El fraude fiscal alcanza en España el 4% del PIB (en torno a los 40.000 millones anuales), llega al 1,7% en el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) y se debe, sobre todo, al fraude en la declaración de las rentas de actividades económicas (empresariales) y de capital. Un estudio elaborado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) estima que el fraude en el IRPF supera el 50% en las declaraciones de los rendimientos de capital mobiliario e inmobiliario (alquileres) y ronda ese porcentaje en las declaraciones de rentas empresariales. En el caso de las rentas del trabajo, Fedea concluye que no hay fraude porque el sistema de retenciones proporciona a la Administración una información que evita cualquier tentación.
El estudio elaborado por Fedea estima el volumen de la economía sumergida en España en el 20% del PIB, con un fraude fiscal del 4% desglosado así: 1,4% en el IVA; entre el 0,2% y el 1% de fraude en el impuesto de sociedades de empresas que facturan menos de seis millones y un 1,7% de fraude en el IRPF.
El investigador de Fedea, Julio López Laborda, insistió en la presentación del estudio en la necesidad de mejorar la cooperación internacional para eliminar los paraísos fiscales. paraísos fiscales.Según los cálculos de López Laborda, los españoles tienen en estos territorios ocultos más de 144.000 millones de euros, la mitad en Suiza.
Un tesoro escamoteado
Si a ese ingente tesoro escamoteado a Hacienda se le aplicaran los tipos máximos de los impuestos del IRPF, Sucesiones y Patrimonio, el importe evadido a la Hacienda española ascendería a 7.400 millones de euros cada año.
Por ello, el investigador instóa firmar acuerdos de cooperación para evitar la ocultación de capital a la Agencia Tributaria.
La estimación de Fedea sobre la economía sumergida (20% del PIB) es inferior a la de otras organizaciones. El estudio del sindicato de técnicos de Hacienda Gestha"La economía sumergida pasa factura, el avance del fraude en España durante la crisis" eleva el porcentaje de economía sumergida hasta el 24,6%.
El desplome del ladrillo, el aumento del paro, la corrupción generalizada y la ineficacia de la Administración, según el estudio ha facilitado que la cuarta parte de la economía no exista a efectos oficiales. Desde 2008, la economía sumergida ha crecido en siete puntos porcentales, hasta los 253.135 millones. Un porcentaje ilustra la situación: solo un 0,3% de los declarantes del IRPF admiten ingresos por encima de los 150.000 euros anuales.
Una cifra de sonrojo
Técnicos de Hacienda denuncian que la recaudación por fraude fiscal ha bajado por primera vez en dos décadas
El sonrojante 24,6% de economía en negro equipara a España con Italia y la acerca a países como Grecia y Turquía. El presidente de Gestha, Carlos Cruzado, sostiene que el nivel deseable (en el sentido de europeo) rondaría entre el 6% y el 8%. Son porcentajes a los que se acercan países como Alemania y Francia, con una desarrollada conciencia fiscal.
El investigador de Fedea, López Laborda destacó que la lucha contra el fraude fiscal debe ser una prioridad, aunque admitió que ese combate contra la evasión tiene sus límites. Lo cierto es que esa lucha no va demasiado bien. Hacienda ingresó en 2013 en la lucha contra el fraude fiscal 10.479 millones de euros, lo que supone un 9,01% de caída respecto a los 11.517 recaudados en el ejercicio anterior, según los datos hechos públicos por la Agencia Tributaria.
Según el secretario general de Gestha, José María Mollinedo, "es la primera vez que se registra tal caída". Los 10.479 millones suponen el regreso a las cifras de recaudación de hace dos años. En 2011, la lucha contra el fraude recaudó 10.400 millones de euros, un 3,6% más que en 2010. La Agencia Tributaria, no obstante, rebajó el descenso en la recaudación al 4,9% al incluir como ingresos las devoluciones no practicadas tras revisar las autoliquidaciones.
El fraude fiscal alcanza en España el 4% del PIB (en torno a los 40.000 millones anuales), llega al 1,7% en el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) y se debe, sobre todo, al fraude en la declaración de las rentas de actividades económicas (empresariales) y de capital. Un estudio elaborado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) estima que el fraude en el IRPF supera el 50% en las declaraciones de los rendimientos de capital mobiliario e inmobiliario (alquileres) y ronda ese porcentaje en las declaraciones de rentas empresariales. En el caso de las rentas del trabajo, Fedea concluye que no hay fraude porque el sistema de retenciones proporciona a la Administración una información que evita cualquier tentación.