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El poder del dinero

La muerte de Botín concentra más influencia económica en Fainé, Alierta y González

Rajoy almuerza con los grandes empresarios

"Botín ha sido un gran embajador de la Marca España". El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, definió así la trayectoria del banquero cántabro Emilio Botín poco después de conocer la noticia de su fallecimiento. Rajoy reveló que la semana anterior había coincidido con el banquero. No fue un encuentro oficial porque no consta en la agenda de actos oficiales de Presidencia del Gobierno. Pero Botín no dependía de agendas para concertar un encuentro al más alto nivel político. Cosas de un poder que ahora se concentra un poco más en los grandes del Ibex 35: Isidro Fainé (Caixabank), César Alierta (Telefónica) y Francisco González (BBVA).

Rajoy se quedó corto. Botín era el primus inter paresprimus inter pares del equipo de embajadores del Consejo Empresarial para la Competitividad, una tabla redonda de 17 grandes empresas que diseñó el concepto Marca España –-con alto comisionado incluido– y que marca el paso económico del Gobierno. La muerte de Botín concentra más poder e influencia en los grandes entre los grandes: Fainé (CaixaBank), González (BBVA) y Alierta (Telefónica). Entre los tres suman el 25% del Ibex 35.

Los pares de Botín, interlocutores habituales del presidente Rajoy, comparten algunas de las características del que se convirtió en el hombre más poderoso de España y decano de los consejeros del IBEX35 (54 años en el consejo del Santander). Para empezar, ninguno de los mencionados cree en historias relacionadas con relevos generacionales, savias frescas o finales de etapa. Fainé (72 años), González (70)  y Alierta (70 años en mayo) cubrirán rápidamente el hueco que deja Botín en el entorno de Rajoy. La sucesora del banquero, su hija Ana Patricia, tendrá que descubrir su propio espacio en un entorno en el que el poder y la influencia ni se regala ni se cede, sino que se ocupa.Adalid del optimismo

En los últimos años, marcados por una crisis brutal, Botín fue el adalid del optimismo. Fiel a una filosofía tan simple como ambiciosa ("The sky is the limit", llegó a decir en su peculiar inglés), el embajador más importante de la Marca España intercambió informes favorables redactados por los expertos del Consejo Empresarial para la Competitividad por la seguridad en la acción de la política económica del Gobierno Rajoy.

En julio del pasado año, Rajoy agradeció la labor de los grandes empresarios capitaneados por Botín anunciando el final de la crisis (informe España, un país de oportunidades). Lo hizo con una promesa: el Gobierno, aseguró Rajoy en un encuentro en La Moncloa, estaba decidido a mantener la política de reformas y de ajuste.

Agradecido, Botín volvió a actuar de embajador con una frase pronunciada ante el alcalde de Nueva York en octubre de 2013 que fue ampliamente difundida: “La confianza en España", dijo, "ha aumentado de una forma que no os imagináis. Todo el mundo tiene interés en invertir aquí. Está llegándonos dinero de todas partes”.

Concentración de influencia

Pese a todo, el banquero no ha podido contemplar el fin de la crisis y la falta de resultados de las políticas de austeridad. Con su muerte, el poder se concentra todavía un poco más en el puñado de familias (Botín, March, Entrecanales, Del Pino, Carceller, Villar Mir o Koplowitz)  y de gestores (González, Alierta, Fainé o Florentino Pérez, presidente de ACS) que manejan la economía y marcan el paso de la política económica. 

Forman una piña que tiende a conservar poder y privilegios. Lo demostró el fichaje en septiembre del pasado año como asesor del Banco Santander del exministro Rodrigo Rato (miembro de una de las familias venidas a más en el postfranquismo). Basta echar un vistazo a los consejos del Ibex 35 para dar con el puñado de apellidos "del poder" que administran las grandes empresas.

Unos ejemplos: Juan March es consejero en ACS y en Indra. El apellido Benjumea está presente en Abengoa (Felipe y María Teresa, descendientes del duque de Cazalla, fundador del grupo), en el Santander (Ignacio Benjumea es secretario del consejo) y también en Bolsas y Mercados (BME); el ex ministro de Franco y marqués Juan Miguel Villar Mir está presente en Abertis, el Santander y, por supuesto, en su grupo OHL; Borja Prado Eulate (hijo del embajador real Manuel de Prado) preside Endesa y aconseja en Mediaset; Carceller (Demetrio) está en Gas Natural Fenosa y en Sacyr; el apellido Oreja se mantiene en Enagás. Marcelino Oreja Arburúa, consejero delegado de la empresa, es hijo de Marcelino Oreja Aguirre, expresidente no ejecutivo de FCC; Espinosa de los Monteros (Carlos), responsable de Marca España, aconseja a los Entrecanales en Acciona y a Amancio Ortega en inditex; Íñigo Oriol Ybarra mantiene el apellido en Iberdrola...Apenas 30 familias

La revista especializada Forbes estimó que la mayor parte de la riqueza de España se concentra en apenas 30 apellidos. Son la esencia de un proceso de selección que comenzó en el siglo XIX. Fortunas iniciadas en la financiación de exportaciones agrícolas (origen del Banco Santander y la familia de los Botín), la minería (oligarquía vasca, los Rato Figaredo), la banca o la industria.

Alierta, reelegido presidente del Consejo Empresarial para la Competitividad

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En el franquismo, se sumaron millonarios emergentes con raíces en la política falangista. No se trata sólo de empresarios aventureros al estilo de Juan March (financiador del golpe del 36), sino las familias del régimen de Franco: los Serrano Suñer, Girón, Cortina, Alcocer, Letona, Carceller, Oriol, Barrera de Irimo, Calviño, Fontana Codina, García Ramal...

A esa pléyade de ministros, latifundistas, procuradores, etcétera, le sucedió una nueva generación dispuesta a asumir el poder económico.  Son los Aznar, Rato, Trillo Figueroa, Arias-Salgado, Abril Martorell, Fernández-Cuesta, García Escudero, Calvo-Sotelo, Fernández-Miranda, Cabanillas, y Mariscal de Gante, entre otros.

El periodista Mariano Guindal, autor de La Caída de los Dioses, resumió así la situación de esa élite empresarial: "Décadas atrás tenían fortunas de mil millones. Ahora siguen teniendo los mil millones. Pero antes eran pesetas y ahora euros".

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