El Santander apuesta por la digitalización para expandir los microcréditos en Latinoamérica

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El Banco Santander ha publicado el informe Digital Finance 2.0 en el que se calcula que el valor global de la microfinanciación alcanza ya los 114.000 millones de dólares en el mundo. El continente de mayor implantación es Latinoamérica, donde supone casi la mitad de la cartera de crédito y donde hay 17 millones de microempresas. "Es el mecanismo más fiable y exitoso para incorporar al sistema bancario a quienes están excluidos de él, que en los países latinos son unos 200 millones de personas y 1.700 millones a nivel mundial", sostiene la entidad.

Gracias a esta financiación, en las favelas de las grandes ciudades y en áreas remotas rurales latinoamericanas han surgido decenas de microemprendedores que han creado negocios para atender a las necesidades específicas de sus comunidades locales. Los préstamos son muy pequeños y tienen un breve período de vencimiento. Durante el primer semestre de 2019, según los últimos datos oficiales, el Banco Santander concedió micropréstamos a más de 470.000 personas y puso en marcha más programas sociales para otros 800.000. Estas cifras son las más altas del sector financiero en Latinoamérica y, de acuerdo con Digital Finance 2.0, para que se sigan desarrollando es fundamental la digitalización de los procesos, en la cual el ecosistema fintech del continente va a ser clave.

Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo y Finnovista, en 2018 nacieron allí casi 1.200 nuevas empresas de software financierosoftware. El Banco Mundial cifra en el 55% los latinoamericanos que tienen cuenta bancaria, el 45% realizaron o recibieron pagos digitales en 2018, el 21% pidieron préstamos o utilizaron tarjetas de crédito y sólo el 12% depositaron sus ahorros en una entidad financiera. “Latinoamérica se ha identificado como un mercado con gran potencial, ya que el año pasado algo más del 40% de los compradores online pagaron sus productos contra reembolso, mientras que aproximadamente uno de cada diez trabajadores sigue recibiendo su salario en efectivo”, dice el informe del Santander.

“Estamos trabajando hacia un modelo más digital porque podemos llegar a más personas y ofrecerles mejores servicios, mediante un acceso más sencillo y menores costes operativos”, afirma Federico Gómez Sánchez, responsable corporativo de Sostenibilidad del Grupo Santander. “La gran pregunta para todos los bancos es cómo combinar la conversión digital con permanecer en contacto con los clientes porque, en el caso de la microfinanciación, la relación personal es vital”. Los bancos de Latinoamérica deben redefinir su propuesta de valor en el cambio a las finanzas digitales 2.0 y aprender a personalizar la oferta de productos, buscar formas innovadoras para interactuar con los clientes y adoptar un enfoque creativo para la mitigación de riesgos. Una revisión interna realizada por Santander llegó a la conclusión de que los bancos tendrían que orientar activamente sus esfuerzos hacia:

• Soluciones simplificadas y asequibles adaptadas a públicos objetivo específicos. Entre las ideas figuran cuentas de ahorro de grupo, microseguros y créditos sólo para mujeres.

• Un enfoque de dos vías usando canales digitales para complementar el servicio cara a cara con el cliente. Tanto los agentes basados en la comunidad como las sucursales móviles conectadas mediante WiFi han demostrado tener potencial y ambos deben estar en el mix.

• Buscar fuentes de datos alternativas para evaluar la solvencia del cliente, como examinar el perfil de las redes sociales de los clientes, pruebas psicológicas y conversaciones con los habitantes de su comunidad.

Los clientes de microfinanciación representan "tasas de riesgo excelentes para los bancos, con una tasa media de impago de solo el 5%", según Santander, y la naturaleza hiperlocal del préstamo es tal que sus propias comunidades les animan a su amortización. Los bancos están invirtiendo en nuevos perfiles de riesgo y procedimientos de investigación, conjuntamente con herramientas de elaboración de presupuestos para ayudar a los clientes "a mantener sus finanzas en orden". 

“Las rentas bajas y las economías de mercados emergentes pueden beneficiarse muchísimo de la innovación en fintech”, dice un documento del Fondo Monetario Internacional sobre la tecnología financiera en Latinoamérica. “Proporcionan oportunidades para muchos, incluso para los países menos desarrollados financieramente, ya que permiten saltar etapas tecnológicas”.

Más del 50% de las empresas de reciente creación de Latinoamérica se centran en los pagos y en plataformas financieras alternativas. El envío de remesas constituye una parte considerable del ecosistema financiero, con millones de migrantes que desean encontrar maneras más rápidas y económicas de enviar dinero a casa. Los envíos de remesas familiares a Latinoamérica y al Caribe experimentaron un crecimiento de casi el 10% en 2018, uno de los índices más elevados de los últimos 10 años.

