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FOOTBALL LEAKS

El Real Madrid firmó a Cristiano Ronaldo dos cartas que blindaban su salario frente a las actuaciones de Hacienda

El Manchester United repuntó un 10,8% en Bolsa tras fichar de nuevo a Cristiano Ronaldo.

Begoña P. Ramírez

El Real Madrid redactó y firmó al menos dos cartas de indemnidad fiscal para Cristiano Ronaldo, una en 2009, cuando fichó por el club, y otra en 2013, cuando renovó por otras seis temporadas. El hoy delantero de la Juventus es el único jugador con quien los blancos han tenido ese gesto al menos hasta 2016: garantizarle a un futbolista por escrito y en un documento fuera de contrato un ingreso neto millonario independientemente de las decisiones de Hacienda.

Desde que la Agencia Tributaria puso en su punto de mira los contratos de las estrellas mejor pagadas de la Liga, tanto los clubes como los propios jugadores y sus agentes buscaron cómo protegerse ante la eventualidad de una inspección, una multa millonaria e incluso un juicio por delito fiscal. Las sanciones y las posteriores condenas no constituyen la mejor publicidad para unos futbolistas que viven en gran parte de sacar rédito a su imagen y cuyas escandalosas nóminas y sofisticados sistemas para no tributar ha dejado el fisco al desnudo.

Pero las cartas de indemnidad retributiva concedidas a Cristiano Ronaldo son anteriores a la campaña de la Agencia Tributaria que sentó en el banquillo a Leo Messi, José Mourinho o al propio delantero portugués. Y le garantizan un blindaje mayor del que habitualmente concede el club al resto de sus jugadores, limitado a las variaciones que puedan sufrir los tipos del IRPF. Una protección ampliada que también les reclamó años después el galés Gareth Bale y que el club, en principio, no estaba dispuesto a conceder porque, además, pidió que figurara en el mismo contrato de trabajo.

La primera carta a Ronaldo data de 21 de junio de 2009 y garantiza al portugués un ingreso neto de 8,5 millones de euros, “libres de cualquier retención a cuenta del IRPF o del Impuesto sobre la Renta de No Residentes (IRNR) que le sea de aplicación, y/o deducción de los gastos de Seguridad Social”. Además, se le garantiza que no deberá realizar ningún pago adicional por ninguno de esos dos impuestos si es el Real Madrid el que tiene que abonar alguna cantidad más en su favor. El documento, uno de los miles de Football Leaks compartidos por la revista Der Spiegel con la red European Investigative Collaborations (EIC), a la que pertenece infoLibre, lo firmaron Jorge Valdano, en ese momento director general del Real Madrid, y Enrique Sánchez González, su secretario general.

Porque, en caso de que el club fuera obligado a aumentar las retenciones de Hacienda o las cotizaciones a la Seguridad Social o tuviera que hacer esa “imposición adicional”, se comprometía en la carta a elevarle a Ronaldo su salario de tal forma que éste terminara siendo igual al que habría cobrado sin ese aumento de presión fiscal. A cambio, el futbolista debía solicitar que se le aplicara el régimen especial de repatriados, la conocida como Ley Beckham, que le permitía tributar como no residente a un tipo del 24%, y sólo por las rentas obtenidas en España, en lugar de al 45% del IRPF que le correspondería como residente español, y por todas sus retribuciones, también las conseguidas en el extranjero.

En la carta de 17 de junio de 2013, al jugador portugués se le garantizaban unos ingresos netos anuales de 18 millones de euros, sumando los importes con que se le remuneraba por su contrato de trabajo y por la cesión de sus derechos de imagen, con un reparto entre ambos que debía ser del 85% para los primeros y del 15% para los segundos como exige la ley. Pero se añadió un párrafo. El Real Madrid pedía al futbolista que realizara “las actuaciones necesarias” –o autorizara al club para que éste las llevara a cabo en su nombre– para conseguir un “resultado favorable” en el recurso que había presentado contra la decisión de la Agencia Tributaria de negarle la consideración de no residente hasta 2015. En 2010, Cristiano Ronaldo había pedido que se le ampliara hasta ese año tal calificación, asegurando que había llegado a España cinco días después de la fecha comunicada un año antes, por lo que no podía contar como residente en el país en 2009. La Ley Beckham le permitía tributar como no residente los cinco años siguientes a su llegada a España, por lo que pretendía alargar un ejercicio más su tributación especial. Cristiano Ronaldo terminó ganando el recurso en el Tribunal Económico Administrativo (TEAR).

infoLibre ha preguntado al Real Madrid por el contenido de ambos documentos, pero el club ha declinado responder.

