España fue un ejemplo en el desarrollo de las energías renovables entre 2000 y 2010. Entonces, las compañías energéticas traidicionales competían por incorporar a su imagen de marca el verde y el azul. Eran, en todo caso, otros tiempos, El país ha pasado de estar a la cabeza en el desarrollo de las energías limpias a estar a la cola.
En apenas dos años, según datos de la consultora consultora Bloomberg New Energy Finance (BNEF), la inversión en energías limpias se ha reducido a unos 740 millones de euros, un 90% de caída desde 2012. Por comparar, en Europa, Alemania y Reino Unido han invertido el pasado año más de 10.356 y 9.600 millones y Francia e Italia más de 2.900 cada uno.
En este contexto, los nuevos estándares de retribución para el sector renovable, que suponen un recorte en las primas de al menos 1.750 millones, han desatado las críticas: asociaciones (APPA, Unef, Anpier), empresas e inversores preparan movilizaciones.
Decreto pendiente
El nuevo modelo propuesto por Industria, en una orden ministerial que desarrolla un decreto aún no aprobado, fija “una rentabilidad razonable” de las instalaciones del 7,39% y limita las primas a ese fin. Para ello tiene en cuenta toda la vida regulatoria de la instalación. Son 20 años para la cogeneración, 30 años para instalciones fotovoltaicas y 25 años para las termosolares. Eólica y fotovoltaica son las tecnologías más castigadas.
El asunto es serio. La banca tiene comprometidos más de 20.000 millones en créditos sólo en el sector solar fotovoltaico. Dos tercios del total corresponden a bancos españoles y un tercio a bancos extranjeros, principalmente alemanes y japoneses. Los bancos españoles más expuestos en el sector son el BBVA, CaixaBank, Santander y Bankia. Entre los grandes, sólo el Popular se ha mantenido al margen del crédito a los huertos solares.
Ese caudal de dinero está en peligro. La nueva regulación amenaza con llevar a la quiebra 59.000 instalaciones de 60.000 inversores, según destaca la Unión Española Fotovoltaica (Unef, 400 empresas).
Llamada a la defensa
Unef, como APPA y Anpier, las asociaciones que agrupan a las empresas de renovables más afectadas se aprestan a la defensa. La Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier), con 4.700 socios, ha convocado una asamblea a finales de mes para analizar las consecuencias del último recorte y, en su caso, adoptar medidas.
El presidente de Anpier, Miguel Ángel Martínez-Aroca, sostiene que la decisión de Industria “nos avoca a realizar esfuerzos extraordinarios que en muchos casos no van a poder ser asumidos por los pequeños productores que, para evitar la pérdida de plantas y hogares, se sometieron a refinanciaciones que llegan a superar el 7 % de interés".
Las cuentas de otra asociación del sector fotovoltaico, Unef, estiman el recorte para el sector de entre 550 y 600 millones de euros. El resultado: concursos de acreedores en masa.
También la asociación de productores APP carga contra los recortes. En su caso, los estima en hasta 2.000 millones. Para APP, las decisiones de Industria parten de un análisis equivocado: "identificar déficit de tarifa con energías renovables". La consecuencia es que Industria sólo actúa sobre la retribución de las energías limpias y mantiene intactos privilegios de las eléctricas tradicionales,
Justificación
Para justificar el recorte, El Gobierno asegura que desde 2005 hasta 2013, las primas al régimen especial alcanzaron los 50.000 millones de euros. La misma cantidad, por ciero, que han ganado las grades compañías del sector en los últimos seis años.
Pero en el argumento de Industria hay un pequeño truco. El sistema al régimen especial retribuye tanto a tecnologías renovables como a otras no renovables (cogeneración y tratamiento de purines). Según las asociaciones de renovables, solo 32.225 millones de los 50.000 que esgrime Industria como argumento corresponden a las primas recibidas por el total de las tecnologías renovables.
No es un error inocente. El ministro de Industria, José manuel Soria, elevó a 10.000 millone sde euros el coste de las primas de las renovables en españa. Lo hizo durante su intervención en el World Economic Forum de Davos.
Sin embargo, el presidente de la Fundación renovables, Javier García Breva defiende otros números. "En España" asegura "el coste de las renovables es justo la mitad del que el Ministro Soria dijo en Davos. De 2009 a 2013 el coste medio anual de las renovables han sido 5.511 millones". La explicación: no sólo cobra primas el sector de las renovables, al que se hace responsable del crecimiento del déficit de tarifa eléctrico hasta 30.000 millones de euros, tambien lo hacen las empresas convencionales.
Ver másLa crisis ha destruido ya más empleo en la industria que la reconversión de los años 80
La fuerza del Lobby
Los recortes recién aprobados en España encajan bien en la estrategia diseñadada por las grandes compañías energéticas europeas. El lobby, bautizado "Magritte", y al que pertenecen Endesa (Enel) e Iberdrola, ha tenido éxito: Bruselas ha descartado imponer a los países miembros de la UE, en el horizonte de 2030, un objetivo jurídicamente vinculante para desarrollar el sector de las energías renovables y combatir el cambio climático.
Mientras en España las grandes compañías presionan al Ejecutivo y recortan inversiones, en Europa la Comisión Europea se ha plegado a sus exigencias. En la propuesta de objetivos para el año 2030 en materia de clima y energía, Bruselas propone un recorte del 40% en las emisiones de CO2 respecto a 1990 pero relaja al 27% la cuota de mercado que deben cubrir las energías renovables. Y sin objetivos jurídicamente vinculantes por países. Además, la Comisión Europea renuncia a legislar sobre la explotación de gas no convencional (shale gas, fracking). La labor de lobby ha dado fruto.
España fue un ejemplo en el desarrollo de las energías renovables entre 2000 y 2010. Entonces, las compañías energéticas traidicionales competían por incorporar a su imagen de marca el verde y el azul. Eran, en todo caso, otros tiempos, El país ha pasado de estar a la cabeza en el desarrollo de las energías limpias a estar a la cola.