Otro estudio realizado por EY, calculó que los bancos de Latinoamérica podrían generar un aumento de los ingresos de 49.000 millones de dólares, con 11.000 millones de dólares procedentes de clientes particulares y 38.000 millones de dólares procedentes de empresas, mejorando el servicio a las personas que están excluidas financieramente. El informe de EY, que examina la situación en los principales mercados del mundo, llega a la siguiente conclusión: “Las entidades que actúen ahora para aumentar la inclusión financiera estarán bien posicionadas para dominar la banca minorista y de las pymes en los mercados emergentes en los próximos años”.

"Santander ha convertido la inclusión social y financiera en una de sus principales prioridades estratégicas, centrándose en particular en Latinoamérica porque es una región en la que el Grupo considera que puede ayudar mucho en un plazo corto", asegura la entidad, que ha anunciado el objetivo de ayudar a 10 millones de personas financieramente excluidas a entrar en el sistema financiero tradicional. Son tres las principales iniciativas con las que pretende lograr este objetivo:

• Garantizar el acceso a productos y servicios financieros de calidad.

• Adaptar esos productos y servicios a las necesidades de las diversas comunidades y grupos.

• Promover la educación financiera de forma que las personas puedan hacer mejor uso de sus recursos financieros.

El Grupo Santander invierte en numerosos programas sociales para dar soporte a las comunidades y, desde 2015, ha ayudado a aproximadamente cinco millones de personas. En Latinoamérica, Santander participa actualmente en el desarrollo de nuevos productos digitales para satisfacer las necesidades cotidianas de comunidades de un amplio espectro social. También está muy involucrado en formar a las personas sobre cómo utilizar el dinero y los servicios financieros: sólo en 2018, más de 360.000 personas se beneficiaron de sus programas de educación financiera.

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Desde 2002, Santander Brasil tiene una filial llamada Prospera que ha proporcionado préstamos de 130 a 16.000 dólares para contribuir al crecimiento de las pequeñas empresas. Alrededor del 70% de los ingresos generados por las empresas que reciben ayuda circula en comunidades locales. Hoy en día, Prospera tiene aproximadamente 430.000 clientes activos y 250 millones de dólares activos en su cartera, siempre según datos facilitados por el propio banco. El dinero se ofrece a menudo acompañado de orientación financiera y empresarial en general, y gran parte de esa formación la llevan a cabo agentes de Prospera que a la vez son miembros de las comunidades a las que prestan servicio. Los agentes son esenciales para el éxito del programa de micropréstamos, ya que conocen las calles y las personas a quienes conceden préstamos. Por ejemplo, el análisis crediticio se basa con frecuencia en conversaciones cara a cara y en el conocimiento localacerca de la capacidad de pago del solicitante. Por su proximidad, los agentes también pueden hacer un seguimiento amistoso de los clientes para detectar problemas con celeridad y, a la inversa, oportunidades para conceder más préstamos.

En México, el programa Tuiio del Santander, puesto en marcha en octubre de 2017, sirve para la inclusión financiera para personas de rentas bajas que ofrece un abanico de productos interconectados, desde microcréditos hasta microseguros, pagos y otros servicios. Cuenta con el apoyo de sus propias sucursales, agentes, cajeros automáticos, terminales de punto de venta y banca electrónica. La iniciativa incluye un programa de formación y educación financiera a sus clientes, con el objetivo de maximizar sus destrezas, desarrollando su potencial y optimizando el uso que hacen de los recursos

En Argentina, Santander lleva ofreciendo microcréditos a los clientes de sus sucursales de inclusión financiera desde 2015 en regiones desfavorecidas. A los microemprendedores se les conceden préstamos siempre que tengan experiencia previa con los microcréditos y un proyecto sólido. Es importante que estén respaldados por figuras bien valoradas en la comunidad local. Entre las diversas “microempresas” latinoamericanas se incluyen la venta callejera, la fabricación artesanal y la oferta de servicios hiperlocales. En las zonas rurales, los microemprendedores a menudo se dedican a la preparación de alimentos y al comercio dentro de la comunidad. El ámbito se ha ampliado mucho más allá del concepto original y la evolución de hoy en día incluye un abanico de servicios financieros como créditos, ahorros, seguros y transferencias de dinero dirigidos a personas con rentas bajas. En el primer trimestre de 2019, Santander calcula que el 73% de los microemprendedores que recibieron su ayuda fueron mujeres. En el programa Tuiio de México, la cifra es del 91%.

El Banco Santander ha publicado el informe Digital Finance 2.0 en el que se calcula que el valor global de la microfinanciación alcanza ya los 114.000 millones de dólares en el mundo. El continente de mayor implantación es Latinoamérica, donde supone casi la mitad de la cartera de crédito y donde hay 17 millones de microempresas. "Es el mecanismo más fiable y exitoso para incorporar al sistema bancario a quienes están excluidos de él, que en los países latinos son unos 200 millones de personas y 1.700 millones a nivel mundial", sostiene la entidad.

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