“Claramente decepcionante”. Así ha definido el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, la actitud de la patronal respecto a la reducción de la jornada laboral, después de que en la reunión de este lunes que abre julio se haya producido un descuelgue anunciado. CEOE y Cepyme no han aportado la propuesta por escrito que el ministerio que encabeza Yolanda Díaz les había exigido, por lo que Pérez Rey ha dejado claro que el Gobierno avanzará en la poda de las 40 horas semanales de tiempo de trabajo a las 37,5 horas para 2025 “de la mano de las organizaciones sindicales”, UGT y CCOO, para “concluir definitivamente un texto” que cuanto antes “pueda ser remitido a las Cortes Generales”. Aún han de “pulir elementos de corte técnico”, a petición de los sindicatos.
Con todo, el secretario de Estado ha invitado a los representantes empresariales a la mesa del próximo lunes, no si antes reprocharles su “burla democrática” y al diálogo social, al negar ahora “el objetivo” en sí del proceso negociador, la merma de la jornada hasta las 37,5 horas, después de casi seis meses de encuentros. Ha advertido a la patronal de que el Ejecutivo no le va a “decir a los ciudadanos que lo que ganan por un sitio lo pierden por otro”, en un país donde las horas extra “son una lacra” y “la mayoría de las veces no se pagan”, además de ser a menudo imprevisibles e irregulares. “No caben medidas que constituyan una estafa, que reduzcan las jornada sin reducirla. Esto es una negociación seria”, ha espetado el “número dos" de Díaz.
A su juicio, CEOE y Cepyme deberían replantearse su “no a todo” o su imposición de “medidas maximalistas inasumibles”. En ese sentido, en relación a la productividad, una de las cuestiones introducidas por la patronal en las reuniones sobre este asunto, Pérez Rey ha anotado un dato: ha habido un crecimiento de ésta “de un 54% desde la última reducción de jornada”. De ahí que, a su entender, recortar “dos horas y media semanales en cómputo anual”, no es “el apocalipsis”. “La competitividad no puede estar basada en jornadas agotadoras” y en que los trabajadores “renuncien a su vida personal”, ha aseverado. Ha garantizado que el Gobierno de coalición trabaja para que las 37,5 horas las puedan disfrutar camareros, cajeras, camareras de pisos, personas que trabajan en agencias de viajes... "No es una medida elitista", ha señalado, sino "transversal y horizontal". "Algunos trabajadores ya lo han conseguido, pero 12 millones aún no", ha cifrado.
Lastrados "por la ideología"
Para Pérez Rey, la posición de la CEOE está lastrada "por la ideología", cuando deberían "centrarse en hacer un favor a las empresas a las que representa y poner propuestas concretas encima de la mesa", ha añadido. En opinión de Trabajo, se trata de una iniciativa "de sentido común", que además "se hará de forma flexible y progresiva hasta 2025".
En definitiva, armarán un texto definitivo con o sin la patronal, dado que se trata de un asunto recogido en el acuerdo de gobierno suscrito por el PSOE y por Sumar, y confían, como los sindicatos, en que logre el apoyo mayoritario de la Cámara.
“Claramente decepcionante”. Así ha definido el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, la actitud de la patronal respecto a la reducción de la jornada laboral, después de que en la reunión de este lunes que abre julio se haya producido un descuelgue anunciado. CEOE y Cepyme no han aportado la propuesta por escrito que el ministerio que encabeza Yolanda Díaz les había exigido, por lo que Pérez Rey ha dejado claro que el Gobierno avanzará en la poda de las 40 horas semanales de tiempo de trabajo a las 37,5 horas para 2025 “de la mano de las organizaciones sindicales”, UGT y CCOO, para “concluir definitivamente un texto” que cuanto antes “pueda ser remitido a las Cortes Generales”. Aún han de “pulir elementos de corte técnico”, a petición de los sindicatos.