Los primeros trimestres de cada año son siempre malos en términos de empleo en España. Y el de 2015 no se ha salido de la pauta, pese a la recuperación. O quizá como síntoma de cómo se está produciendo la salida de la crisis. En los tres primeros meses del año se han destruido 114.300 empleos, según refleja la Encuesta de Población Activa (EPA) que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE). En realidad, la economía ha hecho desaparecer 143.500 puestos de trabajo en el sector privado. Las contrataciones en el sector público, 29.200, han reducido el saldo final. Se trata del mayor aumento de empleo público desde 2011 y coincide con un año electoral. Su carácter oportunista lo corrobora el sindicato de funcionarios CSIF: esos puestos de trabajo son contratos “temporales y precarios”.
En España hay aún 5,44 millones de parados, un 23,78% de la población activa. La tasa ha aumentado siete décimas respecto al último trimestre de 2014. Y lo ha hecho pese a que ha bajado el número de parados. Eso sí, en sólo dos décimas y media, 13.100 personas. El motivo de esta aparente contradicción es la caída simultánea de la población activa, del número de personas en edad y disposición de trabajar. Este año ha comenzado con 127.000 activos menos de los que había al terminar 2014. El paro de larga duración –3,3 millones de personas llevan más de un año sin encontrar trabajo– combinado con el efecto desánimo está detrás del descenso de personas que confían en encontrar un empleo.
La destrucción de empleo se ha cebado en el sector servicios: suyos son 135.400 de los 143.500 puestos de trabajo desaparecidos en el trimestre, el 94,3%. Además, ha sido Baleares la comunidad autónoma donde más ha subido el paro, tanto en términos absolutos –22.700 desempleados más– como relativos –nada menos que un 17,38%; le sigue a considerable distancia Galicia, con un 4,50%–. La franja mediterránea, y turística es donde más empleo se ha destruido: Cataluña, Baleares y Comunidad Valenciana. Este año la Semana Santa ha caído en abril, por lo que el aumento de empleo temporal que la acompaña ha quedado excluido de la EPA del primer trimestre.
Por contra, sólo la construcción ha tirado del empleo, con 30.300 nuevos ocupados; la industria sólo ha creado 2.300.
Aumenta la brecha por sexos
Otro dato preocupante es que los puestos de trabajo que se destruyen son a tiempo completo. En tres meses han desaparecido 130.600 empleos con jornadas de ocho horas. Mientras, los asalariados a tiempo parcial han crecido en 16.300, hasta alcanzar al 16,25% de los ocupados. Es más, como una señal adicional de la precarización del mercado de trabajo hay que destacar que los contratos a tiempo parcial, hasta ahora mayoritariamente femeninos, están empezando a hacerse masculinos. Hasta abril la EPA cuenta 32.600 hombres más con empleos por horas –un 4,46% más–, mientras que el número de mujeres a tiempo parcial se redujo en 16.300.
En cualquier caso, ese descenso no significa que la calidad del empleo de las mujeres esté mejorando. En realidad, la destrucción de empleo en las mujeres –76.000 personas– dobla a la que sufren los hombres –38.100–. Lo mismo ocurre si el foco se pone en las cifras del paro: mientras entre el número de hombres desempleados ha caído en 21.400 personas, el de mujeres sin trabajo ha crecido en 8.300. Así, la tasa de paro masculina ha bajado seis centésimas –hasta el 22,74%– pero la femenina ha subido 24 centésimas –hasta el 24,98%–. Otro tanto ocurre con las tasas de actividad por sexos. Baja más la femenina que la masculina, que ya de por sí acumulan una brecha de 12 puntos.
En España subsisten casi 1,8 millones de hogares con todos sus miembros en paro, 27.300 más que hace tres meses. Además, las familias que cuentan con todos sus miembros ocupados han caído en 18.700.
Debilidad estructural, falta de confianza en la recuperación
“De nuevo estamos ante el modelo que nos trajo hasta aquí”, ha resumido CCOO los datos de la última EPA. El sindicato culpa de la destrucción del empleo y el aumento de la tasa de paro a la “debilidad estructural” de la economía española, por su “acentuada dependencia de actividades de los servicios de bajo valor añadido y de carácter estacional, y sin recuperación industrial”.
A juicio del secretario general de UGT, Cándido Méndez, los últimos datos de empleo signfican que “la recuperación no se asienta en bases sólidas, que las personas que tenían disponibilidad de trabajar ya no tienen expectativas y que la gran mayoría no se cree ni comparte los mensajes de la recuperación”.
La CEOE, en cambio, ha destacado que la caída de la ocupación en estos tres primeros meses del año “es muy inferior a la registrada en el primer trimestre de 2014” y “afianza la firme recuperación del mercado laboral español”.
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Empleo de calidad, o no
Por su parte, el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha asegurado que los datos interanuales de paro y empleo del primer trimestre implican que la economía española ha empezado 2015 creciendo a un ritmo superior al 3%, informa Europa Press.
Y la ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha destacado no sólo que “el ritmo de creación de empleo se acelera”, sino que, además, los nuevos contratos que se firman son “de calidad”. La contradice, sin embargo, el portal de empleo InfoJobs, que advierte de que los datos de temporalidad y trabajo a tiempo parcial de la EPA confirman que la recuperación económica “no está creando empleo estable y de calidad”. Según pronostica, las altas tasas de temporalidad que desde comienzos de los años 90 ha sufrido el mercado laboral español “continuarán, si nadie lo remedia, en la nueva fase expansiva de la economía”. España, explica, “probablemente” necesitaría otra reforma laboral, pero dentro de un plan general de recuperación que apostara por la industria, la protección del empleo estable, el castigo al empleo temporal y persecución del empleo sumergido, entre otras medidas.