, y sigue en vigor. De él pueden beneficiarse todas las mujeres que tengan un hijo menor de tres años y que trabajen por cuenta propia o sean asalariadas y, por tanto, estén dadas de alta en la Seguridad Social. Están excluidas las desempleadas. La deducción tiene un límite: las cotizaciones a la Seguridad Social ingresadas por la trabajadora o autónoma. Si las cuotas son inferiores a 1.200 euros al año, la deducción también será menor.
Tras el autodesmentido de Montoro, lo que sí promete ahora el Gobierno es “progresar” en este tipo de ayudas a las “madres trabajadoras”. “Vamos a seguir en la misma senda [de la deducción de los 100 euros] y vamos a seguir apostando por que España sea una sociedad de igualdad de oportunidades, especialmente en el acceso al trabajo”, ha apuntado el ministro sin entrar en mayores precisiones.
La filosofía que subyace en estos impuestos negativos es que desincentiven el recurso a los servicios sociales por parte de sus perceptores. Por ejemplo, también fueron de 100 euros mensuales las ayudas que puso en marcha el año pasado Angela Merkel en Alemania para que las familias cuidaran en sus casas a los niños menores de dos años. De esta forma, criticó entonces la oposición, se ahorraban las necesarias inversiones en nuevas guarderías, en un país con un déficit de 160.000 plazas para menores en edad preescolar. También se le reprochó al Ejecutivo alemán que la medida iba a retirar a muchas mujeres del mercado laboral: les saldría más a cuenta quedarse en casa a cuidar de sus hijos y recibir la ayuda, que trabajar por un salario bajo –con un minijob, por ejemplo– y pagar una guardería.
Más promesas fiscales
En el mismo foro, Montoro abundó en las rebajas fiscales que promete para el próximo ejercicio. Así, bajará el tipo nominal del Impuesto de Sociedades para que se acerque a niveles “más realistas y acordes”, también para mejorar la competitividad del país, informa Europa Press.
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Aunque el ministro no ha dado detalles sobre cuánto recortará ese impuesto, ha asegurado que el programa no se agotará en 2015, ni en este impuesto ni en el IRPF – prometió además bajar el IRPF a todos los ciudadanos para “aumentar su renta disponible y favorecer la contratación y el empleo”–.
Actualmente, el tipo nominal del Impuesto de Sociedades se sitúa en el 30% para las grandes empresas y en el 25% para las pymes. En el informe de los expertos, el equipo presidido por Manuel Lagares proponía unificar ambos tipos en un 25% en una primera fase, para reducir ese tipo único al 20% en una segunda fase.
La tercera promesa fiscal afectará a las cotizaciones a la Seguridad Social –“tan elevadas” en España, según destacó–. “Con mucha moderación y equilibrio, la intención del Gobierno es reducirlas, aunque sea de manera fraccionada o parcial”, ha avanzado. El descenso de las cotizaciones sociales es una reivindicación histórica de la CEOE, que ha hecho suya el comité de sabios sobre la reforma fiscal designado por el Gobierno. El límite para ese recorte, lo subrayó el ministro Montoro, está en la financiación de la Seguridad Social, que ya lleva dos años en números rojos. En 2013 tuvo un déficit de 11.861 millones de euros. La crisis ha ocasionado una caída en el número de afiliados al sistema de tres millones de personas, lo que ha redundado en un descenso de sus ingresos. En 2013, los ingresos por cotizaciones descendieron un 2,9% respecto al año anterior. Por el contrario, los gastos crecieron un 4,7%.
El año electoral que se avecina augura un auténtico frenesí de promesas a la caza de un votante –como mínimo– desanimado. Tal es así que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, anunció ayer una nueva deducción fiscal que no sólo ya existe sino que, además, él mismo había creado. La vida del supuesto incentivo ha sido fugaz: apenas unos minutos ha tardado el propio Montoro en desdecirse.