Seis años después de que se le entregara la última carta, en enero de 2019, Cristiano Ronaldo tuvo que pagar una multa de 18,8 millones de euros por haber defraudado 5,7 millones de euros a Hacienda. Aunque fue condenado a 23 meses de prisión por cuatro delitos fiscales cometidos entre 2010 y 2014, no los cumplió tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía. Según el ministerio público, el delantero portugués había ocultado las rentas que obtenía en España por sus derechos de imagen utilizando una estructura societaria que pasaba por Irlanda y las Islas Vírgenes y terminaba en Suiza. En esos cuatro años, declaró haber ganado, sólo en España, en concepto de IRPF, 11,5 millones, cuando en realidad sus ingresos, únicamente por lo que ganaba en territorio nacional, se elevaban a casi 43 millones de euros.

La ley prohíbe los pactos de retribuciones netas

Los pactos que garantizan un salario neto son materia de controversia legal. El Estatuto de los Trabajadores, que regula también los contratos de los futbolistas –tanto laborales como los de cualquiera, pese a sus salarios estratosféricos–, establece en su artículo 26 que todas las cargas fiscales y de la Seguridad Social debe soportarlas el trabajador y declara nulo todo pacto que sea contrario. Es decir, impide desplazar la carga tributaria a la empresa, que es lo que ocurre con este tipo de cláusulas y cartas. La Ley General Tributaria también dicta que el crédito tributario es “indisponible”: los contribuyentes no pueden descargar en otro –la empresa– sus deudas con Hacienda. Y esa obligación tributaria no puede ser alterada por un pacto entre particulares.

Pero los tribunales han dictado sentencias contradictorias. El Tribunal Superior de Justicia de Aragón falló en 2010 a favor del jugador argentino Milito frente al Real Zaragoza, declarando que el club no asumió la carga fiscal del futbolista en su pacto de retribuciones netas. Por el contrario, los tribunales superiores de Baleares y de Madrid fallaron lo contrario en los casos de Zoran Vulic, jugador croata del Real Mallorca, y Hugo Sánchez, que lo fue del Atlético de Madrid, el Real Madrid y el Rayo Vallecano. El Tribunal Supremo, por su parte, declaró nulo en 2009 el acuerdo de salarios netos que un club deportivo sevillano había firmado con uno de sus directivos.

Gareth Bale quiere 12 millones limpios

En 2016 fue el representante de Gareth Bale, Joshua Barnett, y su abogado fiscalista en España, Íñigo Landa, quienes solicitaron al Real Madrid una garantía de indemnidad total para el galés. Piden 12 millones de euros netos al año y que figuren como una cláusula más en el contrato del jugador. “Ellos quieren una cláusula de indemnidad fiscal general (así hay que entender la relativa a ‘cualquier pago en metálico o especie relacionada con la contratación del jugador’)”, critica el director financiero del club, Julio Esquerdeiro en un correo electrónico enviado al director general del club, José Ángel Sánchez Periáñez, en septiembre de 2016. En efecto, Landa busca un ingreso “neto de cualquier contingencia” para el contrato de Bale, explica Landa en su petición al Real Madrid, tras tachar de “inaceptable” que el club pretenda limitar la “protección” a un eventual aumento del tipo del IRPF, excluyendo las retenciones que puedan derivarse de posibles inspecciones fiscales. La Agencia Tributaria, advierte el abogado, está actuando de forma muy “agresiva” en esos momentos.

Pero el Real Madrid no quiere ni oír hablar de incluir en el contrato laboral de Bale una cláusula “relativa a otros contratos distintos” vinculados con el intermediario o los derechos de imagen. Para cubrirse de posibles riesgos en el contrato con el agente, dice Esquerdeiro, ya firman un documento específico de indemnidad con él. Además, resalta, el contrato laboral es público, puesto que debe remitirse a la Liga de Fútbol Profesional. Y se trata del “primer documento que piden en cualquier inspección”. Así, el club corre el riesgo de que queden vinculados “de forma pública” todos los contratos con el salario del jugador, lo que apoyaría el argumento de Hacienda de que los clubes repartían las retribuciones de los futbolistas con sus agentes para pagar menos en el IRPF.

Por tanto, su propuesta al director general del club es redactar “un documento de indemnidad más amplio” que cubra “todos los riesgos fiscales del jugador por su relación con el Real Madrid”. El director financiero reconoce que “algo así se ha firmado sólo con Ronaldo en su día”. El club se expone a que Bale reclame algún día si tiene problemas con Hacienda, pero cree que es una solución “más discreta” que incluir la cláusula en el contrato laboral.

