Las sombras de “la mejor EPA de la historia”

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Mariano Rajoy no ha escatimado en superlativos a la hora de calificar la Encuesta de Población Activa (EPA) del último trimestre: “Es la mejor de la historia”. Por el contrario, los sindicatos rebajan el entusiasmo del presidente del Gobierno apuntando hacia la precariedad del empleo que se crea y los peligros del paro de larga duración. Mientras, la patronal celebra la recuperación sin omitir un cierto freno en “los ritmos de crecimiento”. Y el portal Infojobs advierte de que sin “una actuación decidida”, que no precisa, la población activa “no remontará en la próxima década”.

El año 2015, en efecto, ha terminado con una bajada del paro de 678.200 personas, el mayor descenso del desempleo desde 1976. Al tiempo, el número de ocupados ha aumentado en 525.100 personas, un 2,99%, sólo un poco por debajo de lo que ha crecido el PIB, alrededor del 3%.

La razón de que ambos parámetros –menos parados, más ocupados– no coincidan estriba en la pérdida de población activa. Casi una cuarta parte de la caída del desempleo se debe al aumento del número de inactivos: 153.200 personas en edad de trabajar desistieron de buscar empleo en 2015. Desde octubre ese descenso de los activos en relación con la bajada del paro ha sido incluso mayor y alcanza al 36,2%: de las 71.300 personas que abandonaron las filas del desempleo, 25.800 lo hicieron no porque encontraran trabajo, sino porque decidieron dejar de buscarlo.

Así, la tasa de actividad ha caído siete centésimas, hasta el 59,43%, y es la más baja desde el segundo trimestre de 2007.

La tasa de paro se ha recortado tres puntos en el último año y se sitúa ahora en el 20,9%: lleva desde el cuarto trimestre de 2010 encaramada por encima del 20%. España tiene aún 4,77 millones de desempleados, la cifra más baja desde hace cinco años, pero sigue siendo la segunda más elevada de la Unión Europea, tras Grecia.

Como queda dicho, a fin de 2015 hay 525.100 personas más con trabajo, pero del ritmo de crecimiento del último trimestre se vislumbra una posible desaceleración del empleo: desde octubre aumentaron los ocupados en 45.500 personas, un 43% menos que en el mismo trimestre de 2014, contradiciendo las previsiones de una campaña navideña en el comercio excepcional para el empleo.

El empleo temporal y a tiempo parcial crece el doble 

Si el análisis se refiere al tipo de empleo que se crea, aparecen más dudas. El trabajo temporal aumenta el doble que el indefinido: en 2015 se crearon 335.100 empleos eventuales por 170.600 fijos. Es decir, el 63,8% de quienes encontraron trabajo firmaron un contrato temporal el año pasado. Además, los primeros crecen a mucho mayor ritmo –un 9,54% en 2015– que los segundos –sólo el 1,56%–. De esta forma, la tasa de temporalidad ha pasado del 24,2% al 25,7% en el último año. Es la segunda más elevada de Europa, sólo por detrás de Polonia. La media comunitaria es del 14%.

Entre los nuevos empleos aumentan mucho más los de jornada completa –501.800, un 3,4% más– que los de tiempo parcial –23.000, un 0,8%–. Pese a ello, el porcentaje de ocupados a tiempo parcial sólo ha descendido cinco décimas en el último año. El 18,6% de los asalariados trabaja por horas, 2,8 millones de personas, casi cinco puntos más que en 2008.

También crecen con mayor vigor los empleos más precarios, los temporales a tiempo parcial. La EPA cuenta 1,12 millones, un 3,4% más que hace un año, mientras que los más puestos más estables, con contratos indefinidos a tiempo completo sólo han aumentado un 1,9%. Los temporales a tiempo completo son los reyes del nuevo empleo: se disparan un 12,3% en el último año.

La industria no remonta, los servicios lideran el empleo

Por sexos, aunque en el último trimestre aumentó el empleo entre las mujeres –78.600 ocupadas más– y descendió entre los hombres –33.200 menos– en el conjunto del año, el paro se ha reducido casi el doble entre los hombres –436.100 desempleados menos– que entre las mujeres –242.100 menos–.

Y por sectores productivos, el paro ha caído en todos, aunque la creación de empleo es dispar. La industria sólo ha aumentado un 1% sus ocupados, la tercera parte que los servicios y casi siete veces menos que la agricultura, el sector que porcentualmente más trabajo ha creado el último año. Además, en el último trimestre la industria encabezó la pérdida de ocupados, con 55.500 empleos menos, casi los mismos que crearon los servicios.

Así pues, son las comunidades autónomas con mayor peso del sector turístico, Canarias –un 7,21%–, Andalucía –5,13%– y Baleares –4,8%–, donde más aumentó la ocupación en 2015. También Canarias y Baleares lideran el aumento de la población activa: es donde hay expectativas de encontrar trabajo. En cualquier caso, el empleo creció en todas las comunidades, excepto en Cantabria, donde bajó casi cuatro décimas. Y persiste la brecha entre la tasa de paro más baja de España, el 12,89% del País Vasco, y la más elevada, el 29,83% de Andalucía.

Prueba del aumento de la actividad es el alza de las horas extraordinarias. Aunque también se convierte en un indicio de que esas horas de más no se convierten en nuevos contratos. De hecho, han aumentado tanto las horas extras el último año, un 8,26%, como las horas extra que no se pagan, un 8,3%. Éstas últimas son más que las que no se retribuyen, un 54,1%, un porcentaje que no ha variado en los últimos 12 meses.

Parados de muy larga duración, parados crónicos

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Por el lado del paro, los desempleados de larga duración han descendido en 438.200 personas. Siguen siendo 2,6 millones, los que más difícil tienen regresar al mercado de trabajo. Sin embargo, el número de quienes llevan más de dos años sin trabajar se reduce casi la mitad –un 12,3%– que el de quienes llevan sólo entre uno y dos años –20%–. El resultado es que el 74,1% de los parados de larga duración son en realidad parados de muy larga duración porque llevan más de dos años sin trabajo, un aumento de dos puntos respecto a 2014. Es más, el porcentaje de los de muy larga duración respecto al total de desempleados se ha mantenido inalterado en el último año: equivalen al 43,6% de quienes no trabajan.

Además, la amenaza de que ese segmento de los parados se convierta en desempleo crónico crece si se añade el hecho de que el paro ha caído un 15,5% entre los desempleados menores de 45 años, pero sólo un 6,2% entre los que superan esa edad.

Un dato positivo de la última EPA lo constituye el número de hogares donde todos sus miembros están en paro, que ha sufrido un descenso de 209.700, casi un 12%, en los últimos 12 meses. Aun así, continúan siendo 1,55 millones. Finalmente, las viviendas en las que no se percibe ningún ingreso también se han reducido, pero mucho menos: un 2,5%, 18.700 menos. Ascienden a 712.300 hogares.

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