En la versión final de los contratos que el Real Madrid envía el 10 de agosto de 2016 a Joshua Barnett en Londres para que los firme no se incluye tal carta, según los documentos de Football Leaks a los que ha tenido acceso este periódico. Por el contrario, sí que se cancelan los contratos que el club mantenía con la empresa de Barnett, The Stellar Group, y con Primasure, a las que Bale había cedido sus derechos de imagen –y que ahora el jugador otorga al Real Madrid directamente– y se incluye una carta donde los blancos sí asumen el “coste fiscal adicional” que pueda derivarse de cualquier actuación de Hacienda por el contrato con el agente del galés. En el caso de que el fisco, como estaba haciendo con otros agentes de futbolistas, le reclamara a Bale el IRPF de las cantidades abonadas a Barnett, el Real Madrid se comprometía a entregar al jugador la cantidad que le fuera reclamada por la Agencia Tributaria, o bien a no repercutirle el importe que ésta exigiera al club.

En el contrato laboral se establecía para Gareth Bale una retribución bruta por temporada de 21,82 millones de euros en 2016 y 2017, y de 22,56 millones desde 2018 hasta 2022.

Dos años después, Hacienda sancionó al delantero galés por haber tributado a través de la citada Primasure parte de sus derechos de imagen. Le impuso una multa de 337.000 euros por defraudar 200.000 euros, que el jugador recurrió.

Estos blindajes tuvieron un coste monumental para el Real Madrid. Como consecuencia de las inspecciones de la Agencia Tributaria, el Real Madrid debió regularizar 27,77 millones de euros de los 80 millones que había pagado entre 2011 y 2014 a los agentes de sus mejores futbolistas, por corresponder a contratos simulados por prestaciones inexistentes. Por esos cuatro años ingresó 9,2 millones de euros, de los que 4,21 millones –2,83 millones de IRPF y 1,37 del Impuesto de la Renta de No Residentes– correspondían a Bale. Por Cristiano Ronaldo pagó 1,31 millones de euros, todos ellos en concepto de IRNR. Para regularizar las comisiones al agente del galés en 2015 ingresó 2,45 millones más, además de otros 3,6 millones por los de 2016. En total, 10,26 millones. El Real Madrid impugnó en su día todas estas retenciones adicionales, con la esperanza de conseguir su devolución.

Zidane, 10 millones netos garantizados en contrato

Para otros jugadores y entrenadores, las cláusulas de indemnidad estaban incluidas en sus contratos, y no todas son iguales. Por ejemplo, Zinedine Zidane, que tenía un sueldo bruto anual de 18,18 millones de euros según consta en su contrato de 2017, cuenta con la cláusula habitual madridista para protegerse de la variación del marginal del IRPF: la cantidad se ajustará al alza o a la baja, en función del tipo máximo y “en función de las modificaciones legislativas que se pudieran producir”. Pero a continuación se le garantiza que recibirá “siempre la misma cantidad, como mínimo la cantidad neta o íntegra de 10 millones de euros una vez descontado el IRPF que le afecte en cada momento”. Y si se le aplicara el IRNR, “con independencia de la retención que proceda”, el club debería abonarle la diferencia hasta cubrir la retención que le correspondería como residente. Es el único contrato de aquellos a los que ha tenido acceso infoLibre en que se precisa la cantidad exacta neta garantizada.

En la cláusula de indemnidad de Marcelo, que cobra un bruto anual de 10,23 millones hasta 2022, se precisa que el neto que debe garantizarse es la suma de su retribución salarial y de sus ingresos por la cesión de sus derechos de imagen, aunque cambie el tipo impositivo que se les aplique.

José Mourinho, a diferencia de Zidane, se limitó a incluir la cláusula de indemnidad ordinaria, por la que el club se compromete a pagarle “el mismo importe neto por temporada” independientemente de los cambios que sufran los tipos del IRPF. Su sueldo bruto era de 13 millones de euros.

Fue también el caso de James Rodríguez, con un salario bruto de 10 millones de euros. Tenía garantizado el neto si variaba el tipo impositivo, pero nada más. Así que el Real Madrid responde con un no rotundo cuando, en julio de 2018, el abogado del colombiano le reclama 1,5 millones de euros para regularizar su situación con Hacienda. Tras ser inspeccionado por los pagos realizados a su agente, la empresa portuguesa Gestifute, la Agencia Tributaria exige al centrocampista el ingreso de esa cantidad. “Es evidente que se trata de un problema de James. Nosotros nos hemos limitado a cumplir el contrato”, le contesta el club.

Pepe –9,09 millones de euros brutos anuales–, Toni Kroos y Luca Modrić–ambos 19,09 millones– se conformaron también con la cláusula habitual. Otros, como Marco Asensio –dos millones– o Keilor Navas –10 millones– ni siquiera tenían en sus contratosla cláusula de protección frente a los cambios en el tipo del IRPF.

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